No es Hilda Tenorio una mujer cualquiera; se trata de la torera más emblemática que ha dado México, la que cosechara innumerables éxitos como novillera por todo el país destacando, como no podía ser de otro modo, “El Embudo de Insurgentes”, la plaza de la que ha salido a hombros varias veces y, para colmo, hasta se doctoró hace ahora casi doce años con el sabor del éxito.
Hilda Tenorio, la perseverancia y la torería en un mismo ser.
Pla Ventura
Toros de Lidia / 3 enero, 2022
Entre la maldita pandemia y las lesiones que tantas veces azotaron a Hilda Tenorio, -Morelia-Michoacán-México- nuestra protagonista en el día de hoy lleva un par de años sin apenas torear nada, sencillamente porque el destino se cebó con ella, quizás para probar su fuerza magnética, la que le mantiene viva y esperanzada por lograr un mejor porvenir en su carrera.
No es Hilda Tenorio una mujer cualquiera; se trata de la torera más emblemática que ha dado México, la que cosechara innumerables éxitos como novillera por todo el país destacando, como no podía ser de otro modo, “El Embudo de Insurgentes”, la plaza de la que ha salido a hombros varias veces y, para colmo, hasta se doctoró hace ahora casi doce años con el sabor del éxito.
Desde aquel momento todos presagiábamos una fulgurante carrera para esta dama y, como antes dije, las horribles lesiones que sufrió, de las que todavía se está recuperando truncaron sus ilusiones puesto que, tras doctorarse consiguió muchos éxitos, hasta el punto de matar seis toros en solitario con un triunfo sin precedentes.
Como quiera que estamos hablando de una mujer singular donde las haya, Hilda Tenorio, incluso con sus terribles lesiones a cuestas no perdió nunca la fe y, lo que es mejor, aprovechó el tiempo mejor que nadie en el mundo, sencillamente para conseguir el entorchado de Licenciada en Derecho, lo que nos hace confirmar que estamos ante un ser humano admirable.
Escuchemos a esta señorita admirable que, como ella misma confiesa, ha sido la cultura la que le ha redimido de casi todos sus males. Como digo, un ejemplo de perseverancia y torería, todo a la vez.
-En líneas generales, Hilda, por culpa de la pandemia hemos sufrido dos años horribles. ¿Cómo has digerido tú esa circunstancias que a todos nos empañó?
Gracias a Dios, en mi familia inmediata no ha habido contagios, ni mucho menos alguna pérdida. Sin embargo, algunos familiares más lejanos y muchos amigos se me han adelantado.
Soy consciente que aunque hay que tener precauciones, también la vida tiene que seguir, reactivar la economía, trabajar. Hay muchos que no nos podemos quedar encerrados para poder sobrevivir y todo supone un riesgo.
Y al salir a las calles, al hacer lo que uno siempre hacía antes de la pandemia, te das cuenta que falta mucha gente. Voy a las plazas de toros y nos faltan muchos profesionales y aficionados.
-Y te lo pregunto sabedor de que, como torera, te habrá afectado mucho ¿verdad?
Justo antes de que estallara la pandemia en España, en marzo de 2020, tenía el plan e incluso el ticket de avión para viajar a España y poder buscar ir al campo a prepararme, para luego reaparecer de aquella cornada. Estalló la pandemia en lo más fuerte y la aerolínea me canceló el vuelo. Me quedé en México en total incertidumbre, y aunque hubo algunas llamadas y ofrecimientos para reaparecer en México, no lo quise así.
-Una vez que parece que estamos viendo la luz al final del túnel, de forma profesional, ¿cómo estás viendo tu futuro inmediato?
No quito el dedo del renglón y quiero irme a España a finales de febrero o principios de marzo. Mi intención es colarme en algún cartel por allá y poder reaparecer taurinamente pero debutando en España como matadora de toros.
-¿Has toreado algo en este tiempo que hemos vivido?
