O no le informaron al cura, que no me lo creo, o no lo sabía, que tampoco era posible… o se le olvidó. O fue una falta de respeto al torero o un desprecio al toreo. Ya no nos extraña nada.
- Gregorio Sánchez fue por encima de todo un torero, un gran torero, un torerazo. ¿Por qué no se dijo? Habrá que hacer otro funeral para remediarlo. Con la familia leyendo una nota.
El cura no sabía que era un gran torero
No sabía que fue un gran torero ni siquiera que fuera torero. Hay que dar más datos y ampliar lo que dije en Clarín del domingo pasado.
Ocurrió en el funeral en Madrid por Gregorio Sánchez a los 9 días de su muerte en Galicia a los 90 años. Torero en la cumbre, en los 50 y 60 y primeros de los 70. Para el cura, en la iglesia de los jesuitas de la calle madrileña de Serrano, frente a la embajada de los Estados Unidos (por cierto con una gran bandera del orgullo homosexual), Gregorio sólo fue una buena persona, honrado, trabajador y humilde. Lo repitió tres o cuatro veces, y aunque parezca mentira nunca dijo que fue torero, ni maestro de toreros, ni nada que oliera a toreo.
Y entre la vida del más allá y la de acá estuvo alargando la faena en demasía. Ya se sabe que los curas hacen siempre en sus parroquias lo que quieren y además aquí no hay avisos. Que Francisco ha dicho que las homilías deberían durar unos 7 minutos pues cada uno habla el tiempo que le parece. Hasta su discípulo amado, Osoro, nuestro tesoro, en vez de 7 puede hacer 70. Hasta el gran bostezo.
O no le informaron al cura, que no me lo creo, o no lo sabía, que tampoco era posible… o se le olvidó. O fue una falta de respeto al torero o un desprecio al toreo. Ya no nos extraña nada.
La iglesia madrileña de San Francisco de Borja, con muchos toreros y taurinos, parecía escenario de una homilía rutinaria para tantos hombres buenos, que pasaron por la vida de forma gris y honesta. Nunca para una figura popular y queridísima. Los presentes –El Juli, con toda la familia, Andrés Vázquez, Fundi, Encabo, la saga de los Lozano etc- se quedarían muy sorprendidos. Como nos quedamos todos. Y bastantes lo comentaron a la salida.
Menos los informadores…porque no había uno en ejercicio de la profesión y representando a su empresa. Ví a Maxi Pérez, ascendido este año por méritos en Movistar, pero estaba con su familia, con sus padres, grandes personas. Si amable es él, la madre es un superencanto. Da gusto ver tan unida a esta familia taurina, con la suerte que a Maxi padre , y se lo digo cada vez que lo veo, haya tenido la suerte, y el mérito, de tener a Lucas y Maxi tan colocados taurinamente. Enhorabuena.
Como aficionados y admiradores del torero, el gran periodista Juan Miguel Núñez, cada día con más afición y actividad, y yo que disfruté del toreo del toledano desde niño.
Sí, volviendo a gran Gregorio, fue buena persona (pero de éstas señor cura hay muchas) y ayudó a mucha gente. Y trabajador, desde albañil a famoso con traje de luces. Pero llamar trabajador a un torero… señor cura no es un elogio precisamente. Honrado porque le vimos muchas veces en la plaza darlo todo, pero el señor cura no se refería a eso. Y lleno de virtudes como superar grandes desgracias familiares, forjarse un porvenir con espada y muleta, convencer a mucha gente con sus faenas, emocionarla con sus triunfos, generar ilusión. Virtudes todas cristianas y humanas que son ejemplo para una sociedad frágil y desorientada ahora.
Gregorio Sánchez fue por encima de todo un torero, un gran torero, un torerazo. ¿Por qué no se dijo? Habrá que hacer otro funeral para remediarlo. Con la familia leyendo una nota.
Es que murió en este 2017 que no cuida nada al toreo. La cifra del 7 no está resultando buena como escribí en mi artículo “De Guanes a Baruqui”. El recordado crítico Suárez-Guanes murió este 7 de mayo de 2017. Y el prestigioso Paco Baruqui, gran mexicano, el 17 de ese mismo mes de 2017 y Fandiño –gloria otra vez a Fandiño y malditos los que quieren ensuciar su memoria- murió el pasado 17 de junio también de este año 17. Y hasta este año de 7 nos dieron el susto del cierre de la Monumental de las Ventas.
Menos mal que ahí está San Fermín, que lo arreglará todo con su capotillo mágico y santo empezando el 7 del 7 del 2017. Ya no habrá tantos sietes hasta el 2027, dentro de 10 años.
Yo creía que los sacerdotes hablaban con los familiares para saber datos de la vida en el caso de que no lo conocieran de nada. O los familiares entraban en la sacristía a ofrecer los momentos de la vida del difunto que consideraban más importantes. Pero en esta ocasión parece que no hubo cruces.
Pero estuvimos muchos con Gregorio, personaje admirado y admirable.
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