CIERTO SABOR MAÑICO EN FERIA DE LA MAGDALENA DE CASTELLÓN
Fernando García Terrel
Zaragoza, 28/03/2012.-
La feria de la Magdalena de Castellón conserva un cierto sabor aragonés que le da un aire especial y quizás por eso acuden a ella tantos maños. El coso del paseo de Ribalta, mal cogo, del Bajo Aragón, y muchos zaragozanos que acuden a presenciar sus corridas de toros y también los concurridos festejos populares que en él se celebran día a día, en especial durante el fin de semana último que este año se prolongó inclunservado y hasta incomodo, no es obstáculo para que en él se den cita los de Teruel, de su Maestrazyendo la festividad del Santo José.
La feria de la Magdalena de Castellón conserva un cierto sabor aragonés que le da un aire especial y quizás por eso acuden a ella tantos maños. El coso del paseo de Ribalta, mal cogo, del Bajo Aragón, y muchos zaragozanos que acuden a presenciar sus corridas de toros y también los concurridos festejos populares que en él se celebran día a día, en especial durante el fin de semana último que este año se prolongó inclunservado y hasta incomodo, no es obstáculo para que en él se den cita los de Teruel, de su Maestrazyendo la festividad del Santo José.
Por el callejón de la plaza vi al ganadero zaragozano José Luis Marca que mando el peor encierro del ciclo, al empresario Arturo Beltrán seguidor impenitente de su amigo Enrique Ponce; en los tendidos nos alojábamos los de cada año y en el palco otro habitual, un paisano de San Juan de Monzarrifar, el presidente, José Antonio Gracia.
Si Justo Ojeda fue en su día empresario de Castellón ahora lo es Enrique Patón y ambos lo fueron de la Misericordia, al igual que los otrora gerentes de la Misericordia y hoy apoderados allí presentes: Victoriano Valencia o Roberto Espinosa. A todos saludé, lo mismo que a los criadores de toros Fernando Cuadri, Dávila Miura o Victorino Martin que quisieron participar en ese gran desafío ganadero que con sus reses se anunciaba. Por cierto Fernando Cuadri fue el único que me hablo de la casi seguridad de traer las suyas para el Pilar.
Escuche dos tardes, tras el arrastre del último toro, interpretar por la banda de música, la zaragozana jota de los toros y hasta otra cantada por algún mañico. En los hoteles con tertulia taurina, bares del casco viejo y en los modernos restaurantes del Grao me encontré a muchos maños que como yo mantienen la costumbre de acudir a una feria hoy cercana, gracias a la Autovía Mudéjar.
De regreso, en el límite de la provincia de la Plana con la de Teruel me sorprendió una copiosa nevada mientras recordaba lo vivido y me sentí satisfecho de lo presenciado los últimos días especialmente. Sin duda la emoción en la Fiesta la ponen los toros importantes.
Menos me gusta esa costumbre tan propia de las plazas de Levante y parte de Andalucía de merendar en la localidad a partir del arrastre del tercer toro, cosa que admito pero no comparto pues degenera en un desinterés de lo taurino por lo gastronómico y creo que cada cosa tiene su sitio y tiempo.
Desconfiaba de un ciclo en que salvo Ponce, Fandi o El Cid, faltaban el resto del G10 pero tenía fe en los que les sustituían pues son toreros que merecen el respeto del aficionado por su predisposición, valentía y sapiencia taurina para enfrentarse y triunfar ante reses que desprecian los “señoritos”.
Patón congregó a los que han sido sus poderdantes en los últimos años: Matías Tejela, Uceda Leal y José Luis Moreno y desde ya propongo un cartel en que se anuncien los tres buenos mozos pues dejaron muestra de su arte y técnica. Comprobé con sorpresa que los miuras si saben envestir, que los de Cuadri pese a su volumen y edad son capaces de tomar más de tres varas y ser triunfadores del reto ganadero frente a los de Zahariche y los Vitorinos. Sentí la emoción que trasmite al público la suerte varas bien ejecutadas, tan lejanas a la actitud del “Fandi” que antes de que su primer toro llegase al caballo ya pidió al palco el cambio de tercio. Vimos buenos pares de banderillas, como el de Aladid, para el que sonó la música y los detalles de generosidad de los diestros al dejar lucir a sus oponentes.
Uceda, Alberto Aguilar, Rubén Pinar, Javier Castaño y Luis Bolívar pasearon sus trofeos como pudieron haberlo hecho Rafaelillo, Serafín Marín o José Luis Moreno. Lo peor y hay que evitarlo, fue que el “victorino” que cerró la Feria le correspondiese al local Paco Ramos que por falta de rodaje nada supo hacer y ya se sabe que lo último que vemos es de lo que más nos acordamos y sería injusto tal recuerdo para un ciclo en el que hubo, pese a la crisis entradas buenas algún día y otros aceptables.
Fallaron los inventos con gaseosa para ganar adeptos a la causa como el abono joven, pese a su bajo coste, o la sugestiva oferta para los aficionados catalanes en un atractivo paquete en que se incluía: alojamiento, gastronomía y toros. A ninguna de las dos se abonó nadie.
Serio aviso a navegantes.
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Fernando García Terrel
(Director del Rincón Taurino “El Mentidero” de la Casa de Andalucía de Zaragoza)
Zaragoza, 26-3-12, Canal 44 de TV.
Programa “Patio de Cuadrillas”
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