"...Estaba Fandiño… en las cabezas de todos esos miles, y en sus corazones también. No va a ser fácil olvidar esa gesta, a eso si se le puede llamar así, con resultado de triunfo y sangre, pero fundamentalmente por la presencia de la autenticidad que tantas veces reclamamos. Estaba, por tanto, muy presente el torero de Orduña..."
ESTABA FANDIÑO…
Antolín Castro.-
S.I. En la tarde de hoy, con figuras en el cartel, con lleno, en algún lugar de la plaza estaba Fandiño. Ya se que me dirán que es imposible que tras la grave cornada de ayer le dejaran salir del hospital para irse a los toros, pero les juro que estaba.
Unos tres mil espectadores aproximadamente más que ayer, 24.000 en lugar de los 21.000 de la tarde anterior. A ojo se podía advertir que unos 18.000 eran los mismos que ayer se sentaron en Las Ventas, por lo que es fácil deducir que para ellos, las tres cuartas partes del aforo, les rondaba en la cabeza lo vivido ayer.
Estaba Fandiño… en las cabezas de todos esos miles, y en sus corazones también. No va a ser fácil olvidar esa gesta, a eso si se le puede llamar así, con resultado de triunfo y sangre, pero fundamentalmente por la presencia de la autenticidad que tantas veces reclamamos. Estaba, por tanto, muy presente el torero de Orduña.
Según fue transcurriendo la tarde, cada vez se hacía más presente su figura, su actitud, su torería, su valor, su entrega, su toreo y hasta su sangre.
Estuvo Finito en Madrid. Quizá sea esto su último quehacer en Las Ventas
Fotografías de Javier Arroyo-Aplausos
Fotografías de Javier Arroyo-Aplausos
Siete años hacía que no pisaba el ruedo venteño Finito de Córdoba y por lo visto era mejor que hubiera seguido faltando. No importa poner falta a quien se ha limitado a determinadas posturas, tantas que le han dado un aviso antes de entrar a matar, con un toro inválido, que perdía las manos constantemente. A ese lo cazó a la hora de matar, a su segundo lo mató entrando a la velocidad de una moto y a una bestial distancia. Fandiño estaba presente cuando le vimos con esa actitud, con las telas y con la espada.
Morante estaba también. Pueden verlo en la imagen
Morante venía a limpiar la imagen dejada el otro día y lo consiguió: menos broncas y almohadillas. No está mal ir mejorando. La tarde que le queda anunciado en la Beneficencia será la tercera ¿y será la vencida? El que no vaya no lo va poder comprobar. Su capote, famoso capote, estuvo; lo llevaba él pero lo usó de mala manera. Nada para recordar. Con la muleta tampoco hubo firmeza alguna y mientras deambulaba por el ruedo estaba Fandiño detrás. Algunos dicen que le vieron. Con la espada era imposible ‘mejorar’ a Finito y no lo logró, aunque también estuviera Fandiño presente.
El mejor librado de la terna fue Perera, en una tarde así no era difícil serlo. Le bastaba un poco de quietud para que los 6.000 espectadores diferentes a los de ayer, que no vieron ayer y no veían hoy a Fandiño por ningún sitio, se complacieran con lo que les ofreció, Sin embargo, la gran mayoría, no pidieron la oreja, como hicieron esos, pues sabían perfectamente cómo han de suceder las cosas para pedirla. Enhebró pases periféricos, actuó en cercanías, hizo el péndulo y se mostró dispuesto, con la pierna retrasada, a dar derechazos y naturales, pero estaba Fandiño por allí y, claro, no podía cuajar en triunfo esa forma de torear. Tuvo sus seguidores que le pidieron la oreja, pero no podía ser. También le dieron un aviso mucho antes de entrara a matar. A eso se le llama cantidad. En el último cambió distancia, que pedía el toro, por cercanías y ahí se acabó todo.
Con la memoria reciente de Fandiño era muy difícil que lo visto esta tarde cogiera vuelo, que abriera un hueco en la mente de los aficionados. Le esperamos, así que a mejorar pronto.
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