"..Como siempre digo, los toreros son seres de otro planeta, dicho en cristiano, cuesta mucho entender que haya hombres tan apasionados por aquello de asumir un riesgo tremendo y, para colmo, hacerlo con inusitada fe, con una convicción sin límites.."
¿Estás dispuesto a perderlo todo, incluso la vida, a sabiendas de que quizás no ganes nada?
Pla Ventura
Toros de Lidia/21 marzo, 2024
La pregunta queda en el universo y sirve para todo el mundo, especialmente para tantos chavales que intentan ser toreros. Como digo, todo el que esté dispuesto a perderlo todo, a sacrificar su juventud, sus mejores años de la vida, tiene licencia para intentar esta aventura apasionante a la que conocemos como el toreo. Dicho lo cual, queda clarísimo que, todo el que lo intente tendrá siempre nuestro respeto. Y lo digo porque se necesita tener un corazón a prueba de bombas para emprender este espinoso camino que, en ocasiones, puede llevarte hasta la muerte.
Son muchas las profesiones en las que el protagonista en cuestión tiene que asumir un elevadísimo riesgo, pero, sin lugar a duda, no existe ninguna tan arriesgada y poco remunerada como el toreo. Como siempre digo, los toreros son seres de otro planeta, dicho en cristiano, cuesta mucho entender que haya hombres tan apasionados por aquello de asumir un riesgo tremendo y, para colmo, hacerlo con inusitada fe, con una convicción sin límites.
Sabedor de lo que digo, analizando a tantos novilleros como tenemos en la actualidad, la mayoría de un altísimo nivel artístico que, siguen luchando con denuedo por aquello de ser reconocidos por el gran público, pero, ante todo, por los empresarios que son los que los tienen que contratar. Y lo más espectacular de la cuestión es que son muchos, muchísimos, cosa que me fascina porque, entre tantos, con el permiso de Dios, al paso del tiempo seguro que encontraremos nuevos valores; bueno, con permiso de Dios y de todos los toreros veteranísimos que, de seguir en el escalafón como está sucediendo, ¿dónde van a encontrar cobijo estos chicos nuevos?
Pese a todas las trabas que se les presentan a los toreros en los inicios de sus carreras, para colmo tienen que asumir el factor suerte que, en demasiadas ocasiones suele ser muy esquiva. El destino suele ser cruel con los pobres, hasta el punto de ensañarse con todos aquellos que lo necesitan, el último ejemplo lo tenemos con Álvaro Alarcón que, el pasado año se doctoró en Madrid y durante toda la temporada creo que no toreó ningún festejo más. Este año, el muchacho, andaba ilusionado porque había entrado en la Copa Chenel, al margen de que, para el sábado próximo, estaba anunciado en la corrida benéfica de Toledo y, paradojas del destino, hace unos días, entrenando en una finca de un amigo, una vaca le volteó de mala manera causándole cierta lesión que, a priori, le impide torear el sábado en Toledo y el domingo en Valdilecha que, por cierto, ese festejo ya se suspendió en su momento por el mal tiempo que reinaba aquella tarde.
¿Cabe desdicha peor? Lo digo porque todo eso le pasa a un torero consagrado y no ocurre nada, se cura, se recupera y a seguir que es lo que cualquiera desea, pero, cuidado con el destino que, como explico, suele ser cruel y traicionero, justamente con aquellos que más necesitan de la suerte. Un torero, como explico, tiene que estar preparado para todo aquello que tenga que ver con su profesión, especialmente con todo aquello que se cuece a su alrededor. Pero si a todo eso le añadimos que tenga que combatir contra un destino incierto, todo se complica, hasta el punto de la desesperación. Mucho ánimo para Álvaro Alarcón, así como para todos los que se encuentren en una situación similar.
-En la imagen de Andrew Moore, vemos un bello pase de Álvaro Alarcón en Madrid.
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