La gente huyó tras del frío a la final de copa del fútbol
"...¡Al fútbol! Era el grito de la tarde. Si al comienzo del festejo había unos doce mil espectadores, se redujo en mil ya en el cuarto, dos mil menos en el quinto, para quedar en un cuarto de plaza, unos 6.000, para presenciar el último de la tarde..."
¡¡AL FÚTBOL!!
Antolín Castro
España / Madrid, 17/05/2013
S.I. Ese titular cuadra perfectamente para la novillada de hoy. La tarde, fría como pocas, invitó a que muchos se quedaran en casa en lugar de acudir a la plaza. De ese modo, además de ahorrarse el frío no llegaban tarde a la cita futbolera de la final de la Copa del Rey. Eso propició que la plaza registrara una media entrada aproximadamente, lejos de los dos tercios que existen de abonados. Conclusión: La explicación que les he dado anteriormente.
Pero hubo novillos y novilleros en la tarde y las ganas de la terna se estrellaron con la flojedad de los novillos de Guadaira. Demasiada flojedad que no ha tendio intervención de Florito porque nadie apretó en su protesta y es que el grito era ese de no llegar tarde ¡al fútbol!.
El mejor librado ha sido Roberto Blanco que quizá venía de tapado. Cierto que le tocó el mejor novillo de la tarde, el tercero, pero cierto también que manejó la muleta con cierto gusto y templanza en todo momento. En ambos novillos marró con la espada al primer intento, pero al segundo uso contundencia.
Gómez del Pilar vino a por todas como en él es habitual, pero solo pudo lucir con el capote, ya que su lote se desmoronó en el último tercio. Nos queda un quite con el capote doblado por la mitad, llamado de la media luna, como réplica a unas gaoneras de Juan Leal en su primer toro. También le ponemos en su haber el haber ido a portagayola en sus dos novillos.
Juan Leal, que se despedía de novillero en Las Ventas, pasado mañana tomará alternativa en Nimes, se estrelló con la flojedad del ganado, que en nada favoreció su tarea. Presente en quites variados, no pudo desarrollar su toreo con la pañosa. Y es que el ganado se ha cargado las ilusiones de los chavales.
¡Al fútbol! Era el grito de la tarde. Si al comienzo del festejo había unos doce mil espectadores, se redujo en mil ya en el cuarto, dos mil menos en el quinto, para quedar en un cuarto de plaza, unos 6.000, para presenciar el último de la tarde. Este novillo, contagiado por la huída, hizo lo propio y saltó la barrera, pero a él no le dejaron irse al Santiago Bernabeu.
El rey de la fiesta es el toro, en este caso novillo, y no llegó en las debidas condiciones a la plaza. Esperemos que El Rey de España llegue en condiciones al campo de fútbol y pueda entregar la copa que lleva su nombre a un equipo de Madrid. Una cosa que tenemos segura: Ganará un equipo de Madrid.
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