Plaza de Toros de Madrid.
En el cartel de la tarde tenemos a Rafael El Gallo, Vicente Pastor, Machaquito y Rodolfo Gaona. Antes de empezar el paseíllo los maestros se fotografían rodeados de los admiradores.
Un señor con un hongo, un joven con un pitillo, muchos con gorra, se sitúan próximos a los toreros, que ya están liados para salir al ruedo. Entre ellos, un muchacho menudo, vestido de monosabio con sus alpargatas y su gorrilla, hermano del contratista de caballos, ha conseguido colarse y logra asomar su cara entre dos gigantes naturales de Madrid, entre Gallito y El Chico de la Blusa, inspiración y poder. Ese muchacho, tan poquita cosa, sin él saberlo, ha conseguido llegar al sitio que de verdad le corresponde en la fotografía: él no debe aparecer entre los mirones que se agolpan al lado de los toreros famosos porque él es el quinto torero de esa imagen, pero aún tendrá que pasar un poco de tiempo para que Fausto Barajas, monosabio de la Plaza de Madrid, se vista de oro y llegue a deslumbrar a los públicos con su arte en banderillas y su seco valor de torero, especialista en toros de Albaserrada.
J. R. M.
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