De irreprochable presentación y desigual juego, la primera mitad de la corrida de Fuente Ymbro mereció el calificativo de sobresaliente. Y entre los tres, el que hizo segundo, de nombre “Hechizo”, fue uno de los toros más alegremente francos que hayamos visto últimamente. No lo dejó escapar el diestro valenciano Román en una faena cuasi redonda haciendo el toreo sobre ambas manos, citando siempre desde lejos en varias tandas a cada cual mejor, añadiendo un festín por ayudados por bajo y un desdén zurdo pleno de gracia y de salero. Para mi no fue una sorpresa porque ya había visto a Román, un torero que aúna como pocos el valor, la donosura y una arrolladora simpatía. A punto de tener en su mano una valiosísima oreja que hubiera sido la primera de esta feria, falló con la espada y escuchó una gran ovación a la que podría haber añadido sobradamente una vuelta al ruedo de las de verdad. Joselito Adame, tan bullicioso como siempre no halló del todo las teclas frente el encastado que abrió plaza hasta cansar por alargar demasiado su trasteo que cerró con un infame bajonazo. José Garrido tardó en acomodarse con el buen tercero, lográndolo por naturales de muy bella y templada factura hasta estropear todo con la espada. La decoración cambió radicalmente en la segunda mitad del festejo. Bajó el nivel del comportamiento de los astados y, salvo Román que tuvo buenos momentos muleteros con el mejor de los tres, el quinto, ni Adame ni Garrido se hallaron a gusto con sus segundos oponentes.
Román acaricia un legítimo triunfo con un gran toro de Fuente Ymbro
J.A. del Moral · 11/05/2018
Madrid. Plaza de Las Ventas. Jueves, 10 de mayo de 2018. Tercera de feria. Tarde agradable con rachas de viento y más de media entrada.
Seis toros de Fuente Ymbro, serios, encastados, de juego desigual. Mejores los de la primera mitad, sobre todo el estupendo segundo que dio brillante juego. De los de la segunda parte, destacó el quinto aunque no a la misma altura que el segundo.
Joselito Adame (verde manzana y oro: Estocada muy baja, silencio. Dos pinchazos y estocada baja, silencio.
Román (gris plomo y oro): Pinchazo y estocada, aviso y gran ovación con saludos. Estocada, palmas.
José Garrido (palo de rosa y oro): Estocada desprendida, silencio. Estocada y tres descabellos, palmas.
A caballo destacó Oscar Bernal picando al tercer toro. Y en palos, Tomás López que fue cogido tras parear al rimero, Fernando Sánchez, Antonio Chacón y El Sirio.
Si comparamos este festejo con los dos anteriores que abrieron la feria, lo cierto y verdad es que, en esta tercera, lo pasamos bastante mejor. !Aleluya¡ Aunque las campanas al vuelo solamente sonaron con la actuación del valenciano Román frente al segundo del envío. “Hechizo” hizo honor a su nombre. Toro importante y diría que hasta merecedor de haberle premiado con una vuelta al ruedo. La que tampoco dio Román porque no quiso. La gran ovación que escuchó tras matar tuvo suficiente fuerza para haberla dado. Nadie la hubiera protestado. Esta modesta prudencia del joven valenciano, contrastó con el meollo de su actuación con el capote y, sobre todo, en su excelente faena de muleta. No es torero de clase Román, pero le sobran otras virtudes, sobre todo el valor al que añade una simbiosis admirable, la desenvoltura y la simpatía dando siempre la impresión de que goza, disfruta toreando. Y eso llega mucho al público. Se entendió perfectamente con “Hechizo”, un toro de muy alegre embestir, yendo al engaño como una centella desde lejos. Percibido de ello Román, el inicial cada tanda citando desde muy lejos, no solo fue un hallazgo de estrategia, también un añadido de enorme emoción por lo mucho que aguantó firme Román, por como repitió el toro en sus francas embestidas y por como lo toreó Román ligando perfectamente los muletazos por bien colocado y templado siempre en cada ronda que basó sobre el lado derecho aunque no faltaron los naturales al final del trasteo. Román junto “Hechizo” encendieron el entusiasmo de los espectadores logrando el primer aldabonazo fuerte de esta feria, por fin rota a mejor tras los dos aburridos festejos que la precedieron. Ya hemos dicho que Román podría haber dado la vuelta al ruedo, tras perder la valiosa oreja que perdió por matar de un bajonazo. Su desenvoltura y su simpatía se trocaron en modesta prudencia. Pero ahí quedó la faena de la tarde, la mejor con mucho ayer y en lo que llevamos de feria.
Román también consiguió buenos muleteros frente al quinto toro que fue el mejor de la segunda parte de la corrida aunque no tan bueno como “Hechizo”. Y mira por donde, a este lo mató muy bien Román. Ay si hubiere matado así al segundo… En fin. Así es el toreo.
El alto nivel de Román no fue secundado por sus dos compañeros de terna, el mexicano Joselito Adame y el extremeño José Garrido. Ambos por bajo de sí mismos. No sé. Adame no fue ayer el de sus mejores tardes y Garrido ni de lejos de aquel novillero que se destapó a lo grande frente a seis novillos en un festejo matinal de la Semana Grande de Bilbao hace ya, dos, tres… años. Garrido, del que anunciamos entonces su gran valía y sus posibilidades de ser figura precoz, no está resultando tan bueno como hubiéramos querido. Él sabe que tiene la “onza” pero por el momento no ha logrado cambiarla aunque en determinados momentos con el capote y sobre todo con la muleta, da pruebas del excelente concepto que tiene del toreo. Bien sin más frente al tercer toro y pesado con con peor sexto.
Por no dejar a Joselito Adame sin mayores comentarios, ayer dio la impresión de un cierto retroceso en su por ahora brillante carrera. Muy destemplado con el primer toro que se fue estropeando precisamente por la falta de limpieza del trasteo que, además, alargó demasiado hasta hartar al personal. E incómodo con el bastante peor cuarto al que mató fatal, librándose de los pitos por la bella muerte que tuvo el animal.
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