"...lo tienen fácil: hagan la final con el formato clásico de tres diestros para que entre Borja Jiménez en el cartel. Olvídense del mano a mano. Se ahorrarán muchas críticas y amortiguarán muchos males de conciencia. Hagan un cartel anunciando la clásica terna de toreros, y dormirán tranquilos..."
La solución: una terna de toreros.
Juan Miguel Núñez Batlles
A vueltas con los errores, que se convierten en injusticias, en el certamen de la llamada Copa Chenel que organiza la FTL, convendría una rectificación a tiempo. Porque clama al cielo lo que está pasando con Borja Jiménez, excluido de la final por un clamoroso, más bien escandaloso, fallo presidencial. Un suceso muy triste que va de boca en boca, mientras la organización no parece decidida a enmendar el disparate.
Porque, al margen del desacierto que tuvo el usia para calibrar méritos, o medir tiempos, en la valoración de las faenas, habría que preguntarle a los sesudos "técnicos" que integran el jurado de la FTL, si no consideran como una circunstancia absolutamente torera el hecho de recibir un aviso. Y caso de no considerarla así, pues deberían aplicar idéntico "razonamiento" para valorar en negativo las que todavía se pasaron más en el tiempo.
En fin, no se trata de quitar a uno para poner a otro. Si ellos, el jurado, consideran que debe torear la final el que eligieron, en detrimento del que más lo merecía, y siguen sin querer bajarse del burro, lo tienen fácil: hagan la final con el formato clásico de tres diestros para que entre Borja Jiménez en el cartel. Olvídense del mano a mano. Se ahorrarán muchas críticas y amortiguarán muchos males de conciencia. Hagan un cartel anunciando la clásica terna de toreros, y dormirán tranquilos.
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