"..hay toreros a los cuales se les pone el sello de que torean muy despacio, y es verdad, pero solo lo hacen en toros que embisten muy despacio (en realidad lo que hacen es templar sin mucho sentimiento, es decir, arte); en estos toros son capaces templar, pero cuando el toro embiste a más velocidad, cuando todavía tiene mucha vitalidad, mucha fuerza, aunque tenga embestidas uniformes no son capaces de templar, y el resultado es que no torean bien, que no pueden con esos toros.."
No confundir torear despacio con templar
Rafael Comino Delgado
Los aficionados, e incluso los profesionales, suelen decir con muchísima frecuencia, ¡hay que torear muy despacio!, ¡Hay que torear todo lo más despacio que se pueda!, ¡Cuánto más despacio se toree mejor! ¡este o aquel torero torea muy despacio..! Nosotros pensamos que todo ello es necesario analizarlo detenidamente, porque el torear más o menos despacio depende, fundamentalmente, de la velocidad a que embista el toro, y en segundo lugar de la capacidad del torero para hacerlo, pero si el toro no embiste despacio no se puede torear despacio. Por otra parte, decir que cuanto más despacio se toree mejor es un error, pues si el toro embiste andando, porque es su condición o porque ya no tiene más fuerza para embestir galopando, se podría torear muy despacio, pero eso no tendría emoción alguna, eso resultaría aburridísimo.
Cuando el toro sale de toriles normalmente embiste a gran velocidad, por tanto si se quiere templar, que consiste en “llevar el engaño a la misma velocidad del viaje del toro, pero unos centímetros por delante, sin que los pitones lo rocen, siempre al mismo ritmo que el toro”, no se puede torear despacio, se podrá templar (que es muy difícil en esos momentos), pero jamás torear despacio. Luego, a medida que va avanzando la lidia, el toro está más cansado y embiste más despacio, con lo que se puede torear más despacio, pero siempre lo fundamental es templar. Es cierto que si al torear se hace con brusquedad, con tirones, se lleva el engaño a velocidad no uniforme dentro del mismo lance o muletazo, o en muletazos distintos, se le pegan tirones al toro, este tenderá a embestir también de forma diferente en cada pase, pero si todo se le va haciendo con uniformidad, con suavidad, evitando brusquedades e intentamos ralentizar los pases el toro responderá también con menos brusquedades, y con tendencia a embestir a menor velocidad. En estos casos se dice que estamos reduciendo la velocidad de la embestida del toro. A este respecto nosotros decimos que el Toreo es una discusión (o, si quieren, una conversación) entre dos; “si uno levanta mucho la voz, grita, se pone nervioso, el otro tiende a hacer lo mismo; al contrario, si uno calma su voz, la eleva menos, trata de tranquilizarse, el otro tenderá también a tranquilizarse”.
Vemos pues que para torear despacio es necesario que el toro embista despacio, bien porque sea su condición desde el principio o porque el torero, con su técnica y conocimientos ha hecho que se vaya reduciendo la velocidad de la embestida, y además porque el toro se va cansando poco a poco. Si bien ocurre que a veces se confunde torear despacio con templar, que son dos cosas muy diferentes.
El mismo maestro VITI afirmaba que, “el temple es más que lentitud, es dar la impresión de que paras al toro y en realidad no se para sino que te adaptas a su ritmo”.
El toreo que más emociona es cuando el toro embiste con gran poder, con gran energía, y por tanto a gran velocidad, pero con calidad, es decir, colocando bien la cara, con buen embroque, con la misma velocidad, uniformemente en todo el lance o muletazo, saliendo con la cara por abajo, sin pegar cabezazos, y el torero es capaz de templar esa embestida, si bien es cierto que ya cuando el toro está muy cansado, o tiene poca fuerza embiste más lento, por tanto resulta más fácil templar, y torear despacio, también resulta bello pero menos emocionante. Al respecto hay toreros a los cuales se les pone el sello de que torean muy despacio, y es verdad, pero solo lo hacen en toros que embisten muy despacio (en realidad lo que hacen es templar sin mucho sentimiento, es decir, arte); en estos toros son capaces templar, pero cuando el toro embiste a más velocidad, cuando todavía tiene mucha vitalidad, mucha fuerza, aunque tenga embestidas uniformes no son capaces de templar, y el resultado es que no torean bien, que no pueden con esos toros. De esos toreros, ahora mismo, y siempre hay en el escalafón algunos que sobreviven con ese sello de torear muy despacio, porque no son capaces de torear bien toros con más poderío.
Tras cuanto hemos expuesto concluimos que eso de torear cuanto más despacio mejor, es una falacia, y que, en general, muchas veces alabar a este o aquel porque torea muy despacio está fuera de lugar, porque lo que hace es templar, pero en poquísimos toros.
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