la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 10 de octubre de 2014

Zaragoza,- 5ª del Pilar: Fenomenal Luque en su gesto aun sin salir a hombros por culpa de un insensible presidente

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Gesto y gesta de Daniel Luque. Era el momento de dar este importante paso. Ya lo intentó una vez en Madrid, quizá demasiado pronto, y no le salió.

Gran tarde de Daniel Luque pese a los imponderables de gran parte del ganado, de algunos pinchazos previos a buenas estocadas y, sobre todo, de un presidente que le privó de salir a hombros por su estúpida cicatería al no concederle la segunda oreja del primer toro, un muy noble ejemplar de Antonio Bañuelos al que cuajó una gran faena bien rematada con la espada que quedó algo trasera. Los demás toros no fueron como hubiéramos querido, pero en todos anduvo muy por encima de su condición. Especialmente del tercero de Alcurrucén, y del cuarto de Victorino Martín. De ambos corto una oreja que podrían haber sido tres si no hubiera pinchado en el de Victorino porque la faena fue importantísima. El pobre juego de varios toros en el primer tercio impidió que Luque se explayara con el capote como puede y sabe. Pero en cualquier caso, la hazaña se consumó admirablemente y fue reconocida mientras duró la perfecta lidia de los seis toros. Fue, en efecto, una demostración apabullante de capacidad y de maestría no exenta de momentos artísticos más que sabrosos y repletos enjundia y de muy cara torería

Zaragoza. Plaza de La Misericordia. 
Jueves 9 de octubre de 2014. Quinta de feria. Tarde calurosa y nublada con la cubierta cerrada con dos tercios de entrada muy repartida con aspecto de tres cuartos en festejo televisado en directo, lo cual es como llenar mil plazas del mundo.

Seis toros de distintas ganaderías. El primero de Antonio Bañuelos, de buenas hechuras y gran juego en la muleta. De Fuente Ymbro el segundo, tan bien presentado como deslucido y muy a menos. Pitado en el arrastre. El tercero, de Alcurrucén, de gran presencia y muy en Núñez aunque con justa fuerza, se fue arriba en palos y dio noble juego en la muleta. Tardo aunque noble el cuarto de Victorino Martín, muy bien presentado, que dio juego positivo gracias a Luque. Muy deslucido el alto y feo quinto de Victoriano del Río. Y mansurrón el sexto de Puerto de San Lorenzo que apenas dio opciones.

Único espada, Daniel Luque (verde botella y oro): Estoconazo trasero, oreja, fuerte petición de otra y dos vueltas al ruedo. Pinchazo hondo y dos descabellos, silencio. Buena estocada, oreja. Pinchazo y buena estocada, oreja. Pinchazo y estocada, ovación. Pinchazo y otro hondo, gran ovación al despedirse de la plaza. Los espectadores terminaron abroncando al presidente por su lamentable y estúpida cicatería que fue el punto más negro del festejo.


Gesto y gesta de Daniel Luque. Era el momento de dar este importante paso. Ya lo intentó una vez en Madrid, quizá demasiado pronto, y no le salió. Aquel fracaso, sin embargo, le sirvió para darse cuenta de que, para repetirlo, tendría que hacerse más, de cuajarse más, de acumular muchas experiencias gratas e ingratas, y oficio, mucho sitio, el sitio que da soltura y despeja la mente. Ya lo tiene Daniel como hemos podido comprobar esta temporada. Esto de ayer es un detalle que le honra porque una cosa es encerrarse con seis toritos en una placita y otra en una de gran importancia y trascendencia como la de Zaragoza en el cierre de la campaña más determinante. Y con seis toros serísimos de ganaderías no solo de las fáciles, también de las tenidas por difíciles. Solo falta que le acompañe la suerte. Esa suerte imprescindible en cualquier carrera taurina para llegar a la meta soñada aunque la suerte se ha de buscar ayudando a tenerla sobre la base del valor, del conocimiento y del arte. Daniel tiene estas tres condiciones. Ahora veremos cómo resuelve la papeleta. El de Gerena sabe perfectamente que, de salirle bien este gesto, saldría disparado hacia la cima que busca. Qué cosa más bonita, más difícil y más ilusionante. Con ella, con la ilusión porque triunfara, entramos ayer en la plaza…

