"...Con Maduro el régimen ha profundizado en las arbitrariedades, en la intolerancia y en el desconocimiento del Estado de Derecho..."
LA CUESTIÓN UNIVERSITARIA
Fortunato González Cruz
Por la calle real / Mérida-Venezuela.-
14 años de acoso no han sido suficientes para doblegar a la comunidad universitaria. De su manantial siguen brotando las limpias aguas del saber y miles de profesores, estudiantes y trabajadores encuentran la frescura de un ambiente en el que es la verdad científica el factor de coherencia. Una ciencia conciliada con los valores espirituales que adornan la identidad nacional. Cientos de cátedras y centros de investigación trabajan calladamente en la creación y divulgación del conocimiento, y miles de jóvenes encuentran en sus aulas el exquisito ambiente de la clase. Nadie la convertirá en charco por más que agiten y emponzoñen sus aguas.
Pero hay ahora una amenaza en extremo peligrosa, porque quienes gobiernan son ignorantes, torpes y prepotentes que desprecian la Casa del Saber. Les importará poco lanzar su comunidad a la calle y cerrar las aulas, e intentar instaurar un remedo de academia en manos de sargentones. No les interesa el conocimiento ni la verdad, sino imponer la ideología de la sumisión. No es lo mismo luchar en un ambiente liderado por demócratas que frente a enemigos jurados de la libertad, del pluralismo y del conocimiento.
La clave en la lucha por la autonomía, presupuesto justo y salarios dignos es la permanencia en el trabajo. Un aula vacía es una provocación a la barbarie. La luchar debe ser firme, creativa y audaz de presencia activa en los espacios universitarios. No una huelga indefinida que facilita la ausencia sino actividades que aseguren la energía de la protesta en sus espacios. Podrían suspenderse las vacaciones colectivas, ampliar los cursos intensivos y mantener activa la Universidad y la movilización de sus miembros. Lo que no podemos hacer es dejarle los espacios a la jauría.
Con Maduro el régimen ha profundizado en las arbitrariedades, en la intolerancia y en el desconocimiento del Estado de Derecho. Ha sido refractario a las demandas y reclamos de la población y cuando reacciona lo hace al estilo Jalisco: vocifera y alardea pero deja en claro su enorme debilidad, porque carece de la legitimidad que da la fortaleza política indispensable. Se niega al diálogo. De allí que los legítimos reclamos de la Academia deben ser argumentativos, sólidos, firmes, contundentes, pacíficos y con los objetivos claros. Unidad por sobre todo y marchas bien organizadas, protestas creativas y pacíficas, incorporar a las organizaciones sociales y al pueblo. Comprometer a la colectividad en la defensa de la Academia.
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****Fortunato González, es Catedratico de la U.L.A. de Mérida-Venezuela / Miembro de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales / Fundador y Director de la Cátedra de Tauromaquia "G. Briceño Ferrigni" de la U.L.A.
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