'..Ni Soto Grado, ni Iglesias Villanueva, ni el resto de actores de la Mugrienta Liga Negreira consiguieron evitar la victoria del Real Madrid..'
2-1: Los clientes de Negreira sucumben ante el fútbol
En lo deportivo, el Madrid afrontaba el encuentro con Fede, Militao, Huijsen y Carreras en la zaga. Tchouaméni, más adelante. Arriba, Vinícius y Mbappé y, entre medias, Camavinga, Güler y Bellingham sin saber a priori las posiciones de cada uno de ellos. Los aficionados encarábamos el partido con una mezcla de hastío y asco por tener que compartir competición, deporte, país y planeta con algo como el Barça y, a la vez, con ganas de destrozarlos, deportivamente hablando y con total limpieza.
Al poco de empezar, le pareció a Soto Grado, al cronista y a todo el mundo en su sano juicio que Lamine Yamal zancadilleó en el área a Vinícius. Fijaos que hasta se lo pareció a los comentaristas de DAZN. Sin embargo, Iglesias Villanueva dijo desde el VAR que nones.
Los amigos del chat de La Galerna se han vuelto (casi) todos locos y dicen que el VAR y Soto Grado tenían razón. Pues nada, conste su opinión.
A los doce minutos, Mbappé chutó desde su casa y marcó un gol descomunal tras robar Güler cerca del área rival, pero el VAR decretó que era fuera de juego. La repetición la cocinaron durante horas para que las líneas dieran como resultado lo que el negreirismo quería. Esta vez, ni siquiera los amigos del chat de La Galerna estuvieron de acuerdo con la decisión ni con la realización. Nos miccionan en la cara. Al principio nos daba igual. Ahora parece que nos gusta.
A los 23 minutos, Bellingham metió un balón prodigioso ante el desmarque de Mbappé, que marcó al más puro estilo Kylian. Este cronista no se atrevió a celebrar hasta que se sacó del centro del campo, llegó el jueves santo y Pedro Sánchez perdió las elecciones. Pero fue gol.
El Madrid se vino arriba ante la inopinada sorpresa de que Soto Grado concediera un gol válido en su favor, y siguieron un par de tiros de Bellingham y Valverde que sembraron inquietud en las filas del equipo cliente de Negreira. A los 28, Valverde metió un gran balón a Mbappé, que volvió a obligar a intervenir al portero polaco, que tuvo que actuar de nuevo, con mucho más mérito aún, ante Huijsen. El Madrid estaba poseído por un zafarrancho que nos hacía, aunque no estuviera sobre el campo, pensar en aquella declaración de Mastantuono: “Quiero ser un hincha sobre el campo”. El Madrid dominaba de manera furiosa.
Bien es cierto que los azulgrana generaron una ocasión de Eric García, pero los blancos, llevados del magisterio de Bellingham y Valverde, por poco amplían la ventaja en un intento de vaselina de Vini que atajó Szczęsny, el héroe de los visitantes (con permiso de Negreira), quien también hubo de intervenir a renglón seguido para parar un remate de Bellingham.
Pero sucedió lo inesperado. Güler cometió un fallo garrafal y Fermín empató. Se le vino encima el Bernabéu al turco. Se le debió caer Maracaná también, por el mismo precio, aunque nuestro deseo es que hubiera salido ileso, claro. Parece imposible tirar por tierra de manera más lamentable el enorme partido de tu equipo hasta el momento. Pudo ser peor: Huijsen la sacó sobre la línea en un córner.
Pero la justicia se hizo valer enseguida, en el ritmo frenético del partido. Un balón bombeado lo tocó Militao en el segundo poste para que, tras peinar Huijsen y sobre la línea, marcara Jude. Soto Grado trató de anularlo alegando una cita en el dentista de Cubarsí, pero a su equipo se le olvidó pagar al endodoncista durante 17 años. 2-1, con el que se llegó al descanso. Aunque, antes del mismo, no subió el tercero al marcador porque Kylian lo anotó en fuera de juego. La última jugada del primer tiempo, buena acción de Vini que sin embargo definió mal.
