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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

sábado, 24 de junio de 2023

Isaac Fonseca. Insólito, pero cierto / por Pla Ventura


"...Me quedé asombrado estos días cuando vi las imágenes de la tremenda cicatriz que lucía en su pierna derecha el diestro Isaac Fonseca, todo ello como consecuencia de la cogida que sufrió el pasado domingo en Colmenar Viejo que, por cierto, se alzó triunfador del certamen de la Copa Chenel, además, con toda justicia..."

Isaac Fonseca en Las Ventas

Insólito, pero cierto
Pla Ventura
Toros de Lidia/23 junio, 2023
Me quedé asombrado estos días cuando vi las imágenes de la tremenda cicatriz que lucía en su pierna derecha el diestro Isaac Fonseca, todo ello como consecuencia de la cogida que sufrió el pasado domingo en Colmenar Viejo que, por cierto, se alzó triunfador del certamen de la Copa Chenel, además, con toda justicia. Digamos que, tras las muchas tarascadas que sufrió el diestro, creo que fue en el tercer toro cuando le hirió; pero todos creíamos que se trataba de una cornada superficial puesto que, el torero no dio la más mínima sensación de dolor. Sabíamos, insisto que estaba herido porque por su muslo se deslizaba la sangre pero, esa fuerza interior que tienen los toreros que, mientras puedan estar de pie, son capaces de lo más grande.

Si Roca Rey, unos días antes dio una lección de pundonor al resultar herido en Toledo, torear al día siguiente en Granada y al tercer día en Madrid y, nadie se percató de la herida; ante todo, una herida que no manaba sangre pero, lo de Fonseca es de libro. El mexicano quiere llegar a lo más alto por lo civil o por lo criminal, nada importa y, lo que es mejor, ese desprecio hacia su propia vida le convierte en un ser de otra galaxia porque, tras la cornada, matar otros tres toros y recibir el galardón que se ganó como si nada hubiera pasado, eso es propio de auténticos héroes. En ese mismo festejo cayó herido Juan del Álamo mientras lanceaba su primer enemigo pero, tenía dos cornadas muy fuertes que, hasta la hicieron perder el sentido, no cabía otra opción que pasar al quirófano, con toda la pena del mundo, pero no tenía otra alternativa.

Por dicha razón se quedó Isaac Fonseca con los seis toros en los que bregó de una forma apasionada puesto que, nada era sencillo; es más, el derrote que le tiró su primero en la boca, si le mete el pitón le arranca la cabeza de cuajo; quedó en un fuerte golpe y una herida superficial en el labio pero, cuando su tercer enemigo le empitonó, todos creíamos, pensábamos en lo peor puesto que, tras levantarse, hasta nos tranquilizamos porque, por la actitud del torero, creíamos que la herida era superficial. Reitero que, tras ver cómo y de qué manera era la herida, la extensión de la misma y el parte facultativo ofrecido por el galeno, nos quedamos sin sangre en las venas.

Estas proezas hay que cantarlas y, como nos sucede a nosotros, contárselas al mundo porque eso es propio de toreros, de auténticos héroes que, en el ejercicio de su profesión son capaces de hacer lo más insólito del mundo, en este caso, de torear varios toros con una grave cornada en el muslo y, como digo, que nadie notásemos nada; ni el menor gesto de dolor, ni de cojera, ni de falta de recursos; todo lo superó Isaac Fonseca con una grandeza admirable.

Ha ganado la Copa Chenel pero, a poco que le dejen, muy pronto ganará el entorchado de figura del toreo; pero tienen que dejarle, darle las oportunidades que se merece, las que se ha ganado y, a poco que le ayuden los toros –y si no lo hace lo hará él- conseguirá su propósito que no es otro que el de vivir de una profesión en la que arriesga su vida al máximo, sabedor de que la puede perder, pero ahí radica su mérito, su consciencia en todo lo que hace, una tarea que no resulta baladí, ni para él ni para los aficionados que le admiramos.


Claro que, del entramado del mundo del toro podemos esperar cualquier cosa y, la sorpresa, amarga por supuesto, siempre la tenemos al acecho, caso de Diego Urdiales que habiendo sido el triunfador del pasado año en Valladolid, en este ocasión, como premio, a la puta calle. Con dichos imponderables tiene que contar el mexicano puesto que, en ocasiones, el gran peligro no es el que tiene el toro puesto que, las peores cornadas, muchos toreros se las llevan en los despachos. Fonseca es un chico joven, con toda una vida por delante, razones que nos hacen sospechar que, con un mínimo de suerte y de justicia empresarial, lo demás correrá todo por su cuenta y regresará a México como un auténtico ídolo. En el camino correcto esta. Que la suerte le acompañe, que los empresarios le respeten sus triunfos que, de su parte nada quedará en el tintero.
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Isaac Fonseca con la cornada en el muslo derecho durante su actuación en Colmenar Viejo@CopaChenel

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