En lo taurino, queremos que esta sea ya una temporada normal, de principio a fin, pero es dificilísimo saber si el puñetero virus nos dejará en paz para que se den todas las ferias. Tampoco si será posible llenar los aforos de las plazas.
Cada uno, individualmente, hará sus planes, ya sea torero, ganadero o simplemente aficionado, pero será imposible hacer apuestas, sin arriesgarse a perderlo todo.
Bueno… hay una cosa por la que se puede apostar, las figuras seguirán en su machito y las empresas babearán por contratarlos. En ese aspecto no se esperan cambios, de hecho, no quieren hacerlos, suelen aplicar aquello de ‘más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer’. Igual pasará con las ganaderías ‘figuras’, lo coparán todo.
De hecho, en el avance de los carteles que van saliendo, Valdemorillo, Olivenza y Valencia, más de lo mismo. Han llegado a convertir Valdemorillo en Olivenza2.
El caso es que el conservadurismo, en ese aspecto, sigue tapándonos a toreros a los que se tarda años, demasiados años, en descubrir. Véase la posición que ocupan ahora Emilio de Justo o Juan Ortega, valgan ellos como ejemplo. Si les hubieran dado las oportunidades antes, mucho antes habríamos disfrutado con su toreo.
Lo malo es que llegados a la posición ya todo el mundo dirá que ‘el toro pone a cada uno en su sitio’, lo admiten hasta los arrinconados tantos años. Será que una vez arriba es mejor no censurar el sistema que les oprimió sin justificación alguna.
Esto parece que va a ser fácil adivinarlo también, aquellos que están a la espera de oportunidades continuadas en base a sus méritos, ejemplos como Octavio Chacón, Sergio Serrano, Curro Díaz y hasta Paco Ureña, seguirán en la nevera a la espera del sitio que les corresponde. Por no anunciar, no aparece en esos carteles quien salió en hombros en la última feria de Otoño de Madrid, Ginés Marín.
Que Morante acaparará muchos puestos tiene lógica en su temporada de 2021. Roca Rey seguirá en primera línea por su evidente tirón taquillero, pero ni parecido es lo que sucede con dos figuras, Juli y Manzanares, pero quedan tan bien sus nombres en los carteles, que los empresarios son capaces de ponerlos de forma repetida.
Ya ven, hay cosas que ya sabemos que pasarán, el mundo del toro es muy hermético y conservador, y así nos va. Echo de menos aquellos tiempos en los que las figuras se retiraban sin tantos años de alternativa, mucho antes de resultar cansinos para los aficionados. Ahora las figuras, que torean tanto, tras más de mil, incluso dos mil festejos, es difícil que nos puedan ilusionar o sorprender.
Qué pasará… esperamos, y deseamos, que haya mucho de lo no citado aquí. Lo que no he citado, precisamente, es por no ser adivino y porque las novedades, en este mundo, se dan con cuentagotas.
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