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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 25 de agosto de 2015

Bilbao. 2ª de las Corridas Generales: Juan del Álamo se llevó el mejor toro y la tarde / por J.A. del Moral



 "..Un estoconazo saliendo perseguido con saña, puso en las manos del salmantino una de las orejas de su oponente. No me explico por qué no se pidió la segunda. El toro fue ovacionado con toda justicia en su arrastre..."

Juan del Álamo se llevó el mejor toro y la tarde

En la general grandura de la corrida de Puerto de San Lorenzo solamente hubo un gran tercer toro por su extraordinario comportamiento que fue magníficamente aprovechado por el salmantino Juan del Álamo que cortó la única oreja de la tarde. Una oreja que supo a poco premio. Otra podría haber cortado el mexicano Joselito Adame del segundo. Pero la perdió con la espada

Bilbao. Plaza de Vista Alegre. 
Lunes 24 de agosto de 2015. Segunda de feria. Tarde medio nublada y desapacible con viento. Más gente que antier sin llegar a la media.

Seis toros de Puerto de San Lorenzo incluido el sobrero que reemplazó al primero que tuvo que ser apuntillando por quedar inútil tras lastimarse en el primer puyazo. Muy bien presentados, algunos sobrados de peso. Nobles y sin fuerza en distintos grados. Tan débil como noble y con clase el sobrero que hizo de primero. Casi igual el segundo, algo más entero. Excelente y a más el tercero que fue muy ovacionado en su arrastre. Corto por el lado derecho y manejable sin clase por el izquierdo el cuarto. El quinto no terminó de definir la calidad que apuntó en el primer tercio. Sin fuerza y con medios viajes el sexto.
Morenito de Aranda (nazareno y oro): Pinchazo y otro hondo trasero, aviso y palmas con saludos. Pinchazo y media estocada, aviso y palmas con saludos.
Joselito Adame (marino y oro): Pinchazo y estocada baja, nutrida ovación con saludos. Estocada, silencio.
Juan del Álamo (blanco y plata): Estoconazo saliendo perseguido, oreja con mucha fuerza. Media tendida y descabello, palmas.

No hizo ayer buen tiempo y no lo digo porque el cielo estuviera completamente nublado, lo que es frecuente en Bilbao también por estas fechas, sino por el viento más que fresco que soplaba. Apenas amainó o se echó como dicen en el Sur cuando sopla el levante…
Llegué con tiempo a la plaza, justo en el momento que los componentes de la banda de música afinaban sus instrumentos. Como si estuviéramos en los prolegómenos de un concierto. La de Bilbao es una de las mejores bandas de España, quizá también la más sinfónica. Bien se nota sobre todo en los conciertos que dan en El Arenal por las mañanas durante las fiestas porque es la Municipal. Pero desde que murió Urbano Ruíz Laorden, en la plaza no suena con tanta y tan solemne gravedad. O eso me parece a mí, que todo hay que decirlo. Creo que es porque no es tan numerosa y porque faltan algunos instrumentos.
Con el inolvidable Urbano tuve muy buena relación. Como también con el director de la banda de la plaza de Vitoria que también era la municipal y asimismo da conciertos todas las mañanas. En la plaza de Vitoria solía sentarme en la delantera de la misma grada que ocupaba la banda y como el director, que por cierto era valenciano, me conocía de verme todos los días en los conciertos matinales, una tarde me sugirió que si me atrevía a dirigir su banda. No lo dudé ni un segundo. Lo hice en uno de los intermedios y la pieza que dirigí fue “Ya vienen los blusas”. Los conocidos que me vieron se quedaron estupefactos.
Mi afición por los toros es pareja a la que tengo por la música y lo que más lamento en esta vida es no saber tocar ningún instrumento. No me ocurre lo mismo con el toreo que me encanta verlo pero no me atrevo a practicarlo aunque lo hice de muy joven en algunos tentaderos hasta que en la finca Valcargado, su dueño, que era nada menos que mi gran y admirado amigo, Antonio Ordóñez, cuando terminé de pegar mantazos y de correr en más de una ocasión, me llamó en un aparte y me dijo: “José Antonio, no vuelvas a ponerte delante nunca más. En esta vida no se puede hacer el ridículo”… Y así fue.
A ver si la banda de Vista Alegre ameniza las faenas tanto como las de la novillada. Será buena señal. Y a ver si don Matías se muestra tan condescendiente en ordenar que toque la música. Para la música estuvo fácil. No tanto para las orejas.

Morenito de Aranda se fue hasta delante de la puerta de chiqueros para recibir al primer toro con una larga de rodillas. Últimamente, los toreros se ponen demasiado separados, más allá de las rayas, y las portas gayolas no son como antes porque hay toros que se van sueltos o pasan de largo. La de ayer de Morenito no le salió bien del todo por eso. Luego repitió otra mejor en el tercio y continuó con buenos y templados lances. Muy noble el toro hasta que pudo mantenerse en pie porque, al recibir el primer puyazo, se lastimó totalmente de los cuartos traseros, dobló y no pudo ni levantarse. Tuvo que ser apuntillado desde la tronera de un burladero. En su lugar soltaron el primer sobrero, también de Puerto de San Lorenzo.
Muy suelto del capote de Morenito hasta dar dos vueltas al ruedo completas. Morenito lo fijó en los medios con garbosos lances. Pero el toro acusó evidente falta de fuerza sin parar de renquear. Perdió las manos tras el primer encuentro con el caballo y se defendió en el muy aliviado segundo. Una pena, otro toro noble sin fuerza alguna. Se derrumbó en el primer lance del quite de Joselito Adame. Pero el presidente lo mantuvo en el ruedo. Al menos, David Adalid y Pascual Mellinas se lucieron en banderillas. Morenito brindó la faena. No era toro para brindarlo al público. Empezó de rodillas en los medios y a poco dobló el animal las manos. Luego apuntó excelentes maneras con la derecha en su deseo de torear en redondo. Pero la blandura del animal no se correspondió con su calidad embistiendo. Morenito solo pudo dar algunos pases aislados. Y lo mismo al natural. La gente subrayó con palmas de agradecimiento la buena voluntad de Morenito pese a excederse en el metraje de la faena, tan bien intencionada como deslucida. Falló con la espada el de Aranda y todo quedó en palmas de agradecimiento.