Daniel Luque hizo el paseo muy por delante de los sobresalientes y de sus tres cuadrillas. Curiosamente, no fue obligado a saludar una vez concluido el desfile aunque hubo un amago que no prendió cuando salir del burladero para recibir al primer toro. Un castaño de Antonio Bañuelos de muy buenas hechuras. Con lances de menor a mayor ajuste y temple lo saludó saliendo suelto de inmediato hasta alcanzar al caballo de turno sin que todavía hubiera ocupado su sitio. Le aliviaron el castigo. Luque lo llevo de nuevo para el segundo puyazo, también brevísimo, en el que se defendió un poquito. Luque quito en los medios por chicuelinas ajuntadas y cada una más despacio, citando en casi todas desde lejos para rematar con media. El toro se dolió en palos. Y Luque brindó al público. Excelente arranque de la faena por bajo con la derecha con tres cambios y los de pecho. De lejos, citó para ligar sin solución continuidad varios redondos estupendos que cosió a los de pecho. Muy noble el toro, con fijeza. Si buenos fueron estos, mejor los siguientes con dos cambios y el de pecho. Y aún más, si cabía, una gran ronda al natural. Mas redondísimos sensacionales y los pectorales correspondientes. Y todo con gran facilidad, naturalidad y enjundia. Sin la espada que arrojó a la arena, terminó con luquesinas a pies juntos y entró a matar cobrando un estoconazo casi entero trasero de prontos efectos. Se pidieron dos oreja con mucha fuerza y el palco se resistió a conceder la segunda sin razón. A mi estos presidentes que contrarían a la mayoría del público me dan asco. Luque paseó la oreja entre clamores subsiguientes a la bronca que dedicaron al palco y anterior a la que bramaron después de que Luque recorriera todo el anillo hasta dar otra y saludar en los medios. Gran comienzo de la corrida en la que Luque no se aseguró la puerta grande por puro y duro capricho presidencial.


De Fuente Ymbro fue el segundo. De gran presencia y armónicas hechuras. Salió suelto del capote de Luque por tres veces hasta que lo fijó con media verónica. El toro empezó a corretear y se picó solo en una de sus huidas. Breve puyazo tras el que se puso a renquear y a querer tablas. En el segundo le dieron tras ir al paso. Con más cosas negativas que positivas, cambiaron a banderillas yéndose el toro de nuevo a los tableros. Se bregó bien y se pareó con desigual acierto. Primer de mala prueba para Luque. Antes de que iniciara la faena, se puso a escarbar. Altos diestros a pies juntos y primera pérdida de manos cuando Luque lo abría fuera de las rayas. Ya casi parado el animal, medio admitió tres con la derecha y se rajó. Ya lo estaba. El intento de seguir fue baldío aunque Luque pudo pegar un par de naturales hasta la imposibilidad de apurar más las cosas. Lo mató al hilo de las tablas de pinchazo hondo arriba que hizo pupa aunque necesitó del descabello dos veces.

El tercero fue de Alcurrucén con nombre de músico. Buena cosa en los del encaste Núñez. Un colorao imponente. Muy serio y altivo. Fue donde le llamaron pero sin apenas rematar. Con muy poca fuerza pero noble, Luque lo veroniqueó con mucho mimo. Bien porque, si le pega un lance en serio, lo hubiera tirado al suelo. Buena la brega de Luque para llevarlo a caballo. Cumplió el toro en bravo. Luque quitó con mucha lentitud, toda la que pudo imprimir a los lances. Bravo también en el segundo encuentro. Un bravo sin fuerza. Enganchado quite por la espalda del sobresaliente Manuel Carbonell que terminó cogido y herido. Vaya por Dios. Bien Espartaco Chico y David Gómez en palos. Y el toro arriba. Lo típico de los Núñez de Rincón. Se lo sacó hacia los medios con elegantes trincherillas y el de pecho muy lento. Y, de seguido, naturales de menor a mucha mayor largura y desigual hondura porque unos los dio por alto y otros por bajo. Bellísima trinchera y el pase del desdén. Algo parecido sucedió con la derecha de muy menos a muy más y a mejor los redondos. Música. Se fue con el toro a compás toreando hasta rematar con sensacional de pecho. Relajado y atinando en el embarque aunque no en el trayecto, más naturales también a mejor y cambio por delante al paso. Ya sobre las rayas, altos diestros a pies juntos sin moverse y circulares con dosantina a la que añadió un desplante. Faena con muy torera enjundia aunque algo desigual por las desigualdades del toro, ciertamente informal. Muy buena la estocada. Cayó otra oreja. Y la presidencia pudo apreciar por qué hubiera tenido que darle las dos del primer toro. Había sido larga la agonía y el señor del palco hizo el ridículo ordenando un aviso justo en el momento que dobló el toro. Bien, muy bien la primera mitad del gesto, don Daniel. Porque usted ya se ha ganado el don.

