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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 28 de mayo de 2014

SAN ISIDRO 2014: NO FUE MUCHO… / Por Antolín Castro

Esta bien Tejela pero... no fue mucho para lo que el toro ofreció
/ Foto La Loma /


"...Salimos ganando con el cambio. Los toros de Fuente Ymbro ya no le dio tiempo al veedor de turno ir a verlos y pasaron, así que mejor que no vaya a ver ningún encierro a partir de ahora. Los de Pereda de nuevo al campo..."

NO FUE MUCHO…

Antolín Castro
S.I.14.- Se celebró de nuevo una corrida de toros tras la novillada de ayer y si la novillada se remendó, la corrida de hoy se reemplazó por completo. La verdad es que da la sensación de que los veedores de la empresa están pegando un petardo de categoría. Cierto que es difícil saber cómo van a salir, pero desconocer el trapío exigible es de nota, pero negativa.

Salimos ganando con el cambio. Los toros de Fuente Ymbro ya no le dio tiempo al veedor de turno ir a verlos y pasaron, así que mejor que no vaya a ver ningún encierro a partir de ahora. Los de Pereda de nuevo al campo. 

No fue mucho… o no fue lo mejor que se puede encontrar en el campo, pero fue suficiente para cambiar el signo de las tardes precedentes. Hubo de todo en el encierro, apareció la casta, y la tarde pasó de ser otra de las aburridas a una entretenida.

No fue mucho… pero al paso que íbamos nos podía dar un síncope. Los hubo hasta buenos de verdad, como el tercero, muy bonancible como el primero y algún otro apuntaron maneras si se les tocaban las teclas que reclamaban. Todos no fueron de triunfo, pero los dos citados eran para desorejarlos por partida doble, tenían dos orejas cada uno, y sólo se les cortó una y… contando con la benevolencia, esa que abunda en Madrid últimamente.

Uceda Leal fue el primer afortunado y trenzó una faena académica, fría, por momentos hasta insípida, teniendo en cuenta lo que tenía delante. A poco que hubiera apretado el acelerador estaríamos hablando de una salida a hombros. Él, que es tan buen estoqueador, debería haberse dado cuenta que no había las vibraciones suficientes en consonancia con la transmisión del toro en los tendidos y quedó por debajo. Sin estar mal, no había estado lo bien que se hubiera podido. La oreja la pidieron los más impresionables y las mulillas hicieron el resto con su lento caminar.

El otro, colorado, no fue igual de obediente en la muleta -los tres primeros fueron negros- y aunque lo brindó Uceda de cara a la obtención de algún trofeo más, se vinieron abajo ambos, toro y torero, viendo silenciada su labor. El acelerón había quedado pendiente en el primero, que era el que brindaba el triunfo. Estuvo bien Uceda, pero no fue mucho.

El tercero, el mejor de la tarde, le correspondió a Matías Tejela, quien lanceó sin descanso en el primer tercio dada la buena condición y clase del astado. Con la franela le administró una faena mucho más arrebatada que lo anterior que le recordamos, pero sin dar el último paso que conduce a la gloria. Faena con muchos muletazos, algunos con buen sello, pero desiguales ante la calidad del burel. Un pinchazo hondo y dos descabellos le impidieron seguramente una oreja, pero era de más. Para cerrar la tarde, le pasó lo que a Uceda, hubiera querido pero el toro era otro y no se está para heroicidades. En resumen: No fue mucho lo que nos dio el de Alcalá.

Completaba terna el torero de Linares, Curro Díaz, a quien siempre se espera en Madrid. Suponemos que lo que esperaba él es que le hubiera tocado uno de esos que les tocaron a sus compañeros. Ninguno le dejó torear con el capote. El primero daba tornillazos al rematar los muletazos por ambos pitones y el segundo, un mansito, se quedó parado muy pronto. Leves esbozos de su forma de interpretar, que no fue mucho. Tampoco fue mucha su capacidad para superar por otras vías las opciones que siempre te pueden ofrecer los toros. Sentir de una manera y tener que ir contracorriente no parece vaya con el artista de Linares.

No fue mucho lo ofrecido finalmente por los matadores, pero sí lo fue por los hombres de las cuadrillas, quienes con los palos en las manos ofrecieron lo de más valor y auténtico de la tarde. José Manuel Montoliú fue el primero en desmonterarse por ganar valientemente la cara del toro y clavar en todo lo alto. Tras de él, lo hicieron los lidiadores de la cuadrilla de Tejela, Jesús Romero y Ángel Otero, este último puso la plaza en pie.

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