"...Hablar de despunte de toros es pecado mortal, es un tema intocable en el medio taurino. Pobre de aquel mortal que se atreva a mencionarlo. No importa que sea visible, tampoco que sea una práctica habitual. En la tauromaquia todas las actividades perversas se callan, se disimulan, “no vaiga” a ser que huela a estiércol..."
Nuestra fiesta linda y qué herida.
Jaime Oaxaca
De Sol y Sombra/México, 9 Junio 2023
En la ciudad de Apizaco sucedieron acontecimientos inverosímiles. Un grupo, “El Ateneo Taurino Mexicano, A.C.”, denunció irregularidades días antes de realizarse una corrida de toros.
Las anomalías no suceden exclusivamente en Apizaco. ¡No, qué va! Acontecen cotidianamente en todo el país. Son parte de nuestra fiesta linda y querida… de nuestra media fiesta.
Existe un acuerdo tácito entre todo el gremio taurino. Hagámonos tontos todos, finjamos que todo es excelente; actuemos con naturalidad como si el triunfalismo que impera fuera real.
Démonos coba todos.
Abracémonos los ganaderos por las reses bobas sin trapío, creámonos que los indultos y nuestras las vueltas al ruedo son merecidas. Démonos la enhorabuena los toreros por las premiaciones exageradas, salgamos a hombros, finjamos que no se trata de triunfos apócrifos. Los jueces aprobamos y premiamos sin recato, por nuestro enamoramiento de la tauromaquia. La prensa no cuestionará, se encargará de difundir.
Sorprende que, ante esa realidad, alguien se atreviera a denunciar abiertamente, tal como lo hicieron los ateneos. Con la frase: ¡por una fiesta íntegra!, se pronunciaron en contra de la manipulación de astas que presentó el encierro para la corrida del 4 de marzo en Apizaco y revolotearon la adormilada y alcahueta tauromaquia mexicana.
Cuando la majada permanece estática, casi pasa desapercibida, se cubre con papel para ignorarla, el inconveniente surge cuando alguien agita la boñiga, entonces se esparce la pestilencia, comparación aplicable a la fiesta brava mexicana.
Por ejemplo.
Hablar de despunte de toros es pecado mortal, es un tema intocable en el medio taurino. Pobre de aquel mortal que se atreva a mencionarlo. No importa que sea visible, tampoco que sea una práctica habitual. En la tauromaquia todas las actividades perversas se callan, se disimulan, “no vaiga” a ser que huela a estiércol.
El Ateneo agarró al toro por los despuntados cuernos. Sin entrar en detalles, más o menos así está el asunto.
El pasado miércoles circularon fotos de lo que se lidiaría en Apizaco el 4 de marzo, cuatro de Javier Garfias y cuatro de Montecristo. El jueves fluyó una carta de los ateneos en el que se pronunciaron abiertamente contra la manipulación de astas que presentaba el encierro para dicha corrida. Mencionan que no premiarán, como era su intención, debido a la notoria y exagerada manipulación de astas.
Asimismo, respaldan el nombramiento del Ayuntamiento de Apizaco de una nueva jueza, le piden a ella que, junto con el veterinario, rechacen los animales despuntados. La jueza renunció el viernes.
El sábado, el día de la toreada, se divulga una carta del grupo Ateneo, dirigida al Ayuntamiento con copia a funcionarios del gobierno municipal y estatal. Siendo el sábado día inhábil, la carta no la recibió el ayuntamiento, me parece se envió por correo.
En dicha misiva solicitan que el veterinario de plaza haga el examen postmórtem a los restos de las reses lidiadas, para comprobar si hubo manipulación de cornamentas. En teoría, en cada corrida se lleva a cabo un análisis de las cornamentas y de la dentadura de todas las reses. El resultado del examen, si se realiza, debe entregarse a la presidencia municipal correspondiente. Si existiera ese dictamen, jamás se hace público.
Es evidente que el sistema taurino quiere linchar a los integrantes de ese grupo, deben encontrarlos culpables de patear el pesebre, de salirse del redil; por menear la majada. Dos de los integrantes del grupo conducen un programa de toros en la radio tlaxcalteca, auspiciado por el Instituto Taurino de Tlaxcala. A ver si no les dan puerta.
La corrida se realizó con poco público, con mariachi, sin contratiempos. Llamaron al juez de siempre que, dicen, el mismo sábado aprobó los ochos bureles. Francamente creo que se harán de la vista gorda, ni modo que el ayuntamiento de Apizaco se auto sancione, prácticamente ellos son la empresa.
En Tlaxcala, la tauromaquia es patrimonio cultural, se realizan diversos actos culturales del tema, siempre será aplaudible, pero el toro, el auténtico toro, sale de vez en cuando al ruedo. Existen profesionales inconformes de la forma en que se hacen las cosas, quisieran modificar los procedimientos; sin embargo, quedarse callados es la única forma de permanecer dentro.
La mecha que encendieron los ateneos podría aprovecharse para revivir la fiesta mexicana. En Tlaxcala podría sembrarse la semilla de la resucitada tauromaquia.
También podrían ignorarlos. Quizá decidan castigar y desterrar al grupo por incitador, rebelde, desobediente, peleonero y continuar con lo que queda de nuestra fiesta linda
y qué herida.
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