La plaza de toros histórica de Trujillo, Cáceres, que data de 1848 y tiene capacidad para 9.000 espectadores, celebró el sábado 3 de mayo una corrida de toros con motivo de la Feria Internacional del Queso que se celebra anualmente en la muy bella ciudad trujillana. Los aficionados ocuparon más del 50% de las localidades, esto es unos 5.000 asistentes, alentados por el interés que siempre depara una corrida de toros encastados de la ganadería de Adolfo Martín Escudero, que pastan en la finca de “Los Alijares”, próxima a Trujillo. También el cartel ofrecía suficientes atractivos para el aficionado: José Ignacio Uceda Leal, Javier Castaño y Rafael Cerro; este último cacereño, recientemente alternativado en Navalmoral de la Mata con gran éxito.
CORRIDA DE ADOLFO MARTÍN EN LA PLAZA DE TOROS DE TRUJILLO
José María Moreno Bermejo
La plaza presentaba un gran aspecto, casi llena la sombra, lo que da idea del interés que despertó la corrida. Tuvimos la oportunidad de saludar a aficionados de Mérida, Zaragoza, Castellón, Valencia, Madrid, etc., que nunca fallan a la llamada de los toros encastados de Adolfo Martín. No salimos decepcionados de la corrida. Bien presentada, con categoría de plaza de mayor rango, ofrecieron la seriedad e interés de la verdad en el ruedo. Sólo el 5º bajó algo en su trapío, aunque su clase fue de nota.
Presidió la corrida un avezado aficionado que presidiera durante muchos años la plaza de toros de Valencia, D. Juan Moreno, con lo que el festejo se dotó de mayor seriedad, si cabe. El asesor artístico fue el presidente del Club Taurino Trujillano, D. Luis Pino Parrón, acompañado por su vicepresidente, D. Antonio Bravo.
El primer toro ofreció una lidia clara y atractiva, si bien fue el más flojo; el único que flojeó. Uceda estuvo aseado y clásico, si bien adoleció de alguna frialdad. En una serie por el izquierdo, arrastrando la muleta para acompañar la humillada embestida del burel, recibió una gran ovación. Perdió la oreja al matar atravesando al toro. En el cuarto se mostró más contundente en su lidia; el toro era menos claro, quizás por la suerte de varas que recibió, en la que derribo al piquero Israel de Pedro. Tampoco acertó Uceda con la espada, por lo que sólo recibió del respetable una ovación que premiaba su labor.
El segundo de la tarde fue un buen toro; encastado y serio, tardeó en varas, fue mal picado por Fernando Sánchez, y se notó luego en su comportamiento. En banderillas actuaron Marco Galán y Fernando Sánchez; bien el 2º en su arriesgado y artístico par; en la lidia no lució David Adalid.
Castaño estuvo muy bien con el toro en una actuación seria y ligada, en la que, quizás, debió acercarse más las embestidas. Mató atravesando al burel, por lo que sólo recibió aplausos. En el quinto, de cortos pitones, recetó unas buenas verónicas que fueron muy aplaudidas.
Tito de Sandoval manejó el caballo con donosura y arte, y el toro, puesto en suerte
demasiado lejos, tardeó en el encuentro, que solo se produjo cuando el buen piquero cambió los terrenos y el torero la distancia. Buena la lidia de Galán y excelentes los pares de Adalid; el de Fernando Sánchez fue magnífico y arriesgado; se desmonteraron los dos. Castaño entendió muy bien al “adolfo” y estuvo aseado con él. Cortó una merecida oreja, que no fueron las dos por la seriedad con que se presidio la corrida.
Rafael Cerro estuvo serio y profesional, si bien no dio con la” tecla” del buen tercero, que fue muy mal lidiado por sus subalternos. Algo pesado el cacereño, mató mal. En el sexto, de buena condición, estuvo muy profesional en el último, aunque algo pesado. Tampoco acertó con los aceros, por lo que sólo recibió una merecida ovación.
Tarde torera muy satisfactoria la disfrutada en la plaza de Trujillo. Precios de las entradas muy adecuados, de 25,00 a 35,00 euros los tendidos de sombra. Toros muy bien presentados, válidos plazas de 2ª; casta por parte de toros y toreros, que no fueron refrendadas con más trofeos por culpa de las espadas.
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