"..ver ganar al Madrid suscita una cólera que no hemos escuchado, por ejemplo, cuando se supo que un club había pagado más de siete millones al vicepresidente de los árbitros. El antimadridismo habla mucho de quien lo siente. El antimadridismo es la prueba del algodón de la mediocridad.."
Sin embargo, mi vuelta a mi querido país y una nueva perspectiva me hacen pensar ahora que el antimadridismo no es solamente un fenómeno nacional sino universal. Las reacciones al gol del Leipzig en la ida, lógicamente anulado por el árbitro, son la prueba de que, más allá de las fronteras de España (lo noté en Francia por ejemplo), ver ganar al Madrid suscita una cólera que no hemos escuchado, por ejemplo, cuando se supo que un club había pagado más de siete millones al vicepresidente de los árbitros. El antimadridismo habla mucho de quien lo siente. El antimadridismo es la prueba del algodón de la mediocridad. Y el antimadridismo es universal porque la mediocridad es universal.
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