Sólo en ganaderías algunos tentaderos. Me estoy recuperando de una ruptura de ligamento cruzado anterior que me hice en julio pasado, y tras la cirugía de plástica de LCA, ahora mismo ya estoy entrenando y con mucho ejercicio de rehabilitación. Mi rodilla la siento casi como nueva. Al parecer en febrero me dan el alta para poder meterme al campo.
-La suerte, ese factor tan importante para los seres humanos y mucho más para los toreros, en muchas ocasiones no quiso aliarse contigo. Lo digo por la de lesiones tan dramáticas que has sufrido. Al respecto, ¿cómo está tu cuerpo?
Bien. Actualmente en recuperación de la primera cirugía en mi rodilla izquierda.
De la última cornada, aquella en la cara, los doctores hicieron un gran trabajo. Tengo dieciocho placas de titanio y dos mallas que sostienen mis ojos, pero por fuera las cicatrices casi no se notan.
Hace poco reflexionaba al respeto de las cicatrices en la cara, y es que como sabrás, en toda mi carrera sólo he tenido dos cornadas, pero las dos han sido en la ¡¡¡cara!!! (Lo de las rodillas y tendón de Aquiles han sido lesiones circunstanciales).
Pero después de dos cornadas grandes en la cara, por fuerza queda alguna marca; y yo recordaba que cuando me pegaron la primera cornada y yo estaba apenas con 15 años de edad, recibí muchas llamadas, entre las que recuerdo, una del matador Leonardo Benítez donde me decía que me envidiaba porque todos los grandes toreros tienen alguna cicatriz en la cara por cornada de toro. Mencionaba a Manolete.
Así pues, reflexioné acerca de mis cicatrices, y de ahora en adelante, he decidido que no son cicatrices, son realmente líneas de expresión… de expresión torera.
-Por lo que veo, Hilda, como torera, sigues siendo el último vestigio en México. Lo digo porque de otras chicas que toreaban apenas he sabido nada. Pasan los años y, como profesional, ¿cómo estás viendo tu futuro no muy lejano?
Soy optimista, sé que puedo y quiero. Cuando insistes tanto en algo y pones todo de ti, todos los caminos terminan por abrirse.
Creo que ya pagué la cuota de viaje, sé lo que hacen los toros, lo he sentido en carne propia, sin embargo, no basta con eso, hace falta trabajar más y seguir tocando puertas.
-He podido saber que quieres venir a España -al margen de que tú lo has mencionado antes- en la próxima temporada. Por favor, adelántame los detalles que me parece algo interesantísimo. ¿Vienes de la mano de alguien o llegas para probar suerte en España?
Realmente voy a probar suerte, a tocar puertas.
Tengo un par de amigos allá que han dicho que me apoyarían en lo que pudieran, y espero así sea, pero en realidad voy apostando por mí, a encontrar lo que llevo años buscando.
-Como sabemos, eres una mujer ilustrada pero, si no toreas, ¿cómo es el día a día de Hilda Tenorio?
Actualmente no estoy toreando, por la recuperación de la rodilla, pero se me va mucho tiempo en la rehabilitación. Son cerca de tres horas de ejercicios en gimnasio, cardio y natación.
Después viene el entrenamiento de toreo de salón, que actualmente estoy haciéndolo yo sola, para evitar giros bruscos. Y me gusta entrenar así porque me permite reflexionar y mejorar mucho la técnica de toreo, además de recuperar poco a poco el ritmo y la soltura por el tiempo que dejé forzosamente de entrenar.
Me gusta leer y escribir también breves cosas. Para satisfacción mía, he descubierto que tengo muchos seguidores también por mi manera de escribir.
–Como quiera que he sabido de esa virtud de la que me hablas, por favor, ¿para cuándo nos obsequiarás con un ensayo tuyo?
No lo había pensado pero me has dado una idea fantástica, algo que cumpliré tan pronto como me sea posible.
