El mal juego que dieron los dos primeros toros contrastó con el que dio el inesperado buen tercero, bien aprovechado por Gómez del Pilar que destapó su valiente buen hacer hasta lograr la única oreja de la jornada, protestada por los inevitables sujetos que continúan dándonos la lata cada tarde. No tan bueno aunque más que posible por el lado derecho resultó el quinto que fue ovacionado en su arrastre tras la excesivamente larga y vulgar faena de Alberto Lamelas, también aplaudido por lo bien que mató. El sexto anduvo cerca de ser tenido en cuenta aunque sin clase ni dar otra oportunidad a Gómez del Pilar que emborronó con la espada otra estimable faena. Lo peor de la corrida fue a las duchas manos de Rafaelillo que no pudo triunfar aunque gustaron sus modos de zafarse de los hachazos que le propinaron sus dos fatales enemigos.
Un par de toros y la oreja que cortó Gómez del Pilar al mejor tercero salvaron el regreso de la inolvidable Dolores Aguirre a Las Ventas
J.A. del Moral · 06/06/201
Madrid. Plaza de Las Ventas. Lunes 5 de junio de 2017. Vigésimo sexta de feria. Tarde agradable con rachas de viento y dos tercios de entrada.
Seis toros de Dolores Aguirre, bien aunque desigualmente presentados y de vario juego con tres potables, sobre todo el tercero que fue el mejor del envío, siguiéndole por más o menos manejables quinto y sexto. Los otro tres muy deslucidos en distintos grados.
Rafaelillo (nazareno y oro): Estocada atravesada que hizo guardia y descabello, silencio. Estocada, palmas.
Alberto Lamelas (marino y oro): Estocada a un tiempo y dos descabellos, aviso y silencio. Buena estocada, saludos.
Gómez del Pilar (blanco y plata): Estocada caída, oreja protestada. Dos pinchazos seguidos de otros dos hondos y descabello, aviso y palmas de despedida.
A caballo destacó José Esquivel.
El festejo resultó aburrido en su mayor parte y apenas salvado por las para mi sorprendentes buenas y valientes maneras de hacer el toreo por parte del madrileño Gómez del Pilar que ayer fue el más afortunado de la terna con el mejor lote en conjunto. Salió a por todas desde sus recibos a porta gayola de rodillas, felizmente ejecutadas, incluso la del tercer toro que le rodeó sin obedecer al capote, obligando a darse la vuelta sobre la marcha para solventar el arriesgado lance sin que se le moviera un solo músculo. La repitió de seguido en el tercio y pese a que el toro gateó entre uno los dos puyazos, se fue arriba en banderillas y terminó comportándose muy bien por el lado derecho hasta que se rajó. La faena se la brindó al El Chano que estaba sentado delante de la puerta del tendido alto del 2 siendo ambos muy aplaudidos por los gestos de mutuo afecto y compañerismo. Buenos y templados los redondos tras comenzar la faena genuflexo con dos altos asimismo diestros. La tercera ronda la terminó cambiando de mano con un excelente natural. Pero cuando se dispuso a seguir con la mano izquierda, el toro se rajó. No obstante, el madrileño abrió al animal desde las tablas al tercio y continuó toreado muy despacio y tan templado como antes hasta matar de estocada entera aunque algo caída de muy rápidos efectos. A ello se agarraron los sietemesinos para protestar la nutrida petición de oreja que el palco concedió con retraso y el añadido enfado de los pocos que no quisieron aceptar el premio.
Con el sexto de la tarde, Gómez del Pilar intentó repetir lo mismo que había hecho antes y aunque lo consiguió en el recibo con otra larga ya referida y una faena de parecido corte a la anterior aunque declínate por venirse a menos el animal, la cosa acabó en tablas y con la indiferencia de los que antes tanto le aplaudieron y hasta premiaron.
El primer espada, Rafaelillo, dio sobradas pruebas de buen lidiador y acendrado experto en alimañas como lo fue el toro que abrió plaza y en menor medida el muy bravo varas cuarto. En la creencia del dicho que lo que hacen los toros en el caballo suelen repetirlo en la muleta, Rafaelillo se dispuso a comprobar el aserto pero enseguida se metió el toro por dentro y empezó a pegar hachazos mientras duró el frustrado trasteo con desarme final incluido, prontamente cerrado con un eficaz espadazo. La gente agradeció el esfuerzo del murciano.
Y poco que decir sobre lo hecho por Alberto Lamelas que prácticamente pasó desapercibido tras sendas intervenciones muleteriles que no llamaron la atención por su vulgar empeño. En la del bravucón en varas segundo toro se excedió de metraje hasta hartar a la gente que solo estuvo atenta cuando el torero resultó casi cogido. El mismo vulgar empeño aconteció frente al mejor quinto que se dejó mucho por el lado derecho mientras duraron sus francas embestidas porque también este toro terminó rajándose. Pese a lo cual el jienense se marcó unas manoletinas que no le sirvieron para contentar al personal.
En fin, otra tarde en gran parte aburrida. Ya falta menos para que termine esta interminable feria que este año tendrá un doble epílogo en el fin de semana que mediará el mes de junio, ya concluida la feria. Ignoro si lo que ocurra en las corridas de La Beneficencia y en la llamada de la Cultura entraran para los premios. Hay un hueco en la de la Cultura del sábado 17. ¿Quién lo llenará? Se hacen apuestas.
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