Por: Víctor Ramírez “Vitico”
Jesús Enrique Colombo es en la actualidad el huracán venezolano que allá por donde va arrasa con lo que se encuentra a su paso. Como una superpotencia militar que sale a mostrar su pesada artillería, Colombo va dando escopetazos en Europa y en sus incursiones en México y Perú en plena temporada europea, para demostrar que a ambos lados del Atlántico sigue tumbando caña, con superioridad insultante y una regularidad aplastante. Para el joven novillero tachirense la temporada es un paseo militar en la que no se resisten las plazas grandes ni las menores, no hay ganadería difícil y a la mayoría de sus compañeros se los pasa por la batidora, con ese aire de torero ya muy cuajado, que se sabe de pe a pa la lección. Diestro de repertorio largo y variado con el capote, espectacular banderillero, muletero de amplios registros y todo un ejecutor con la espada, el escalafón de novilleros y la temporada no han resistido a su paso, y a las pruebas hay que remitirse, pues ya sea en novilladas de ferias, en las de temporada o festivales, Colombo simple y naturalmente arrolla. Su paso por plazas como Mugrón, Sevilla, Madrid (Tres tardes, dos orejas y una vuelta al ruedo en plena feria de San Isidro), Pamplona, Santander, Hagetmau, Gijón, Béziers, Roa de Duero, Escalona, Cella y en los festivales de Nombela y Membrilla. y otras destacadas hasta hoy mismo, es sencillamente triunfal.
Sin lugar a dudas esta gran campaña tendrá sus frutos ya de matador de toros, donde el reto es continuar con esa línea de torero largo y poderoso. Ese es el camino para coronar otra cima, muy dura y difícil: ser figura del toreo.
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