Cierto es que si no hubieran fallado las espadas, lo mismo estaríamos obligados ahora a escribir sobre los triunfos de la terna. Pero el caso fue que antes de estos fallos, sobre todo los de El Juli, no estuvieron a la altura de su suerte. El Juli -¿qué le pasa a El Juli?- no fue ni su sombra. Alejandro Talavante ya anunció en el paseíllo con su vestido de luto riguroso negro y azabache que iba a distar mucho del grande frente a un tercer toro que en otras tardes hubiera sido exprimido con gran brillantez. También Alejandro anda en horas bajas. ¿O no? Pienso que sí. Y José Garrido, que fue quien anduvo más comprometido con su responsabilidad en la plaza que le lanzó en aquella novillada matinal y lluviosa, se pasó de rosca y de tiempo frente al excelente animal que hizo tercero y se le fue la olla. Tarde fallida también porque la entrada que registró la plaza de Vistalegre no fue la que quizá hubiera sido de no haber jugado el Atleti en San Mamés.
Tarde fallida con tres buenos toros de Domingo Hernández
J.A. del Moral· 25/08/2017
Bilbao. Plaza de Vistalegre. Jueves 24 de agosto de 2017. Sexta de feria. Tarde nublada y amenazante con menos de dos tercios muy repartidos de entrada.
Seis toros de Domingo Hernández, bien presentados y de vario juego. Manejable por el lado derecho y de inferior calidad por el izquierdo el primero. Muy noble por el derecho e incómodo por su exceso de celo por el izquierdo el segundo. Magnifico por todo el tercero. Estupendo el cuarto. Con poca fuerza y pronto muy parado el quinto. Y manejable sin clase el sexto.
El Juli (grana y oro): Estocada casi entera, división de opiniones. Pinchazo estocada muy trasera perdiendo la muleta y descabello, aviso y ovación.
Alejandro Talavante (negro y azabache): Estocada baja, ovación. Estocada casi entera y tres descabellos, pitos.
José Garrido (granate y oro): Pinchazo hondo en los bajos y estocada, ovación. Estocada trasera de rápidos efectos, palmas de despedida.
A caballo destacó el picador Aitor Sánchez. Y en la brega Álvaro Montes y Juan José Trujillo. El peón Manuel Larios resultó feamente atropellado y herido en la brega del sexto. Pasó a la enfermería.
Los aficionados de Bilbao, los muchos de afuera – no tantos como quisiéramos- y, claro está, los organizadores, esto es la Junta Administrativa de Vistalegre y la empresa Chopera, estamos seriamente preocupados por el bajón de espectadores aunque es debido anotar los cambios que se han producido en cuanto a los lugares que este año están ocupando muchos aficionados, digamos modestos económicamente y no por ello menos meritorios. En las Corridas Generales de este año hemos observado que en las graderías altas, sobre todo en las de sombra, hay mucho publico. Y, ¿por qué?. Pues muy sencillo. Porque los tendidos de sombra bajos son muy caros. Se subieron los precios y las gentes más modestas se van arriba. Siempre he dicho que en cuanto a los precios de las entradas, se deberían bajar mucho, sobre todo los de sol, porque es mejor ver llenos sus escaños que semivacíos y pienso que en la taquilla también habría más dinero. En fin, que doctores tiene la Iglesia…
Salí de la plaza francamente disgustado con las actuaciones de El Juli y de Alejandro Talavante. Sobre todo con El Juli a quien vi alicaído, desmotivado, sin “creerse” lo que hacía y, por ello, transmitiendo una penosa situación. Pasó de trámite aunque con el cuarto toro, cuando la faena estaba digamos hecha – iba a ser de oreja de haber matado bien aunque el mismo Juli en mejor momento hubiera armado un lío -, intentó seguir y siguió pegando pases vulgares supongo que mientras por su cabeza pasaba el deseo de “a ver si corto las dos porque este año me puedo ir de vacío” como así fue por pasarse de faena hasta el punto de que el toro llegó a la suerte suprema inconvenientemente situado por ya descolgado. Total, que El Juli falló a espadas y el triunfo se fue al carajo.
Últimamente, estoy viendo a Talavante imitándose a sí mismo sin conseguir ser el más grande de los Talavantes . Vamos, que se los pasa excesivamente por las afueras, que no se embragueta, que no se lo cree y tales carencias repercuten mucho porque da la impresión de estar en un momento bastante delicado… En definitiva, que Alejandro no está ni de lejos en sus mejores momentos. Halló muy buenos momentos con la derecha en su faena al segundo toro que fue, con mucho, el mejor de los suyos, pero solamente en breves momentos. Y con la izquierda fue incapaz de someter las más celosas embestidas del animal. Mas luego, el bajonazo. O sea, que se le fue el toro.
Con el quinto, que fue el por de la tarde, tiró enseguida por la calle de en medio y lo despachó entre los muchos pitos de la decepcionada parroquia. Y eso se paga, Alejandro. Que eres muy buen torero pero no tanto como los más grandes…
Con José Garrido ocurrió que, por estar en Bilbao, a nadie se le ha olvidado su gran tarde matinal en aquella novillada que protagonizó en solitario logrando un enorme triunfo y eso nadie lo olvida, como tampoco el joven torero, supongo, por lo que se ve obligado a ser quien fue aquella mañana, ya con un par añitos de alternativa. Su actuación con el estupendo tercer toro fue bastante buena, sobre todo al natural cuando el trasteo ya estaba casi terminado, pero no redonda ni de las dos orejas que llevaba el toro prendiditas. Y, ¿como lograrlas”, pues pasándose de faena cuando ya estaba requeterminada. En definitiva y lo de casi todo actualmente, que también se paso de rosca y lo pagó muy caro con la espada. El sexto fue uno de los tres que no “sirvieron” y al jerezano afincado en Extremadura, se dejó enganchar los engaños excesivamente yéndose todo también al carajo.
Salimos tristes y pensativos de la plaza cuando empezaba a caer un suave sirimiri…
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