Eugenio de Mora frente el toro de Martín Lorca
-Fotografías: La Loma-
MADRID.- DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Importante faena de Eugenio de Mora en Las Ventas
- El toledano corta una oreja del cuarto toro de Martín Lorca; Víctor Barrio dio una vuelta al ruedo
Abrió plaza un toro serio de Martín Lorca que se movió pero lo hizo con la cara alta. Le faltó profundidad en su embestida. Eugenio de Mora anduvo muy por encima de su oponente en una faena sólida y autoritaria en la que aplicó el secreto del temple para atemperar el genio del toro y cuajar dos series importantes sobre la mano derecha. Saludó una ovación tras aviso. El cuarto fue un toro noble y con calidad al que entendió a la perfección el diestro toledano en una faena iniciada de rodillas con una serie extraordinaria sobre la diestra. Muy sutil Eugenio de Mora, administrando bien la calidad del toro. La faena creció en tres series al natural importantes, con los muletazos justos, pero la figura asentada, relajada y corriendo bien la mano. Dos tandas sobre la diestra profundas metieron de lleno al público en una labor muy jaleada y que estuvo presidida por el clasicismo, la ligazón y el temple. Mató de estocada desprendida y paseó una oreja. Faena de gran nota. Unanimidad en el premio.
Por saltilleras recibió Víctor Barrio en los medios al tercero, un toro que fue perdiendo fuerza a lo largo de una lidia llevada de forma fenomenal por Jarocho. Tuvo clase el toro pero no la fuerza necesaria y ante él, Barrio estuvo serio en una faena técnicamente consistente pero sin oponente. Todo lo que puso el torero no fue correspondido por el toro. Manso y rajado fue el sexto, marcó querencia hacia los adentros de salida y precisamente eso fue lo que aprovechó el segoviano que se fajó bien con él en una actuación valiente en la que logró series meritorias sobre la mano derecha, con la planta erguida y gobernando las embestidas de su oponente. Mató de estocada y dos golpes de descabello y dio la vuelta al ruedo.
Pepe Moral sorteó en su primer turno un toro de Escudero Martín deslucido, aplomado y sin clase. No dio opciones el toro al diestro sevillano que dejó lo mejor de su actuación con una gran estocada que tumbó al toro sin puntilla. El quinto, serio y bien armado, fue todo fachada. Vacío por dentro. Sin clase en su embestida. Pepe Moral, que no tuvo ninguna opción, manejó de nuevo con seguridad y contundencia la espada y fue silenciado.
Víctor Barrrio
Pepe Moral
Eugenio de Mora
El apoderado Lázaro Carmona con su hijo
el novillero Carlos Enrique Carmona
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