la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 29 de mayo de 2014

SAN ISIDRO 2014: SILENCIOS Y RECUERDOS BAJO LA LLUVIA / Por Antolín Castro

Esperábamos que saliera un 'Bastonito', pero alguno fue reacio hasta para salir /Foto: La Loma/

"...Los toreros, avezados en mil batallas, venían dispuestos a matar la corrida, pero iban pensando en que los ‘ibanes’ fueran otra cosa..."

SILENCIOS Y RECUERDOS BAJO LA LLUVIA

Antolín Castro
S.I.14.- La tarde esperada de los ‘ibanes’ se quedó pasada por agua. Fue empezar a llover, allá por el segundo toro y se fue aguando cada vez más lo que iba ocurriendo con los ‘ibanes’.

La culpa pudo ser de la lluvia, de la estampida de los tendidos, desde donde huía el personal a buscar resguardo, de los toreros que han toreado poco este año, de la banda de música que solo toca entre toro y toro… vaya usted a saber, pero la tarde se iba con los ‘ibanes’.

Los toreros, avezados en mil batallas, venían dispuestos a matar la corrida, pero iban pensando en que los ‘ibanes’ fueran otra cosa. Salió el primero, según fueron saliendo a todos les aplaudían su fachada, y los lances de recibo de Robleño hicieron presagiar algo bueno, pero luego el ‘ibán’ iba y venía con nobleza y sosería y esos no eran los ‘ibanes’ que la gente había venido a ver, se pedía algo más.

Salió el segundo de imponente fachada, a este le aplaudieron la salida más que al anterior, y sus arrancadas fieras parecía que nos iba a traer el recuerdo de los ‘ibanes’ que guarda la memoria de la plaza, pero empezó a llover y a incomodarse la gente en los tendidos. Al toro castaño le debió de incomodar la huída del personal y desarrolló brusquedad en las embestidas a Bolívar, quien no fue capaz de enderezar el rumbo.

A partir de aquí, salieron más ‘ibanes’, cuatro en concreto, de muy distinta forma cada uno y si bien galoparon para ir al caballo, alguno con alegría y fijeza, ninguno se dejó pegar un lance y casi ni un muletazo. Manos por delante, tornillazos, poco recorrido, reservarse, etc., no aptos para el toreo moderno, único que se les ofreció, y el agua por el que había sido pasado el espectador se reforzó con el jarro de agua fría que suponía el que pudiera haber continuidad en las faenas.

Lo que se proponía la terna, que completaba Rubén Pinar, se deshacía con la nula colaboración por parte de los de Ibán. Imponentes fachadas que se quedaban en eso, en fachada. Podremos criticar a los espadas que no hayan probado aquí o allá, pero dudo mucho que el resultado final se hubiera cambiado. Los silencios se hicieron los amos de la tarde, pasada por agua mientras los ‘ibanes’ no iban por ningún pitón.

Entonces llegó el recuerdo. Sí, el de aquel Bastonito y el de su matador, César Rincón. Aquello si fue una pelea de tú a tú. Claro que pasó hace veinte años atrás, cuando estábamos en otro siglo y del euro no teníamos ni idea. La mayoría, que pertenecemos a la generación, no de la peseta sino de la ‘perra gorda’ nos inundamos de nostalgia con los recuerdos. 

Decirle a alguien no vales ni una peseta, sea toro o torero, era duro, pero decirle no vales ni un euro, imagínense cómo es el desprecio, ciento sesenta y seis veces más. No me dirán que no han cambiado las cosas. Quizá ahí radique el problema, que el toreo, el toro y los toreros estén por debajo de aquellos otros que conocimos. Dicho todo esto sin intento de menospreciar a la terna de hoy. Si acaso a otros que presumen más.

De aquello hoy nos quedaba en el ruedo un vestido igual que el de César Rincón que lucía Fernando Robleño y un torero colombiano en la plaza, Luis Bolívar. Los bravos y encastados toros de Baltasar Ibán, como aquél Bastonito, hoy no han salido, y al último tercio han llegado pasados por agua. De ahí que hoy de Las Ventas solo nos queden los silencios y los recuerdos bajo la lluvia.

***

No hay comentarios:

Publicar un comentario