No he visto demasiados toreros que estén mejor en la segunda parte de su vida profesional que en la primera, pero sí unos cuantos. Pero no transformaciones totales que pusieron a todo el mundo de acuerdo siendo no tremendamente mejores en la última etapa, que también, sino muy, pero que muy diferentes. Del toreo bonito y frágil al poderoso y macizo. Pasando de las corridas dulces a las fuertes y complicadas. Y pudiendo con éstas sobradamente.
Ángel Teruel fue más
Ricardo Díaz-Manresa
Fue más de lo que se ha dicho y escrito a sus 50 años de alternativa. Parece que le estoy viendo en Burgos, feria de San Pedro, todo de blanco y plata, como si fuera un ángel del toreo además de Ángel por nombre de pila. La 1, de TVE, televisó esa corrida porque entonces televisaba y no se conocían antitaurinos. Ni había tanto memo antitodo suelto utilizando “ la libertad de expresión”, la pseudolibertad, falsa claro.
Ángel Teruel Peñalver, que a sus 17 años irrumpía ese día de la alternativa en el muy difícil mundo del toreo por los muchos espadas buenos del grupo especial y del primer grupo, muchos más que ahora, cuando tenían que ganarse los contratos a codazos, máxime si eran nuevos. Bueno, ahora también es difícil, pero entonces más. Creo que mucho más.
Siempre hizo las cosas lentas y lucidas pero en esta su primera época, tan joven, se le veía –al menos me parecía a mí- relamido y cursilón, pero resolvía las papeleta y se metió en los grandes carteles de las ferias más nombradas. Con un estilo lento, casi mecanizado, muy programado.
Después fue bajando y se iba quedando fuera y apareció el gran Ángel Teruel profesional y corajudo que me dejó boquiabierto una tarde de sanfermines o de la Aste Nagusia, no recuerdo bien, pudiendo con los toros difíciles y plantándose como un torero verdadero y así siguió hasta que desapareció de los ruedos.
No he visto demasiados toreros que estén mejor en la segunda parte de su vida profesional que en la primera, pero sí unos cuantos. Pero no transformaciones totales que pusieron a todo el mundo de acuerdo siendo no tremendamente mejores en la última etapa, que también, sino muy, pero que muy diferentes. Del toreo bonito y frágil al poderoso y macizo. Pasando de las corridas dulces a las fuertes y complicadas. Y pudiendo con éstas sobradamente.
Otro que fue un caso de transformación se llama José Luis Parada, sin tanta éxito, pero mucho, como Ángel Teruel en la primera etapa, pero increíble en la segunda en la que convenció a todos, incluído yo, al que no le gustaba nada su primer ciclo de alternativa. Cómo estuvo Parada en su etapa feliz y plena.
Por eso quiero señalar que Ángel Teruel terminó siendo un torero completo, con la estética de su posalternativa y años siguientes para convertirse en un torero al que tengo en la mente algunas de sus tardes de su ciclo final y glorioso. Y no tengo muchas de otros que fueron mejores o más cantados.
A los 50 años de su alternativa en Burgos hay que escribir esto para que se enteren de la verdad del torero madrileño.
Ángel Teruel Peñalver: gracias por todo. Fuiste más de lo que nos han dicho estos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario