"...En fin, que la tarde fue una paliza. La feria iba muy bien, hasta que ayer la pifiamos. ¿A quién se le ocurrió traer una corrida de la Palmosilla? ¡Pero si esos toros no pueden ni con el rabo!..."
UN SUPLICIO DE TRES HORAS.
Domingo Delgado de la Cámara / Fotografías de Andrew Moore
Cuando yo era niño se estilaban mucho en Madrid las corridas de siete y ocho toros, fue Chopera quien las suprimió en 1981 pues terminaban siendo un suplicio para el espectador. Un espectáculo no debe durar más de dos horas. Más allá de esos 120 minutos, el festejo se vuelve penoso y cansino. Pues bien, la corrida de ayer duró tres horas, un auténtico suplicio. En Madrid, se sabe muy bien a qué hora comienza la corrida, pero nunca cuando termina, y si usted quiere verla hasta el final, es mejor no quedar con nadie después. Con tres horas de aburrimiento, la mente no se haya en la mejor disposición para reflexionar con lucidez y hacer una crónica brillante, pero lo intentaremos…
Don Justo Polo, presidente del festejo, no tuvo más remedio que devolver tres toros, pues los bureles de la Palmosilla eran unos inválidos que hacían imposible la lidia. Los toros de la Palmosilla estuvieron bien presentados, eran bravos y tenían calidad en la embestida, pero carecían de la fuerza mínima para soportar la lidia sin derrumbarse. Ya es la tercera vez que las reses de la Palmosilla dan un espectáculo penoso en Madrid, por su invalidez, es recomendable no volverlos a traer en mucho tiempo.
Las lidias de los dos primeros toros fueron un simulacro debido a la debilidad de los astados. En realidad la corrida comenzó cuando salió el sobrero de Torrealta que reemplazaba al tercero de la tarde. El Torrealta era un torazo de cinco años y medio, que manseó en los caballos y terminó rajado en las tablas, pero desde el primer capotazo que tomó, mostró una gran calidad. Joselito Adame, no fue capaz de dejar la muleta en la cara para ligar los muletazos, tampoco fue capaz de templar. Faena ligera y sin ligazón, muy por debajo de la calidad del toro. Hizo muy bien el presidente en negar la oreja que pedía parte del público, hubiera sido un agravio para del Álamo y Fandiño, premiar con idéntico galardón a Adame por un trasteo de mucho menos mérito. Con la vuelta al ruedo bastaba.
En el sexto, más de lo mismo. Fue el único toro de la Palmosilla que no se derrumbó, tenía nobleza. Adame inició el trasteo con unos estatuarios ceñidos, para después meterse en la oreja del toro y echarlo siempre para afuera. El toreo de Adame es superficial, rapidillo y sin ligazón. Lo que ocurre es que los otros diestros mejicanos a pesar de sus cualidades, son tremendamente irregulares y tienen menos oficio que él. Esto, y su aspecto netamente mejicano, explican su éxito. La gente sencilla del México profundo se identifica con Adame porque es uno de los suyos, mientras no puede identificarse con toreros de rasgos totalmente occidentales y que son niños bien. Adame tiene el oficio de quien ha toreado desde pequeño, pero desde un punto vista artístico es un torero muy discreto. Y esto no lo digo ahora, también lo dije el año pasado…
En cuarto y quinto lugares se lidiaron sendos sobreros de encaste Núñez, el cuarto era de González Sánchez Dalp y el quinto de La Rosaleda. Ambos dieron un juego muy Núñez, esto es: obedecían cuando se les llevaba toreados y protestaban cuando no iban metidos en el engaño. Tenían posibilidades, siempre que hubiera toreros dispuestos a hacer un esfuerzo, empaparlos en la muleta y torear muy despacio. Padilla y el confirmante Escribano, no estuvieron por la labor, en dos trasteos cuajados de mantazos. Con las banderillas, en teoría su especialidad, estuvieron horrorosos.
En fin, que la tarde fue una paliza. La feria iba muy bien, hasta que ayer la pifiamos. ¿A quién se le ocurrió traer una corrida de la Palmosilla? ¡Pero si esos toros no pueden ni con el rabo!
Juan José Padilla
Juan José Padilla
Manuel Escribano
Manuel Escribano
Manuel Escribano
Manuel Escribano
Joselito Adame
Joselito Adame
Joselito Adame
Padilla brinda a Adolfo Suárez-Illana
El niño Vicenta Zabala de la Serna, arrimándose gatunamente a los pesos mexicanos escribe esto en su columna: "Todavía no hemos devuelto el oro de Cortés y seguimos expoliando México"
ResponderEliminarFdo: Huitzilopochtli
Pues mira quien habla. menos mal que no fue ningún La Serna a América. Y este otro escribiente de toros de repente amejicanado ya podría devolver su expolio tomatero y telefónico, /relativo a Compañía telefónica)
ResponderEliminarMenudo pájaro ahora entusiasmado por los negocios de mejicanos.
Saludos isidriles.
F. Román Martín
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