La segunda mitad comenzó con una ocasión para cada equipo. Después, mano clara de Eric García. Soto Grado dijo que no. No había duda posible, porque García estiró la mano para ir hacia el balón, pero desde el VAR tardaban en decidir y, mientras tanto, los comentaristas de DAZN justificaban la acción con una memez propia de quien sabe quién le da de comer.
Ni Soto Grado, ni Iglesias Villanueva, ni el resto de actores de la Mugrienta Liga Negreira consiguieron evitar la victoria del Real Madrid.
Szczęsny despejó el penalti lanzado por Mbappé. Otra ocasión inmejorable marrada por los blancos. Si hubiese sido gol, ya sabéis, a pesar de tratarse de un penalti claro, habrían hablado de robo del Madrid porque el Barça se compró la cúpula arbitral durante décadas.
El partido seguía intenso y la siguiente fue para Fermín, pero su disparo, muy centrado y sin excesiva fuerza, lo detuvo Thibaut.
Antes del minuto 60, Militao se hizo con un balón en banda derecha, recorrió todo el campo, se plantó en la portería rival, y se le apagó la luz completamente. Otro probable gol al limbo. Sabemos que al revés el Barça no habría perdonado. El Madrid, en cambio, se estaba echando atrás, lo contrario que hay que hacer contra este rival.
Fede al suelo con problemas. Carvajal se quitaba la camiseta para entrar, pero Valverde pudo continuar. El cambio fue Brahim por Güler, aplaudido por el Bernabéu. El 21 ocuparía la zona derecha del ataque blanco y Camavinga se colocaría en posiciones más centradas.
En el minuto 68, otro gol, ahora de Jude, anulado por fuera de juego de Brahim. Parecía perentorio anotar más goles no ya legales, sino que no nos los anulasen.
No tardó mucho en abandonar el campo Fede. Minutos después fue sustituido por Carvajal. Rodrygo entró en lugar de Vinícius, que se marchó del terreno de juego notoriamente enfadado directo al vestuario. No parecían lo más acertado ni el cambio ni la acción del 7, si bien es cierto que poco después volvió al banquillo.
Diez minutos antes del final, doble ocasión, primero para Mbappé —desbaratada por Araújo— y, tras el rechace, para Tchouaméni. Acabó en córner. En el 88, otra de Kylian. Cruzó en exceso. Si hubiese acabado en gol, habría sido anulado por apendicitis psicológica de un familiar lejano de Raymond Kopa.
Bellingham y Kylian —muy ovacionado— dejaron su lugar a Ceballos y Gonzalo para disputar los 9 minutos de prolongación. Necesitaban darle tiempo al Barça para, al menos, empatar.
Rodrygo pudo sentenciar en el 84, pero disparó de manera muy inocente, sobre todo para un jugador fresco que llevaba pocos minutos sobre el campo.
En el 97, Soto Grado perdonó la segunda amarilla a Pedri, que zancadilleó a Camavinga cuando el francés se marchaba solo de cara a portería. Este colegiado es un buen profesional para el CTA. Szczęsny evitó el gol de Rodrygo en la falta lanzada por Goes.
Un minuto después, ni siquiera a Soto Grado le quedó más remedio que expulsar a Pedri, pues cometió otra falta de amarilla nítida, en este caso sobre Tchouaméni, e iba a resultar demasiado cantoso, incluso para él. A la decisión le siguió un enfrentamiento entre jugadores de ambos banquillos.
Final. 2-1. Menudo partidazo de Lamine Yamal (?). Ni Soto Grado, ni Iglesias Villanueva, ni el resto de actores de la Mugrienta Liga Negreira consiguieron evitar la victoria del Real Madrid.
La Galerna / Madrid, 26 Oct. 2025

Pues el que casi evita la victoria es Xabi Alonso con sus muy desafortunados cambios. Y Mbappé, tirando lamentablemente el penalti.
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