De Victorino Martín fue el cuarto. Negro entrepelado y bien puesto. Aplaudido en su salida. Llegó y se emplazó para irse después. Metió la cara por el lado izquierdo en los lances de Luque que fueron de tanteo con el animal sin brío al embestir. Brega por alto para llevarlo al caballo. Tardó el toro en ir pero fue, apretó y derribó encelándose en el jamelgo. Al segundo, aunque también tardeó y mucho, fue desde donde fue colocado. Media distancia. Muy bien el picador José Esquivel. Gran puyazo en forma y fondo. Fue muy ovacionado. El toro fue muy bien al capote en la brega previa a las banderillas. Caída y amago de cogida de un peón que se hizo el quite solo con ayuda de otro. Estas cosas perjudican a los toros. Y, en efecto, el toro lo acusó quedándose corto y defendiéndose por arriba. No obstante y poco a poco, Luque lo fue metiendo en la muleta con la mano derecha y lo consiguió. En dos rondas con temple y mando. El toro quiso irse a tablas, pero Luque lo abrió hacia los medios en donde convenció del todo al toro y al público que demandó música. Y así, bajo los copases del pasodoble, toreó al natural obligando al ya muy tardo toro a embestir y dándolos de categoría. Fue un bonito empeño que Luque resolvió aunque el animal quiso irse siempre. Los redondos cosidos y el cambio del final muy cerca de las tablas, sensacionales. Importante, muy importante la faena. Una pena que pinchara antes de agarrar una excelente estocada. Obra de dos orejas de haber matado al primer envite. Muchos tardaron en sacar los pañuelos blancos. Pero esta vez el presidente sacó pronto el suyo. ¿Para hacerse perdonar?

El quinto, de Victoriano del Río, alto de agujas y muy cuajado con 616 kilos, apenas humilló en los lances de apertura de Luque, posteriores al intento de darlos de rodillas. Cumplió sobradamente en el primer puyazo aunque defendiéndose. Salió distraído y el segundo lo tomó en tres agarrones por su cuenta ante el caballo contrario. Pitos para el picador. El toro siguió sin humillar en banderillas y se dolió además de berrear. Llegó a la muleta por definir y sin apenas catar por el matador. Luque empezó a pies juntos por alto con la derecha, luego por bajo y enseguida en redondo ligado al de pecho y bien de verdad. ¿Había toro? Casi en los medios, no lo pareció otra vez con la derecha y, al dar el primer natural, el toro se rajó. Así y todo, Luque logró enjaretar varios y buenos naturales muy cerca de las tablas. Y, muy en corto, algunos semiredondos porque el animal no quería coles. Con uno de pecho y el desdén, se fue donde se había ido el rajado animal y sufrió un cobarde acosón. Muy por encima de este toro anduvo Daniel. Pinchazo y otra buena estocada. No hubo oreja pero sí la aquiescencia general de los espectadores que ovacionaron con fuerza a Luque una vez arrastrado el áspero y cobardemente rajado animal.

Cerró la tarde un sexto de Puerto de San Lorenzo. 601kilos. Muy en Atanasio. Era el encaste que faltaba. No se prestó al toreo de capa como tantos de esta procedencia. Y, repentinamente, empezó a corretear tropezándose con un caballo del que pasó. Y otra vez lo mismo. Manso declarado en este tercio. Pero no para el toreo porque empezó a meter la cara en los capotazos de la brega de Luque antes de ser picado debidamente. Sin quite, tomó el segundo sin que le hicieran daño. Quite de Luque por chicuelinas y de frente por detrás con el animal echando la cara arriba y enganchando el capote. No fue fácil de banderillear. Luque volvió a brindar su postrera faena al público. Citando muy frontalmente desde los medios con el toro en tablas, a Luque le costó que el animal tomara la muleta con la mano derecha. Pero como el temple obra milagros, el logro aconteció espaciado y sereno, sin descomponerse nunca. Por el lado izquierdo fue materialmente imposible conseguirlo. Y con la derecha otra vez, a duras penas. Mal toro con el torero tan empeñado y tan seguro de sí mismo que lo consiguió de modo inverosímil hasta terminar con un par de doblones. Otra faena importante con casi todo en contra por parte del burel. Pinchazo arriba y otro hondo que fue suficiente. Fue muy ovacionado al abandonar la plaza que quedó un tanto desairada por no ver a Luque salir a hombros como sin duda mereció. Por eso la tarde terminó con una monumental bronca al presidente, autor de la única fechoría del festejo. Una pésima decisión añadida a las normas reglamentarias de cada plaza que, es la vigente en Aragón como en los reglamentos de otras comunidades que impiden salir a hombros cuando no se cortan dos orejas a un mismo toro. ya va siendo hora que los que saquen a hombros a los toreros sean los espectadores y no esos que se autonombran costaleros y ofician cual funcionarios cuando no lo son.

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