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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 24 de mayo de 2014

La Doctora Milagro y el Cholo Empecinado / Por Juan Manuel Rodríguez


"...Andan los atléticos emboscados tras los riscos y eso es algo que me preocupa. Pegan un tiro y ponen pies en polvorosa: juegan un poco a lo mismo que su equipo que te hace un gol de estrategia y se echa para atrás. Es la guerra de guerrillas de toda la vida de Dios, la que perfeccionaron durante la invasión napoleónica de España los Francisco Chaleco, Juana "La Galana" y Juan Martín Díez, y que por cierto tan buenos resultados nos dio..."

La Doctora Milagro y el Cholo Empecinado

Madrid, 24 de Mayo de 2014 
La guerra psicológica. Hará dos o tres meses que voy a comer todos los viernes a un restaurante que me pilla cerca de casa. Como y me acuesto porque en la radio tengo el turno de noche; me acuesto pero no me duermo y doy vueltas y más vueltas en la cama, aunque esa sea por supuesto harina de otro costal más personal e intransferible. A lo que iba: desde el primer día me topé en dicho restaurante con un caballero que frisará los setenta y muchos y que, siempre sin mirarme a los ojos, le dice en voz alta al cuello de su camisa "¡Aúpa Atleti!"... Supongo que me habrá visto alguna vez por la tele, su "aupatleti" irá sibilinamente dirigido a mí y constituirá algo así como una declaración de guerra deportiva. El otro día tuve que esperar mi turno para comer y únicamente coincidimos en la puerta cuando él salía y yo aún no había logrado entrar; salió sin decirme nada y, cuando al fin servidor respiraba tranquilo, creyendo ingenuo de mí que se le había pasado, dio media vuelta, volvió sobre sus pasos, entró de nuevo y, mirando fijamente al tendido del J&B y el Baileys, repitió su "¡Aúpa Atleti!" y salió pitando... Confieso avergonzado que este viernes he comido en casa.

Andan los atléticos emboscados tras los riscos y eso es algo que me preocupa. Pegan un tiro y ponen pies en polvorosa: juegan un poco a lo mismo que su equipo que te hace un gol de estrategia y se echa para atrás. Es la guerra de guerrillas de toda la vida de Dios, la que perfeccionaron durante la invasión napoleónica de España los Francisco Chaleco, Juana "La Galana" y Juan Martín Díez, y que por cierto tan buenos resultados nos dio. Lo mismo que me pasa el viernes en el restaurante me sucede los jueves en la pollería, y no es broma. Todos los jueves compro un pollito y medio en La Granja Burgalesa de mi amigo Jesús, y hará por lo menos cinco o seis meses que una aficionada colchonera se coloca estratégicamente en el bar aledaño para dispararme a la cara otro "¡Aúpa Atleti!". Incluso he llegado a pensar que la mujer del bar y el anciano del restaurante estén conchabados o sean padre e hija, conozcan mis hábitos y lleven medio año largo queriendo hacerme luz de gas. Este viernes renuncié a comer donde siempre pero por lo del pollo asado no paso porque me gusta mucho y seguiré yendo a por él todos los jueves, sólo faltaría.

Ojalá hoy no gane el favorito, que para mí sigue siendo el Atlético de Madrid, que viene de quitarle la Liga al Barça y en el Camp Nou. Pero del partido de este sábado ya se puede extraer una clara ganadora, que no es otra que la Doctora Milagro. Es increíble la campaña publicitaria que, probablemente sin ella pretenderlo, le han regalado a Marijana Kovacevic. Que me perdonen todas las yeguas del mundo, por las que guardo por supuesto un escrupulosísimo respeto, y más aún desde que, con la monta del mítico Claudio Carudel, ya fallecido, la imponente Teresa estuviera luchando por llevarse la victoria ni más ni menos que en el Arco del Triunfo de París, pero más que creer en el efecto repentinamente sanador que la placenta de la hembra del caballo pudiera ejercer sobre Costa yo me inclino por pensar en que todo ha sido desde el principio un montaje del Cholo Empecinado de quien tan poco me fío, un Simeone apostado tras los riscos de esta Champions esperando a pegar su último tiro.

1 comentario:

  1. Señor D. Juan Manuel Rodríguez, en el post de este blog “Guardiola, un mentiroso transparente” del 29 de abril de este año 2014, iniciaba mi comentario diciendo: “Cuando el periodismo se hace sectario o adicto a una parte determinada, deja de ser periodismo. Eso es lo que parece practicar Juan Manuel Rodríguez”.

    Eso decía entonces y eso reafirmo ahora. Sr Rodríguez con la mano en su corazón de madridista, y dejando aparcado su gran fanatismo blanco, usted cree que es de buen periodista o escritor en un día como el de hoy escribir de la forma que usted lo hace. No se da usted cuenta el flaco favor que le está usted haciendo al periodismo honesto. Y dejando peor aun de cómo está la sectaria cadena COPE.

    Ese sectarismo suyo por el Real Madrid, le hace caer en no tomarle con seriedad, porque de usted no se puede esperar objetividad, usted es como esos aficionados acérrimos y fanáticos que solamente ven el penalti que le hacen a su equipo, pero nunca ven el que su equipo hace. Eso que lo haga un aficionado lo podemos pensar como medio normal, pero en un “supuesto periodista” dice muy poco o muy mucho, poco como buen periodista y mucho como pésimo y mal periodista.

    Sr Rodríguez, aparte de mal periodista es usted “torpe”, pero como se le ocurre contar usted los casos del caballero que frisará los setenta y muchos y que, siempre sin mirarle a los ojos, le dice en voz alta agarrándose al cuello de su camisa “¡Aúpa Atleti!”. O la aficionada colchonera que se coloca estratégicamente en el bar aledaño a la pollería. Mi consejo para que usted pueda seguir disfrutando de su “pollito y medio” es cambiar de día o de hora.
    ¿Pero usted no ha pensado porque se lo hacen a usted?...

    Eso es consecuencias de su fanatismo, ese mismo fanatismo es que le obliga a decir Real Madrid 100- Barcelona 62. 38 puntos de diferencia. Y ese mismo fanatismo es el que le impide decir “El Real Madrid cae derrotado frente al Maccabi en la final de la Euroliga.

    Hoy lo importante es que la copa vendrá para España, pero tan importante como eso, es todos aquellas personas que tienen la oportunidad desde sus atalayas de comunicación, ya sea escrita, en radio o por TV, ayudar a una pacificación noble y deportiva entre ambas aficiones.

    Así se deben expresar el comunicador coherente y con gran madurez profesional, los otros ya lo sabemos…

    Saludos

    Alejandro Barceló


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