Compartieron el adiós, Robleño y Morante, en una tarde memorable'..Cuando escribo estas letras le digo, le decimos, adiós al mes de octubre. Tradicional mes en el que decimos también adiós a la temporada taurina, marcada por las últimas ferias de primera y de segunda, Zaragoza y Jaén. Algunos festejos sueltos suelen acompañar a estas ferias, pero sin el relumbrón de aquellas..'
Adiós…
Antolín Castro
Opinión y Toros / Madrid, 30 Octubre 2025
Con esta palabra sencilla solemos despedirnos cotidianamente. Lo hacemos con todo y con todos.
Cuando escribo estas letras le digo, le decimos, adiós al mes de octubre. Tradicional mes en el que decimos también adiós a la temporada taurina, marcada por las últimas ferias de primera y de segunda, Zaragoza y Jaén. Algunos festejos sueltos suelen acompañar a estas ferias, pero sin el relumbrón de aquellas.
Desgraciadamente, en este mes que ya se va, he tenido que decir adiós, muy sentido, a mi amigo Luis Pla. Amigo y compañero de tareas en la información taurina desde hace más de cuarenta años, este triste adiós pone punto final a una relación de máxima amistad, de puesta en común de esfuerzo y dinero para lograr los objetivos propuestos. De esas que lo abarcan todo durante décadas, a las que se les suele llamar ‘de toda la vida’.
Adiós a un ejemplo de torero llamado Fernando Robleño, a quien hubo de calificar de héroe porque no nos dejaron que le llamáramos artista. Una carrera impoluta y preñada de esos valores que adornan a los toreros de verdad, a los que también se les suele llamar toreros machos, por aquello de haberse enfrentado a lo más duro de las ganaderías de bravo. Al de San Fernando le queda ahora enseñar el camino, su camino como ejemplo, a los alumnos de la escuela de Madrid.
Adiós con sorpresa mayúscula a Morante de la Puebla, el torero que nos tenía enamorados, sobre todo en los últimos años. El sevillano nos dejó al borde de las lágrimas y todavía queda gente llorando pasados más de dieciocho días.
Una conmoción enorme salpicó el mundo del toreo al verle como se quitaba la coleta ese día 12 en Las Ventas. No cabía mejor ni mayor escenario para marchar tras conseguir cortar y pasear las orejas de su segundo toro, el que estuvo a punto de quitarle del medio a él en el primer tercio. Toda la magia que representa el mundo del toro se fundió en ese instante y hasta los menos allegados a la tauromaquia lo sintieron. La tragedia y la gloria resumida en poco más de un cuarto de hora. Momento inolvidable para la historia.
Adiós… y a Dios pedimos que nos siga mostrando el camino para que todos los adioses dejen de ser tristes para convertirse en amuletos que nos protejan de otros eventos menos auténticos y más dolorosos.
Este mes de Octubre se va y con él tantas otras cosas que llenaron nuestra vida, ojalá que lo que venga pueda ser y representar un tanto igual que la dicha que hemos sentido con los acontecimientos vividos en él.
Un decir adiós no siempre significa despedida, más al contrario, puede representar guardar medallas y/o recuerdos en nuestro corazón, donde permanecerán para siempre.
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