En demasiadas ocasiones para mi gusto, el representante parece querer imponer su propio criterio al del futbolista al que representa, ya sea con buena intención o ya sea por motivos espurios, que en el cien por cien de los casos están estrechamente relacionados con el dinero.
- Morata debiera empezar a interiorizar que igual no le queda otro remedio que seguir viviendo el auténtico infierno que supone tener que jugar otro año más en el vigente campeón español, europeo y mundial.
Representantes versus futbolistas:
Bale, Theo, Verratti, Morata...
A veces (muchas) los jefes de prensa son los mayores enemigos de los periodistas. Y a veces (muchas también, demasiadas) los representantes son los mayores enemigos de los jugadores, que si no tienen un carácter firme, suficiente determinación y un objetivo claro, acaban cayendo en sus redes por amistad o por simple pereza. Lo vimos con Jonathan Barnett, el representante de Bale, que metió a su representado en un lío con Cristiano hasta el punto de que Gareth tuvo que pedirle que no dijera más tontunas. Y lo vimos también con el representante de Theo, que no se limitó a llevar a cabo fielmente el mandato del chico, que quería jugar en el Madrid, y se dedicó a coquetear a sus espaldas con el Barça, inducido, eso sí, por el Atlético de Madrid, que, aunque ahora parezca que no, prefería ver al defensa con la camiseta de cualquiera menos con la blanca del Real.
En demasiadas ocasiones para mi gusto, el representante parece querer imponer su propio criterio al del futbolista al que representa, ya sea con buena intención o ya sea por motivos espurios, que en el cien por cien de los casos están estrechamente relacionados con el dinero. Ahora ha sido Donato di Campli, el representante de Verratti, el que ha metido en un lío al futbolista del Paris Saint Germain al declarar que el jeque tiene prisionero a Marco y no le deja irse al Barça. El jugador, que está empezando a darse cuenta de que va a tener que seguir al menos una temporada más en el PSG, se ha visto obligado a desmarcarse de su representante y a afirmar lo que, por otro lado, es público y notorio, que si él es un futbolista de primer nivel mundial es gracias al equipo francés, que le acogió cuando no era más que un desconocido.
Malo cuando el representante es sólo tu amigo, peor cuando interviene tu familia, debacle total cuando lo hace tu padre. El United acaba de confirmar la contratación de Lukaku, cuestión ésta que complica aún más la ya de por sí azarosa salida de Álvaro Morata del Madrid. A Morata no lo representa su padre sino Juan Manuel López, pero a López lo acompaña siempre el padre de Morata como antes lo acompañó Roberto Solozábal en el centro de la defensa. El padre de Morata está en el derecho (y me atrevería a decir que incluso en la obligación) de pensar que su hijo es Van Basten pero quizás, y sólo digo quizás, no lo sea. También es posible que, además de al fantástico delantero belga, Mourinho quiera incorporar igualmente a Álvaro, pero ahora el reloj ya no ahoga tanto al United, del mismo modo que tampoco presiona al Madrid. Morata debiera empezar a interiorizar que igual no le queda otro remedio que seguir viviendo el auténtico infierno que supone tener que jugar otro año más en el vigente campeón español, europeo y mundial.
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