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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 31 de agosto de 2015

Bilbao. 8ª y última de las Corridas Generales: Mediocre corrida de Victorino y dos orejas muy baratas para Paco Ureña / por J. A. del Moral


Paco Ureña

"...A juzgar por lo que leímos ayer sobre la actuación de Diego Urdiales, ya tiene la Junta Administrativa a quien ofrecer al menos cuatro tardes para la feria del año que viene. Hemos tenido que frotarnos los ojos ante la cantidad de enormidades elogiosas con que no pocos colegas tenidos por los más sabios y exigentes que ejercen en los medios diarios, tanto locales como nacionales, han dedicado a las faenas del riojano..."

Mediocre corrida de Victorino y dos orejas muy baratas para Paco Ureña

Bilbao. Plaza de Vista Alegre. Domingo 30 de agosto de 2015. Octava y última de feria. Tarde bochornosa con un tercio largo de entrada.

Seis toros de Victorino Martín, muy bien presentados en el tipo y con el pelaje cárdeno de la casa. Dieron juego desigual con el denominador común de la falta de raza, de energía y algunos de fuerza. Muy mediocre el primero, brevemente manejable por el lado izquierdo el segundo. Manejable sin clase alguna el tercero. Noble sin raza ni chispa el cuarto. Noble por el lado derecho el quinto. Manejable y soso el sexto.

Rafaelillo (rosa y oro): Pinchazo, estoconazo y dos descabello, palmas con saludos. Estocada muy trasera y descabello, ovación con saludos.
Manuel Escribano (verde botella y oro): Pinchazo y estocada, palmas con saludos. Estocada trasera tendida y tres descabellos, ovación con saludos tras otra al toro en su arrastre. 
Paco Ureña (tabaco y oro): Estocada habilidosa, oreja muy barata. Buena estocada, oreja de nuevo barata.

PARTE MÉDICO DE JUAN JOSÉ DOMÍNGUEZ: 
“Herida por asta de toro en tercio medio de cara interna de muslo izquierdo con dos trayectorias. Una posterior de 4 centímetros que diseca músculo semitendinoso y provoca algún desgarro en abductores. Otra descendente de unos 12 centímetros que no provoca daños vasculares o nerviosos. Pronóstico reservado que le impide continuar la lidia. Trasladado a la Clínica Zorrozaurre”.

A juzgar por lo que leímos ayer sobre la actuación de Diego Urdiales, ya tiene la Junta Administrativa a quien ofrecer al menos cuatro tardes para la feria del año que viene. Hemos tenido que frotarnos los ojos ante la cantidad de enormidades elogiosas con que no pocos colegas tenidos por los más sabios y exigentes que ejercen en los medios diarios, tanto locales como nacionales, han dedicado a las faenas del riojano. Y no solo de la segunda que todos hemos reconocido como correspondía en estricta justicia. Pero eso es una cosa y otra pretender hacernos creer que Urdiales es ahora el sumum del toreo. Ya pueden retirarse todas las figuras, incluidos Ponce, El Juli, Manzanares, Talavante, Castella y Perera. En Bilbao, al menos, ya no tendrán que contratarles el año que viene…

De tamañas exageraciones cabría suponer que, a partir a ahora, Urdiales llenará todas las plazas donde le contraten y que ningún empresario podrá prescindir de él. Y ahora hablando en serio. A quien sí le ha quitado la merienda Urdiales en Bilbao ha sido a Fandiño.

Pero regresemos a la realidad para contar lo que dio de sí la corrida de Victorino Martín. Estos toros han pasado de llenar las plazas con solo anunciarlos a la pobre entrada que hubo ayer en Vista Alegre. Una de las más flojas de la feria. Lo lamento profundamente. Seguro que de haber sabido los organizadores que Urdiales iba a desatar el entusiasmo que provocó antier y las disparatadas crónicas que se han escrito sobre su actuación, le habrían dado el puesto libre que dejó Antonio Ferrera. Pero no hubo lugar ni tiempo. Vino Rafaelillo para encabezar la terna. Fue una corrida aburrida y mediocre en la que lo mejor lo hicieron Rafaelillo con el cuarto toro y Manuel Escribano con el quinto. Pero quien resultó el único triunfador fue Paco Ureña a quien le bastó mostrarse voluntarioso y, eso sí, prontamente certero con la espada para que se le pidiera y, se le concediera una oreja de cada uno de sus toros. 
A Matías tan pronto se le cierra la mano como se le abre. Es increíble que haya igualado en mérito grandes faenas con dos tan ramplona como las de ayer de Ureña. Pero así está la plaza de Vista Alegre. Vayamos a lo acontecido con la corrida de Victorino.
El muy serio cárdeno que abrió plaza fue aplaudido al aparecer en el ruedo. Tras saltar derrotando alto al tomar el primer capotazo de Rafaelillo, le apretó mucho para dentro y el murciano lo sacó a los medios bregando de espaldas. El toro perdió manos y patas. Tomó el primer puyazo cumpliendo y volvió a flaquear de remos. Se defendió del aliviado segundo. Escribano quitó por delantales sin aplicarse a fondo para no perjudicar al animal. Un buen par de José Mora compensó los fallos anteriores en banderillas. Rafaelillo brindó al público su faena. Empezó muy decidido por bajo con la derecha para intentar domeñar las ariscas embestidas del animal. Rafaelillo es un experto en dar medios pases sobre las piernas. No dio el toro para más por el pitón derecho. Pero se dejó y fue largo por el izquierdo y logró una primera ronda de naturales. Más pegó después. En unos, los menos, fue largo y en la mayoría se quiso comer al torero que supo quitarse de en medio muy habilidosamente. Se tiró a matar con fe pero pinchó antes de agarrar un estoconazo que necesitó de dos descabellos. Se ovacionó al toro y al torero después.

