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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 4 de enero de 2022

Blanquerna y la derecha / por Eduardo García Serrano

Los patriotas de Blanquerna han entrado ya en la cárcel. No ha habido para ellos ni un mendrugo de Justicia. Ni la habrá porque son falangistas, y para la derecha parlamentaria eso es un delito de lesa democracia. El separatismo es un crimen de lesa Patria, pero es constitucional y, además, surge de las urnas. 

Blanquerna y la derecha

Eduardo García Serrano
No ha habido heraldos parlamentarios que hayan alzado la voz desde los escaños de la derecha para denunciar la injusticia. Tampoco los ha habido en sus terminales periodísticas. Ni los habrá. Su silencio es cómplice en la misma medida que la traición acomodada en el consenso constitucional que esa derecha reverencia. Romper ese consenso entrando en Blanquerna, la pocilga política y kultureta del separatismo catalán en Madrid, a la voz de “Cataluña es España” es un sacrilegio imperdonable que no merece un mendrugo de tolerancia democrática, ni una palabra, ni siquiera esa frase tan hueca como socorrida, salvoconducto y bidé de leguleyos y de cobardes: “No compartimos la sentencia pero la acatamos”.

La izquierda aplaude y la derecha calla porque los patriotas de Blanquerna encarcelados son falangistas. He ahí la prima y la última ratio de su silencio: son falangistas. Una sola palabra de protesta ante la tiránica injusticia perpetrada contra esos patriotas sería suficiente para que la izquierda acusara de fascista al lenguaraz derechista que tuviese el arrojo de pronunciarla. Son falangistas, son pocos y políticamente marginales. El coste/riesgo de su defensa, aunque sólo sea retórica, no es asumible para la derecha constitucionalista y democrática. El silencio es más rentable y la cobardía más productiva. En todo y para todo. Sólo hay cosecha de escaños en el patrioterismo de barraca de feria y en el estéril discurso parlamentario que agita el ánimo de la derecha en el sofá y vendimia sus votos en las urnas.

Los patriotas de Blanquerna han entrado ya en la cárcel. No ha habido para ellos ni un mendrugo de Justicia. Ni la habrá porque son falangistas, y para la derecha parlamentaria eso es un delito de lesa democracia. El separatismo es un crimen de lesa Patria, pero es constitucional y, además, surge de las urnas. De las mismas urnas que siempre rechazaron a la Falange. No hay justicia para los patriotas de Blanquerna. Solo hay Honor. Y eso no cabe en el consenso de 1978.   

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