
'..No lo podemos permitir los aficionados taurinos de todo el mundo, porque en ello no sólo están en juego los intereses de nuestros hermanos de ese bello país sudamericano, sino también del resto..'
Colombia no puede caer
Por Antonio Cepedello
Colombia no puede caer. No lo podemos permitir los aficionados taurinos de todo el mundo, porque en ello no sólo están en juego los intereses de nuestros hermanos de ese bello país sudamericano, sino también del resto. Esta estrategia es la mejor forma para los ignorantes y dictadores antitaurinos, junto a sus ocultos mecenas, de continuar su injusta, ilegítima, traidora e inadmisible campaña de aniquilación de la Tauromaquia.
No se puede dejar a un país, con más de 53 millones de habitantes, sin una de sus principales riquezas culturales y artísticas desde hace siglos, además de un espectáculo con tantísimos seguidores.
La razón alegada por la Corte Constitucional y el Congreso de Diputados colombianos para prohibir los toros a partir de 2027 es tan absurda como irracional e injustificable. Los jueces y parlamentarios que apoyan esta bárbara, cruel e incongruente medida alegan, según indica esta ley aprobada en julio de 2024, que "queremos hacer una transformación cultural mediante la prohibición de las corridas, el rejoneo, las novilladas, las becerradas y las tientas, además de los toros coleados, las corralejas y las peleas de gallos". Esto último ataca también a la inteligencia humana de plano. ¿Qué tiene que ver esta actividad avícola, basada en las apuestas, con el toreo? Y es que en la demagogia más populista cabe todo, hasta confundir el tocino con la velocidad. Les da igual.
A estos títeres del clan mafioso animalistas no les importa, al tomar esta medida terrorista, jugar con el futuro profesional y el medio de vida de los miles de trabajadores de las 116 ganaderías de reses bravas de Colombia, además de los numerosos empleados de sus más de 100 plaza de toros, 73 fijas y casi 50 portátiles, ni los de sus profesionales taurinos, entre toreros, banderilleros, picadores o mozos de espadas. Han justificado al respecto que la normativa no entraría en vigor hasta pasados 3 años, "para establecer un programa de reconversión económica destinado a todos ellos". Otra gran mentira hipócrita y falaz. No han hecho aún nada de nada al respecto. Ni lo harán. Fariseos.
Estos antitaurinos, vividores y profesionales del enfrentamiento, tampoco han tenido en cuenta a los millones de aficionados taurinos que acuden cada año a los festejos de los cosos colombianos, como los de Cali, Manizales, Bogotá o Medellín, que tienen aforos tan grandes como los 18.000 espectadores de los tendidos del 'Cañaveralejo' o los 14.000 de las gradas de la 'Santamaría'. Todo esto les ha importado un pimiento. Sus ganas de hacer daño no tienen límites, con la excusa de 'defender' a un animal que no conocen ni en pintura, mientras que cada día admiten la esclavitud impuesta al resto de especies y además aplauden la muerte programada desde su nacimiento de miles de millones de aves, cerdos, ovejas o terneras en los mataderos.
Malditos magnates financieros y gobernantes, traidores de sus votantes y del resto de electores, que se entretienen en atacar a un sector popular como el taurino, en lugar de defender de verdad a su población.
No plantan cara, por ejemplo, a las grandes corporaciones económicas multinacionales, que destrozan inmensos parajes naturales de Colombia con la construcción de inmensas centrales hidroeléctricas, térmicas, solares, fotovoltáicas o eólicas, para conseguir una energía mucho más barata, pero sin dejar ningún beneficio en su lugar de origen, sino sólo daños irreversibles y destrucción de fuentes de riquezas naturales de sus habitantes, a los que por ello condenan a la miseria y el hambre. Y ante esa barbaridad no dicen nada. ¿Por qué será?
Los mismos hipócritas y fariseos que se hacen los 'ciegos' frente a los poderosos 'cárteles' del tráfico de las drogas, que condenan a muchos jóvenes colombianos a la esclavitud y la delincuencia. Ante eso también callan. Por contra, les falta tiempo y les sobran ganas para prohibir que un aficionado taurino pueda ir o llevar a su hijo a una plaza de toros, como también hizo su padre con él. Ahora que empieza la temporada taurina americana 2025-26, que esperemos no sea la última. Está claro que el abuelo, el papá y el niño tienen menos poder, maldad y mejores intenciones que los antitaurinos y sus terroristas mecenas.
La Tauromaquia es uno de los principales nexos de unión del mundo hispano, que este mes de octubre ha cumplido el 533 aniversario de su creación, producto de un encuentro de civilizaciones. Separar a los pueblos, unidos por la Historia, y quitarles su identidad, principios y valores son objetivos del poder económico. El mismo que en la 'sombra' manda de verdad en el mundo, con la colaboración de sus títeres y bufones, que se proclaman antitaurinos, animalistas, ecologistas, 'progres' y todo lo que quieran, menos humanos. De eso, les queda ya muy poco.
Buena defensa de tauromaquia en Colombia y el mundo taurino.
ResponderEliminar