Un torazo con más de 600 kilos fue el cuarto. Suelto del capote de Morenito hasta fijarlo con incompletas verónicas. En una huida, tomó un refilonazo en el caballo contrario y luego un puyazo más formal aunque al relance que contó como primero, cumpliendo sin celo en el segundo. Muy bien Luis Carlos Aranda en banderillas. Y segundo brindis de Morenito al público. Esto de brindar los dos toros a la parroquia se está poniendo de moda cuando no se triunfa con el primero. Por quedarse corto en los viajes y echar la cara arriba en los embosques, por el lado derecho no tuvo solución el arranque de la faena. Solo un poco mejor por el lado izquierdo. ¿Por qué volvió de nuevo el de Aranda a la derecha? Mejoró otra vez la cosa con la zurda aunque sin pasar a mayores pese a insistir por ese algo mejor pitón. Tres de pecho seguidos con la derecha, dieron paso a unos ayudados y a otro fallo con la espada con pinchazo y media que fue suficiente.

Muy suelto del capote de Joselito Adame el segundo de la tarde. Molestó mucho el viento en su intención de lucirse el mexicano. También este toro renqueó lo suyo antes de tomar el primer puyazo aunque cumplió. Como también en el aliviado segundo tras mostrarse sumiso en un bonita media de Adame. Apenas resistió el quite de Juan del Álamo por verónicas inconclusas y buena media. La blandura del animal también desmereció el tercio de banderillas. Tanteos con la derecha de Adame para iniciar otro trasteo similar al primero de Morenito de Aranda frente a otro toro tan noble como limitado de fuerza. Este, algo más entero y de ahí la mejor estructura y la mayor largura de los muletazos en redondo y de los naturales del azteca que anduvo francamente bien hasta el momento de resultar desarmado en su intención de alargar un natural. Al volver a la mano derecha, el toro se rajó. Pero Adame supo continuar a base de oficio y de habilidad, terminando con pases de pecho encadenados junto a las tablas y unos pases de costadillo con la espada de acero ya en la mano. Lo echó a perder con un pinchazo y una estocada baja.

Otro toro muy en tipo de la casa fue el quinto. Adame lo saludó con dos consecutivas largas de rodillas en tablas y un festín de lances sin apenas interés. El toro galopó y cumplió recargando en el primer puyazo. Leve agresión en el segundo. Y muy templadas tafalleras con remate de revolera a cargo de Juan del Álamo en el quite. Ahí vimos la posible clase que podría tener el toro. También Adame que se vio forzado a replicar con vistosas zapopinas y media de remate. 
Bien “Jarocho” y Alberto Zayas en palos. Brindis de Adame, de seguido a los medios con la mano derecha que, para empezar, no utilizó con el debido temple por lo que el animal tampoco terminó de romper por ese pitón. Se acopló algo más por el izquierdo aunque el toro repuso demasiado, lo que obligó a perder demasiados pasos al diestro azteca. Vuelto a derechas, el burel se negó a colaborar, la faena se vino abajo y no hubo más que machetear sobre las piernas antes de matar en no buena situación. Menos mal que lo consiguió en el primer envite.

El tercer toro, muy en tipo Atanasio, tuvo mejor salida que sus hermanos anteriores y pareja bondad con más fuerza que los lidiados. Juan de Álamo bordó dos medias en el saludo con el capote. El toro cumplió en varas defendiéndose y del Álamo quitó por bonitas chicuelinas y media. Morenito de Aranda apuntó buenas verónicas y revolera en su turno. Una vez banderilleado con rapidez, Juan del Álamo brindó al público una faena de menor a mucho mayor acople al arrancarla con la mano derecha, rematando las tandas con pases de pecho y con molinetes. Tras dar uno de estos, se echó la muleta a la mano izquierda y bordó dos series de naturales de elegante factura y excelente trazo para seguir por redondos, redondísimos y dos circulares por ambos lados con remate de pecho. Un estoconazo saliendo perseguido con saña, puso en las manos del salmantino una de las orejas de su oponente. No me explico por qué no se pidió la segunda. El toro fue ovacionado con toda justicia en su arrastre.

El sexto también superó en peso los 600 kilos. Todo un galán. Echó las manos por delante en el capote de Juan del Álamo. Señal de su poca fuerza. Perdió las manos de inmediato siendo llevado al caballo. Se defendió en los dos encuentros y no hubo quites. Muy bien Domingo Siro en banderillas. Muy seguro de sí mismo, más que del toro, empezó su faena el salmantino con la mano derecha sin poder evitar una primera perdida de manos de su oponente. Y desde luego que estuvo por encima de las condiciones del animal. Templando con paciencia. Como también por el peor lado izquierdo. Y quitándose a tiempo cuando el toro le hizo hilo. Tras un torero macheteo y una vez concluida su labor, mató de media muy tendida y descabello.

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