-Sabedor de que eres una profesional de altísimo nivel en todos los tercios de la lidia, ¿por qué no cuentan contigo como debieran?
En la actualidad he dejado de cubrir el tercio de banderillas debido a mis lesiones en rodilla. Seis cirugías en mi rodilla derecha y la última, una cirugía en rodilla izquierda.
La razón ha sido que le he exigido mucho a mi cuerpo en acondicionamiento físico y brincos, todo para estar en condiciones sobradas para poder banderillear.
De manera natural, hay más lesiones de rodilla en mujeres, todo por la simple anatomía, una posición en valgo, que existe en todas las mujeres. La ciencia da un número de 75% más de lesiones en mujeres que en hombres, por esta posición donde siempre hay una fuerza extra en dirección de afuera hacia adentro sobre la rodilla.
Por eso he decidido dejar de banderillear, y poder seguir disfrutando del toreo de capote y muleta, con un ejercicio más conservador sin tanto brinco. Después de todo, para ser torero, hay que quedarse quieto.
-La fiesta, Hilda, sigue estando amenazada desde todos los frentes, hasta el punto de que como pude saber, al parecer, hasta quieren cerrar la Monumental de México. ¿Qué se dice por ahí al respecto?
Hay muchos grupos prohibicionistas (que no animalistas como ellos quieren hacerse llamar) que no saben de qué va realmente la fiesta de los toros; y así, con su ignorancia brillando a mil kilómetros, con un afán populista o por querer posicionarse con algún voto fácil políticamente, por ser “noticia” (aunque ya sea la noticia más trillada) levantan la mano queriendo prohibir la existencia del toro de lidia (que no de las corridas de toros). Claro que eso lo desconocen.
Bien dicen que una persona ignorante con iniciativa es más peligrosa que una persona armada.
Lo que se trata es de hacer consciencia y educar a la gente en lo que realmente es la tauromaquia. Sólo espero que al final impere la cordura.
-Lo que sí es cierto, por lo que veo y deduzco que en México, una vez nos hemos restablecido un poco de la pandemia, en México se están dando pocos toros. ¿Cuál es el motivo?
Veo con gusto que poco a poco se están abriendo las puertas de más plazas, reactivándose más ferias cada vez aunque con un menor número de festejos aún.
Es época difícil donde el empresario arriesga y los toreros también.
Si lo comparas con España, siempre en México habrá un menor número de festejos, pero también se está reactivando lo taurino y eso es muy bueno.
-¿Quién te apodera?
Desde hace algunos años que me apoya Alberto Alcocer, que es más que un amigo, como alguien de mi familia, un segundo padre; que el junto a su esposa Tita me han apoyado con lo que han podido siempre.
-Tengo fotos tuyas entrenando con el maestro Rodolfo Rodríguez El Pana. ¿Qué sentiste cuando murió el mago de Apizaco?
En realidad sólo tuve la fortuna de entrenar con él un par de veces, y en algunos tentaderos llegué a coincidir con el maestro.
Su muerte caló hondo igual en mí que en muchos aficionados y profesionales del medio.
Era un hombre, un torero, que pese a sus demonios, tuvo siempre mucha afición.
En lo personal, lo recuerdo siempre con muchísimo respeto hacia mi persona, siempre tratándome como lo que siempre he luchado por ser y seguir siendo: un torero.
-Por cierto, veo que tienes mucho valor, más del que muchos imaginan pero, ¿cómo digieres el miedo cuando estás frente al toro?
Está claro que el miedo siempre existe. Creo solo que a unos se nos nota menos que a otros, y de ahí ya se diferencian un poco más quienes logran dominar ese miedo y hacerlo su aliado.
La responsabilidad es la que da más miedo, y además el compromiso con uno mismo, porque si no sales a triunfar, después te costará el doble de trabajo remontar.
