«Ser torero es una guerra día a día»
Manuel Diaz El Cordobés.
Isaac Fonseca quizás no tiene nombre de torero, pero es él que actualmente levanta mayor expectación en su país. Su historia está forjada en la dedicación, la entrega y una vocación sacerdotal por querer ser una figura del toreo mundial.
Isaac Fonseca aterrizó el pasado jueves en el AICM y un ruido de tambores de guerra retumbó de norte a sur por toda nuestra geografía taurina como presagio de que algo grande está por venir. Con una mirada seria pero atenta a todos los detalles, Fonseca caminaba por el aeropuerto sin prisas entre la gente, con cierto garbo y soltura como si fuera una especie de Maradona del toreo. Su estatura no refleja el verdadero tamaño de sus ambiciones ni de sus anhelos, con apenas 24 años su rostro puede engañarnos con un aire de inocencia juvenil, pero en el fondo se esconde un torero obstinado con alma de samurai (como esos que le gustaban a Corbacho) y que se ha curtido a contracorriente.
Su llegada a nuestro país se produce después de una temporada heroica como novillero, con triunfos en las plazas mas importante de Europa que le abrieron la puerta para tomar la alternativa en Francia, con Manzanares como padrino y Roca Rey de testigo. Ahí comenzó a encarrilar la locomotora para regresar a su país con fuerza y luchar, dicen algunos, contra el establishment mexicano que no ha sido capaz de producir una verdadera figura del toreo o un ídolo que llene las plazas en los últimos 20 años.
¿Oye pero cómo quieres ser figura del toreo en tu país si no tienes el porte de un Payo o de un Silveti? le dijo alguna vez un aficionado en un hotel en Madrid. «La gente no va a pagar un boleto por mí por ser bonito, sino porque me pongo en el sitio donde te queman los pies y me juego la vida como pocos» contesto con esa convicción radiante, segura y misteriosa que en ocasiones tienen los iluminados del toreo.
A tan solo unos cuantos días de su debut en México en la ciudad de Morelia, muchos aficionados y taurinos dudan si podrá ganarle en el ruedo la pelea a todos sus alternantes y posteriormente a los empresarios en los despachos. Pero los que realmente lo conocen, saben que tiene muchas probabilidades de hacerlo, ya que Fonseca es un peleador nato y su vida ha sido una constante batalla para superar todo tipo de adversidades desde que se decidió a ser torero. Tampoco niega su orígenes y reconoce que ha venido de muy abajo como muchas de las grandes figuras del pasado y eso lo convierte en un referente para muchos jóvenes de origen humilde que hoy sueñan con ser toreros. Es consciente también de que el nuevo aficionado mexicano esta ávido por vivir el renacimiento de la tauromaquia y que ven en su llegada, a ese nuevo ídolo que tanto han estado esperado y que además está dispuesto a ofrecer su propia vida en una plaza con tal de alcanzar el triunfo anhelado. Como si su vida fuera la trama de una película del siglo pasado de esas que protagonizaron en su momento El Cordobés o Palomo Linares, con títulos como «Aprendiendo a Morir»o «Nuevo en esta Plaza».
Pero eso era cine. La realidad nos dice que ningún torero quiere morirse, aunque Fonseca asegura que está dispuesto a hacerlo en una plaza como recientemente declaró en una entrevista en donde comento que sueña con torear un mano a mano en las Fallas de Valencia 2023 con Roca Rey: “Es mi referente, pero en el ruedo quiero ganarle la pelea. ¿Cómo? “Estoy dispuesto a perder la vida” sentenció Fonseca y ante este tipo de declaraciones ya no hay vuelta atrás como alguna vez dijo el Maestro Alameda: «Un paso adelante y muere el hombre, un paso atrás y muere el arte.»
¿Hasta dónde va a llegar Fonseca en el invierno mexicano? No lo sé, pero lo que si sé es que en México no tiene parangón con nadie del actual escalafón, ademas de que su valor es de otra galaxia y su voracidad no tiene limites, al menos así lo ha dejado en claro en la presente temporada.
Pero lo que si puedo intuir es que si aquí hace lo mismo que hizo en Europa, olvidándose de lo terrenal, bordeando los límites de lo prohibido y quedándose quieto como un poste mientras el tren silba, su irrupción en ruedos mexicanos será arrolladora y los empresarios no tendrán mas remedio que contratarlo en todas sus plazas.
Es lo que digo yo.
Twitter: @LuisCuesta_
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