El gesto fue negarse a banderillear cuando al brindar al público el primer par adornado con la bandera española, escuchó pitos de la gradería alta y cortó por lo sano negándose a protagonizar el tercio. Con un par, dio así mentís a los españoles vascos que odian a España. Claro que los tendidos ovacionaron fuertemente a Ferrera en espectacular y justo contrapunto. Luego cuajó su segunda faena, cortando una oreja – hace años sin el inefable Matías hubieran sido dos – al muy encastado quinto toro de Torrestrella. Al segundo, también muy encastado, podría haber cortado otra de no haber pinchado antes de enterrar la espada. El de Ferrera fue el lote más agradecido del muy fuerte e incluso duro envío de los Alburejos. Juan José Padilla se fue de vacío, también por fallar con los aceros en el cuarto de la tarde. El Fandi fue el menos favorecido de la terna. Los tres espadas alternaron en banderillas en los tres primeros toros.
Gesto y gesta de Antonio Ferrera
J.A. del Moral · 21/08/2017
Bilbao. Plaza de Vistalegre. Domingo 20 de agosto de 2017. Segunda de las Corridas Generales. Tarde agradable y menos de media entrada.
Seis toros de Torrestrella, muy bien presentados y armados, fuertes y encastados en distintos grados de manejabilidad. Todos cumplieron en varas en distintos grados de bravura. Muy pronto el primero que tuvo peligro por el lado derecho. Muy encastado y franco por el lado derecho el segundo. Con muchos problemas acrecentados en el transcurso de la lidia el tercero. Cambió a mejor tras quedarse corto en su salida el cuarto. Encastadísimo con buen fondo el quinto. Se dejó sin clase alguna el sexto.
Juan José Padilla (marino y oro con remates negros): Estocada habilidosa caída y descabello, silencio. Metisaca, estoconazo que escupe y cuatro descabellos, ligera división y silencio.
Antonio Ferrera (grosella y oro): Pinchazo y buena estocada, aviso y gran ovación. Estoconazo, aviso y oreja.
El Fandi (añil y oro con remates negros): Casi entera contraria algo atravesada y descabello, ovación. Casi entera desprendida, palmas de despedida
A caballo destacaron Juan de Dios Quinta y José María González. Superior por magnífica brega de Duarte.
La anécdota de la tarde fue la descrita en la entradilla. No fue ayer la primera vez que unos cuantos sujetos, supongo que nacionalistas radicales, protestaron las banderillas adornadas con la bandera de España. Que yo recuerde, la primera fue en una de las corridas que se celebraron el primer año que acudieron a la plaza la recién estrenadas comparsas que hasta llevaban a La Marijaia al graderío alto. El ofendido fue Paquirri. Me refiero al inolvidable padre. Pero este las puso por cojones y nunca mejor dicho. Chopera padre se enfadó. Pero Paquirri terminó cortándole dos orejas al toro y unos cuantos blusas bajaron a colocarle el pañuelo azul de Bilbao. La segunda vez fueron los banderilleros de Francisco Rivera los protestados durante todo el tercio. Francisco de negó a que banderillearan con los precisos palos de la plaza. Y la tercera, la ya descrita de ayer.
Pero en esta ocasión, la mayoría de los asistentes ovacionaron fuertemente a Ferrera que fue el único triunfador de la jornada. Yo diría incluso que el gran triunfador porque, señores, este torero continúo siendo el felizmente transfigurado en estupendo interprete tras dos años fuera de combate por los percances que había sufrido. Fue el Antonio Ferrera de Sevilla y de Madrid. Solo que, en esta ocasión, los dos torazos que afrontó tuvieron mucho que dominar, mucho que poder y mucho que torear. Dicen y dicen bien que la veteranía es un grado y ciertamente que Ferrera hizo una exhibición de lidiador cuajadísim0, de diestro sabio y de torero con aroma. Claro que el perfume de ayer tarde en Vistalegre, fue de machos. Porque si a las virtudes mencionadas le añadimos la del valor auténtico, apaga y vámonos. Ayer solo puso un par muy comprometido por los adentros al alternar con Padilla y El Fandi en la lidia del segundo toro. Lo hicieron el los tres primeros como acostumbran cada vez que torean juntos, sobresaliendo el granadino que es el más lucido con los palos desde hace ya muchos años.
Pero siguiendo con Ferrera, en su primera faena tuvo que aguantar las muy prontas y muy fuertes embestidas del negro chorreado de Torrestrella. Aguantar, mandar y templar al furioso animal que, si pareció manejable, fue por como lo toreó Ferrera tocando todas las teclas que tuvo que tocar además de hacerlo completamente entregado ante un animal nada fácil. Arte añejo el suyo. Arte con sabor. con enjundia y cara torería. Fue una pena que pinchara antes de agarrar una buena estocada. Los serios aficionados bilbainos, se guardaron los pañuelos pero derrocharon palmas para el toro en su arrastre y para el torero que tuvo que saludar. Antes, cuando alguien estaba como estuvo Ferrera con este toro, la gente obligaba a dar la vuelta al ruedo. En fin, que estamos en otros tiempos.
Pero bien estuvo Antonio con el segundo toro, aun mejor con el muy bravo quinto que fue el del incidente. Tras el cual, Ferrera de dispuso a cuajarlo con tanta determinación como gesto de enfado y contrariedad. !Os vais a enterar, imbéciles¡ Y claro que se enteraron. Los de arriba y los de abajo. Una pena que la entrada fuera tan floja. El calor de las playas y en domingo con fútbol… Porque si los tendidos hubieran albergado a más espectadores, los resultados y el eco de la faena de Ferrera hubieran sido bastante mayores. Es decir, de Puerta Grande. La faena de Ferrera fue de esas que van de más a muy más. Con las dos manos y sobre todo con la derecha por redondos ligados a largos de pecho porque el animal tardeó algo por el izquierdo.
Juan José Padilla fue el Padilla de siempre, el Padilla de su vuelta que no decae en su admirable empeño. Sobremanera con el toro que abrió plaza que se le coló peligrosamente por el lado derecho nada más empezar la faena y aunque enseguida tomó la muleta con la izquierda, volvió al peor pitón una y otra y otra vez hasta que le obligó a pasar. Y con el cuarto que lo desarmó en el recibo con el capote – magnifico el gran peón Duarte supliendo en la brega con enorme maestría y temple – Padilla pareció dudar si banderillear en solitario o entregarle los palos a sus peones, de decidió a hacerlo él, colocando un estupendo segundo par y terminó al violín. La faena fue bastante larga. Con ganas y con ese ánimo que nunca le falla al jerezano. Padilla no hizo ayer ninguna tontería ni recurrió a ningún efectismo. Estuvo en serio y conectó mucho con el público en la segunda parte del trasteo que fue a mejor porque también el toro mejoró al final por el lado derecho. Sin acabar de humillar que ese fue el defecto mayor del animal al embestir.
El inacabable e inasequible a cualquier precio esté donde esté, me refiero a El Fandi, se llevó lo peor del envío. Lo que no le importó para darse por entero en los tres tercios. Lucido en los recibos y en los quites que no perdonó. Navarras en el tercer toro, chicuelinas en el sexto. Contundente e espectacular en banderillas como acostumbra. Y con la muleta, por encima del pésimo tercero – imposible por peligroso a derechas – a apenas resistente. Fue el peor toro de la tarde. Tampoco le fue a la zaga el sexto que tardeó y apenas se dejó por el lado derecho y casi nada por el izquierdo. Un lote para olvidar.
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