Don Rutilo Morales, quien me enseñó a tomar un capote y los primeros años hasta ser novillera puntera, él siempre me decía que “el valor lo da la seguridad de saber hacer las cosas”. Mientras más entrenes y más seguro estés que sabes lo que haces, algo más sencillo te será jugarte la vida, con conocimiento de causa.
-¿Cuál crees tú que pueda ser el motivo para que, desde hace muchos años ningún mexicano tenga calado fuerte en España, salvo alguna que otra excepción?
Actualmente creo que hay varios que están sacando la cabeza allá.
Joselito Adame lleva doce o trece temporadas allá y prácticamente toda su carrera de novillero la hizo en España. Sus hermanos siguen sus pasos.
Isaac Fonseca como novillero ha quedado triunfador de varios circuitos novilleriles.
Creo que todo está en el apoyo que se les pueda dar.
Lo veo en mi caso: es complicado juntar un dinero e ir a la buena de Dios tocando puertas, apostando todo por uno mismo.
En el caso de los que han podido ir a España de novilleros, lo han hecho a través de grupos o peñas que han ayudado a sufragar gastos; de escuelas taurinas e intercambios.
Yo no tengo ese apoyo, pero de iniciativa propia, apostaré por mí, y a ver qué sale.
-Al respecto de lo que antes te preguntaba, yo te diría que somos un poco racistas con los extranjeros. ¿Lo crees tú así?
No, no lo creo.
Roca Rey ha triunfado. El maestro César Rincón también, y realmente los ha acogido como uno de los suyos.
Creo que al final el toreo no tiene nacionalidad, y cuando hay emoción, puede un chino llegar y tocar el cielo.
-Has pasado calvarios terribles y nunca te desesperaste. ¿De dónde sacas esa fuerza magnética que la mayoría de los mortales no tenemos?
Me gustaría poder decir que sólo es afición, pero no. La realidad es que en muchas ocasiones me he retroalimentado de algunas personas, aficionados o profesionales que llegan justo en el momento indicado, como si alguien, quizá Dios, los hubiera mandado.
Siempre, en los momentos claves en que siento mi mundo derrumbarse, ha llegado alguien, que conociendo o no, el momento por el que paso, llega con las palabras indicadas y precisas para hacerme remontar.
Lo tomo como señales del destino. Mi destino. Y entonces, sigo adelante, porque al final termino siempre pensando que esto es lo que me gusta, y que la vida, construida en base a momentos, tiene que seguir siendo así, con uno mismo haciendo lo que le gusta.
-Si te dieran a elegir entre el dinero y el éxito ¿con cuál te quedarías?
El éxito.
El dinero puede llegar de muchas formas, y no siempre trae la felicidad.
El triunfo, por el contrario, supone la realización de los ideales que uno se ha trazado.
Al final, dicen por ahí, que una vez muertos, el rey y el peón regresan a la misma caja. No te llevas nada material, sólo la satisfacción de lo que en vida hiciste y el recuerdo que dejas en las personas.
-Hilda querida, añade todo lo que tu corazón te indique.
Sólo me queda agradecimiento hacia tu persona por todo el apoyo que me has dado siempre. Vienen a mi memoria muchas veces recibiendo correos tuyos, tanto físicos como virtuales. Me conociste cuando aún era becerrista, y siempre creíste en mí. Eres una de esas personas que en alguna respuesta mencioné como “enviadas por Dios” y a lo mejor no lo sabías.
Este año 2022 siento que por fin conoceré en persona a mucha gente que desde España me ha estado apoyando moralmente en estos años de lucha. Sin duda, será un gran año.
Quiero enviar desde aquí, mis mejores deseos para toda la gente, aquí, allá… en cualquier parte del mundo.
Dar la enhorabuena a los médicos, que han sido los héroes de la humanidad por siempre.
Y a la gente en general, instarlos a que sigan en pie de lucha por lo que sueñan y desean. No hace falta con soñar, hay que levantarse a tratar de vivir el sueño.
¡Un abrazo y mil gracias Luis!
Un fuerte abrazo
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