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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 31 de mayo de 2018

QUE SI, QUE NO…/ por Antolín Castro




QUE SI, QUE NO…

S.I.18.- El protagonista de este vigésimo tercer festejo ha sido, sin duda, Sebastián Castella. El francés se ha llevado la tarde y la cornada. Salir en hombros, por ello, es una consecuencia lógica de esas que suele tener la tauromaquia.

Claro que no para todos son justas las cosas que suceden o se premian y hoy ha sido un día de esos. Unos que sí a las dos orejas para Castella -eran muchos pidiéndola- y otros que no -eran muchos aunque menos- que el premio fue un exceso.

Castella fue cogido de manera terrorífica por el quinto cuando lo pasaba con el capote. Una voltereta impresionante, arrollado después en la arena, y todos temiéndonos todo lo peor. Le asistieron, lo llevaron a las tablas y allí, pasados dos o tres minutos, teníamos al desmadejado francés en pie, vendado uno de ellos y recuperando la verticalidad y el pulso.

Paseó 2 orejas Castella tras sobreponerse al escalofriante percance Foto: Plaza1
Apareció, entonces, la raza de los toreros o, al menos, la raza de este torero, el orgullo de no ceder en su empeño ante ese toro que se lo quiso quitar de en medio. Se plantó de rodillas y la temperatura adquirió unos cuantos grados de más en la emoción que llegaba a los tendidos, pasándoselo por delante a centímetros en varios derechazos. Después, ya en pie, ramillete de series con ambas manos con la tensión por las nubes. La faena fue a menos como lo fue también el toro, empeñándose entonces en ensuciar el trasteo con un encimismo totalmente innecesario. Ahí bajó la intensidad y la calidad de la faena. Estocada a por todas en buen sitio y los pañuelos a volar. La oreja se merecía de sobra por la faena, la oreja y media también por su raza y valor, las dos las concedió el presidente y unos que sí, otros que no. No hubo acuerdo aunque en todos quedó la sensación de que Castella es un torero de raza y que el valor y el orgullo siempre mereció consideración. En el otro estuvo mal y mató peor.

Toreaba Ponce y estuvo en eso, en Ponce; elegante, ceremonioso, parsimonioso, gesticulador, y con toda la plaza, o casi, a su favor. Las faenas muy diferentes en función de los toros de Valdefresno, el sobrero, y de Garcigrande. El manso primero le permitió torear con gusto y el segundo no. Siendo dos faenas distintas en su valoración, al público le dio igual, le ovacionaron en ambos. Visto con objetividad debería haber sido que sí en uno y que no en otro, pero le aplaudieron igual. Privilegio de unos pocos nada más

Confirmaba alternativa el venezolano Jesús Enrique Colombo, al que solo le rescatamos un par de banderillas en cada uno de su lote. No fue su tarde y estuvo a la deriva en sus dos oponentes. No le faltarían las ganas, no se lo vamos a negar en día tan señalado, pero nada le salió, perdiendo hasta cuatro veces la muleta en el sexto. Mañana podrá redimirse. Al venezolano la plaza le dijo que sí en lo poco bueno y que no en lo mucho malo en la tarde de su confirmación.

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