Muy largo e imponente el cuarto. Rafaelillo lo recibió con una larga de rodillas en tablas. Y luego por verónicas aunque casi resulta desarmado al dar una, resolviendo el mal trance con dos medias genuflexo. El toro pasó de caballo y hubo que recolocarlo dos veces para que tomara un primer puyazo muy leve. Breve quite de Rafaelillo con lances a pies juntos. Y un muy aplaudido segundo puyazo de Juan José Esquivel. El tercio de banderillas se cubrió con desigual acierto. Rafaelillo empezó la faena por alto con banderazos. Simplemente manejable el animal, la faena fue bien recomenzada con la derecha por redondos de progresivo acople que ligó a los de pecho. Tan bien e incluso mejor al natural rematando con un pase de pecho a pies juntos con el solo inconveniente de tener que darlos de uno en uno por no repetir el animal. Y final muy torero y templadito sobre ambas manos con desplante. Lo mató de estoconazo muy trasero tardando el toro en doblar por lo que tuvo que descabellar. Le bastó uno solo. Pero perdió la oreja que, este sí, habría ganado en estricta justicia. Rafaelillo, fue obligado a saludar.

Aún más serio y agresivo de pitones fue el segundo. También fue aplaudido al aparecer en la arena. Echó las manos por delante en el recibo de Escribano. Empujó defendiéndose en el primer puyazo, perdiendo las manos al salir. Volvió a defenderse en el aliviado segundo. Escribano banderilleó en solitario cual acostumbra, sea cual sea la condición de los animales. Muy fácil en el primer par de fuera a dentro. Y como el toro se fue a las tablas, el segundo lo puso de dentro afuera. El tercero, como casi siempre hace, lo puso al violín por los adentros. Escribano alternó las dos manos con voluntariosa habilidad perdiendo la oreja por la espada por pinchar a la postre. Lo hizo antes de enterrar un espadazo entero. Palmas para toro y torero.

Cuajado el quinto. Noble, sueltecito y con poca fuerza en el bien intencionado recibo capotero de Escribano. Se acostó Escribano repitió el tercio de banderillas en solitario con meritorias intervenciones. Entre el primer y el segundo par, resultó volteado y herido el peón Juan José Domínquez que fue rápidamente trasladado a la enfermería. Ya había mostrado el toro su guasa en dos ocasiones cuando Escribano tomó la espada y la muleta. Pero no resultó el toro tan avieso como pareció en la cogida del banderillero sino todo lo contrario por el lado derecho. A dos tandas en redondo siguieron algunos naturales de menor recorrido que los que acababa de dar a derechas. Por eso siguió por este lado hasta desplantarse de rodillas y volver por redondos limpios y templados. Mató de estocada trasera y tendida, lo que le obligó a descabellar tres veces por lo que, como Rafaelillo, perdió una posible oreja.

Más normalito de presencia fue el también cárdeno tercero. Se quedó muy corto en el capote de Ureña y adoleció de falta de fuerza. Picado de trámite y sin quites. Banderilleado sin apenas brillo. Lo brindó al público. Estos brindis puramente corteses por si suena la flauta no tienen razón de ser. Y eso que, menos mal, el toro se medio dejó por el lado derecho para empezar. Digo medio porque unas veces pasó y otras no. Desclasado, sosito unas veces y sacando guasita otras. Perdió las manos a veces también. Ureña puso toda la voluntad posible en sus deseos de agradar y estuvo demasiado tiempo intentando torear por los dos pitones a costa de algún susto que otro, momentos de miedo de la gente que se tradujeron en aplausos. Incluso le pidieron música. Lo mejor con mucho fue la estocada que propinó con habilidad y con mucha suerte porque el animal le echó la cara arriba en el momento del embroque. Y hasta le pidieron y le dieron una muy barata oreja.

Cómodo de cabeza el negro entrepelado el sexto y último de la tarde y de la feria. Noble en el buen recibo por verónicas de Ureña. Apenas fue castigado en varas cumpliendo el toro en ambas. Pasó sin quites a banderillas. Noblón, soso y con poco brío ni apneas fuerza el toro en la muleta. Derechazos a tono con el mediocre estilo del burel. Desarme al dar un natural. Insistió por ese pitón sin resultados realmente apreciables. Voluntad no le volvió a faltar al murciano que siguió por los dos pitones con el beneplácito de los bilbaínos que esta tarde se mostraron muy conformitas. Otra buena estocada fue de nuevo lo mejor de Ureña. Como en su primer toro, se le pidió y concedió otra barata oreja.

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