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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 22 de octubre de 2022

Aprended, inocentes / por Pla Ventura


"...Tras todo lo visto en los últimos años, como los hechos demuestran, la única unión taurina entre un diestro y un apoderado que funciona a las mil maravillas es la del torero Diego Urdiales y su apoderado Luis Miguel Villalpando que, para colmo, tiene un componente de amistad y de cariño nada usual en los tiempos que vivimos..."

 Aprended, inocentes
Pla Ventura
Toros de Lidia/21 octubre, 2022
Todos los años, por estas fechas se produce una diáspora tremenda al respecto de los toreros y sus apoderados y, la gran verdad es que caen como moscas ante la miel. Sin ir más lejos, este año han roto sus “matrimonios” decenas de toreros con sus mentores porque como es obvio, tras el “reparto de dividendos” muchas cuentas de los diestros han quedado en número rojos. Todo un problema que, para mayor desdicha, apenas tiene solución. Fijémonos que, la inmensa mayoría de los toreros pretenden ser apoderados por casas grandes, a poder ser empresarios de gran relieve para llevar a cabo el intercambio de cromos entre ellos. El último “afortunado” al respecto se llama Ángel Téllez que, como sabemos, le apodera Simón Casas. Ante todo, que no le pase nada al torero aludido.

Sin lugar a dudas, el caso más sangrante si de rupturas hablamos, no es otro que el de Daniel Luque, en la temporada de su consagración total, con su apoderado Carlos Zúñiga, administrador de varios cosos taurinos, por ende, un tipo influyente de cara los demás empresarios. Una quiebra que les ha llegado a ambos, de forma muy concreta al diestro que, tras esa temporada brillantísima a la que aludo, apenas ha podido pagar la furgoneta nueva que había comprado; lo digo en metáfora, pero es la más triste realidad. Otros han roto porque creían haber encontrado al mago de Oz para que arreglar su vida y, no existen magos en el mundo empresarial, más bien mercaderes por aquello de comprar una “mercancía” barata como son los toreros.

La mayoría de los diestros se unen a un apoderado, el que sea, con tal de que suene la flauta y eso es muy difícil, ¡qué digo! Es imposible, de ahí las quiebras “matrimoniales” antes descritas. Tras todo lo visto en los últimos años, como los hechos demuestran, la única unión taurina entre un diestro y un apoderado que funciona a las mil maravillas es la del torero Diego Urdiales y su apoderado Luis Miguel Villalpando que, para colmo, tiene un componente de amistad y de cariño nada usual en los tiempos que vivimos. Todo empezó un día en que, Villalpando, actuaba a los órdenes de Urdiales puesto que, en calidad de subalterno, Villalpando fue fiel al diestro riojano al que consideraba un amigo desde el primer día que se conocieron.  Retirado como banderillero Villalpando, Urdiales le propuso que le apoderara, algo que no dudó un instante el que fuera un gran torero de plata; eran tiempos difíciles para Diego Urdiales que, sumido en el ostracismo quería buscar una persona que le sacara de aquel abismo y,  lo consiguió con Villalpando.

Lo dicho ocurrió hace más de una década y, en la actualidad son la pareja de moda entre torero y apoderado. ¿Sabía Villalpando tocar las teclas de aquel “piano”? Los hechos han demostrado que su diapasón era perfecto, hasta el punto de dominar la situación de una forma apasionada y, sin duda, perfecta para el torero. Luis Miguel sostiene que su poderdante podría torear mucho más de lo que en él es habitual pero, aferrándose a un axioma muy particular, Villalpando dice que “para ser puta y no ganar nada es mejor ser mujer honrada”, justamente, el binomio que les une desde el primer día porque, como apoderado, Luis Miguel Villalpando ha demostrado tener un talante fuera de lo común porque, decirle “NO” al empresario más poderoso del mundo, es decir, Simón Casas, para eso hay que tener bemoles. Había triunfado Urdiales por todo lo grande en Madrid en la feria de otoño del 2018 y, al siguiente, cuando empezaron las negociaciones para que el diestro riojano actuara en la feria de San Isidro, Casas quería ningunear al diestro y, Villalpando acudió en su rescate diciéndole al empresario que su torero tenía un caché que era inviolable. Y se quedó en la calle. Pero no pasó nada porque, tres años después Urdiales sigue toreando en las ferias que le respetan, con los compañeros de máximo nivel y haciendo faenas de ensueño; digamos que, Urdiales lleva a cabo las faenas que todos sueñan.

Otro punto a favor de esta unión no es otro que, cuando Urdiales se presentó en La México, tras una grandísima faena, la FIT mexicana flirteó con el diestro para llevárselo pero éste les remitió a Villalpando y allí murió aquel intento fallido. O sea que, además de banderillero y lidiador, Villalpando sabe moverse en los despachos con gran entereza, pero siempre, para favorecer los intereses del hombre al que representa que, como él dice, es un torero de faenas sublimes, las que hay que rentabilizar por completo. ¿Torear por torear? Eso ya lo hacen todos, hasta Morante este mismo año. Pero algo muy distinto es hacer que prevalezca el caché de un diestro que, como Urdiales, se lo ha ganado con su arte y eso ni se compra ni se vende, pero sí se respeta y el único modo de respetar a un diestro es darle la categoría que merece en todos los órdenes.

Es cierto que, Villalpando tiene entre sus manos un auténtico tesoro, el que administra con auténtico esmero, de ahí la empatía que les une en su “matrimonio”, no de conveniencia, pero sí de inteligencia que son cosas muy distintas. ¿De quién es el mérito de esta unión, de Villapando o de Urdiales? Estamos hablando de un pacto entre caballeros, ¿cabe respuesta mejor?

Tras lo explicado, ver que todo el mundo anda dando tumbos sin rumbo alguno, rompiendo con unos y con otros sin encontrar la respuesta que todos buscan, eso debe ser muy penoso. Por dicha razón, si yo fuera torero me fijaría mucho en ambos personajes y, a poder ser, aplicar la fórmula que ellos utilizan. Entre otros muchos, el dato que antes conté lo dice todo. Ser el rotundo triunfador de la feria de otoño de 2018 y, al siguiente, 2019, decirle que no al empresario más grande que existe sobre el planeta, el dato es conmovedor pero, a su vez, yo mismo me pregunto, ante tal actitud, ¿quién sufriría más el apoderado o el torero? Ambos lo pasarían fatal, pero sabían lo que hacían, sí señor. Pero ahí les tenemos, uno siendo admirado como apoderado y el otro dictando lecciones de torería al más alto nivel, tan alto que, muy pocos pueden secundarle. 

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