"..aunque me queda el hueco de no contar con tu padre, sé que podré contar contigo para que me expliques de toros porque a tí te enseñó tu padre, que ya se encontrará en el Cielo hablando con su maestro Manolete, "el que torea"..."
RARAEL GAGO YA ESTA CON EL CALIFA MANOLETE, "EL QUE TOREA"
Sucedió en los Años 40, cuando Manolete mandaba en el toreo. El padre Rafael Gago Álvariño, recien desaparecido torero cordobés, fue el prestigioso escritor y periodista afincado en Córdoba Rafael Gago Jiménez, quien en los Años 40 mantenía frecuentes conversaciones con el Califa de Sants Marina a fin de recarbarle información para redactar una biografia del diestro. Era 1942 y Rafael Gago Alvariño tendría unos doce años, pero ya atendía labores de secretaria para su padre, escritor y- periodista. Sonó el telefono:
- Dígame?
-Deseo hablar con don Rafael Gago Jiménez
-Muy bien. De parte de quién?
-De Manolete.
El jovencito se quedó un poco cortado y preguntó:
-Pero qué Manolete? El que torea?
Manolete se echó a reír:
-Si, si, el que torea...
Hablaron el torero y el escritor de lo que tuvieran que hablar, y al concluir dijo Manolete:
-Ah, Rafael. Dile a tu hijo que toma muy bien los recados, asegurándose de todos los detalles. Como torearé pronto en Córdoba, llevalo a los toros contigo.
Llegó el día, fueron a la plaza, el niño con la ilusión de conocer y ver torear a Manolete, y el padre, con la ilusión de hacerle a su hijo el mejor de los regalos. Manolete estuvo muy cariñoso con el niño Rafael y además, tuvo una gran actuación. Y esa noche le dijo Rafael a su padre: "Papá, llevame a los toros, que quiero ser torero". Y lo consiguió, actuando en las mejores cuadrillas.
Vi torear a Rafael Gago muchas veces, y al retirarse hice una gran amistad con él a través de José María Montilla, que nos daba lecciones de fe, esperanza y caridad a cuántos teníamos el honor y el placer de tratarlo. José María es Cursillista de Cristiandad y yo aseguraría que Rafael Gago también lo era, aunque eso nunca se pregunta.
Pero el caso es que Rafael Gago participaba en todas las excursiones taurinas de los Cursillos de Cristiandad, lidiando las becerras, novillos y hasta algun toro que lidiaba el maestro. En esa época me hice como digo muy amigo de Rafael Gago .por su bondad, educado trato y torería, y comencé a hacerme amigo de su hijo Rafalin, de quien quizá haya aprendido de toros más que de nadie, y podría contar ejemplos concretos de lo que sabe de toros. Te tengo, Rafalin, un gran afecto, y me consta que tú me lo tienes a mí.
Por eso, aunque me queda el hueco de no contar con tu padre, sé que podré contar contigo para que me expliques de toros porque a tí te enseñó tu padre, que ya se encontrará en el Cielo hablando con su maestro Manolete, "el que torea".
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