Una oreja por coleta cortaron Diego Urdiales, Manuel Escribano y Paco Ureña frente a una mediocre corrida de Victorino Martín que decepcionó a los profesionales y a los aficionados. Se salvó el enclasado quinto aunque no fue de los de tirar cohetes ni capaz de compensar el fiasco ganadero. La entrada también fue mediocre. Está visto que la generalidad del público solo se apunta a las corridas con grandes figuras. Los tres diestros de ayer luchan por llegar a la primera fila. Urdiales se va a hacer anciano en su persistencia. No así Escribano que, sin ser un torero de clase, le sobra el valor y el entusiasmo. Lo más puro corrió por cuenta de Paco Ureña que, de los tres, es el de mayores posibilidades de alcanzar la cima e instalarse en ella. Veámoslo hoy en forma de reseña y toro a toro.
Mejor los toreros que los “victorinos”
J.A. del Moral· 23/08/2017
Bilbao. Plaza de Vistalegre. Miércoles 23 de agosto de 2017. Quinta de feria. Tarde muy calurosa con menos de media entrada.
Cinco toros de Victorino Martín, muy seriamente presentados en conjunto muy parejo, en su mayoría cárdenos y de buenas hechuras. Dieron juego desigual. Peligrosísimo el primero que fue pitado en su arrastre. No tanto aunque casi el segundo. Noble por el lado izquierdo el mediocre tercero. Medio manejable el cuarto sin acabar de romper. Noble el quinto, sobre todo por el lado derecho. Por devolución del inválido sexto, se corrió un sobrero de Salvador Domecq, un colorao alto de agujas y cuajado que resultó muy deslucido.
Diego Urdiales (añil y oro): Estocada hábil y baja, silencio. Pinchazo en los bajos y estocada algo contraía por atracarse de toro. Oreja justita por ser vos quien sois en Bilbao.
Manuel Escribano (nazareno y oro): Dos pinchazos, estocada corta desprendida y descabello, ovación con saludos. Buena estocada, oreja y petición de la segunda con protestas al presidente por no darla.
Paco Ureña (siena y oro con remates blancos): Estoconazo fulminante, oreja. Pinchazo hondo y dos descabellos, silencio.
Los toreros hicieron el paseíllo descubiertos en homenaje a Fandiño. Urdiales fue obligado a saludar antes de la salida del primer toro que compartió con sus compañeros.
El primero, aplaudido al salir, apretó mucho para dentro obligando a Urdiales a sacarlo hasta las rayas. Cumplió en varas defendiéndose. No hubo quites. Tardeó y esperó un poco en banderillas. Los peones cumplieron el tercio con rapidez. Urdiales brindó la faena con la montera alzada hacia el cielo en honor de Fandiño. Tanteos sobre la derecha muy andados. Pegajoso y corto de viajes el animal. Molesta el viento. Llevando al toro hacia los medios, se coló con mucho peligro por el lado izquierdo, muy en alimaña. Fue imposible pararse y más torear por naturales. Vano intento. Otro tanto ocurrió por el lado derecho. Macheteo sufriendo varios amagos de cogida y a matar. Lo consiguió con habilidad metiendo baja la espada con rápidos efectos. Palmas de sus incondicionales que abundan en Bilbao. Luego de arrastrado el animal entre pitos, hubo silencio.
El cárdeno cuarto, otro muy bajo y con buenas hechuras permitió desquitarse a Diego Urdiales en su estupendo saludo por verónicas. Acude con celo el animal aunque se defiende en el primer encuentro con el caballo aunque como antes, parce mejor que sus hermanos anteriores. Lástima que le faltara fuerza. De lejos y alegren fue al segundo encuentro con el caballo. Buen estilo del toro y muy bien el picador. Quite por aplaudidas chicuelinas de Escribano. Apuros de los peones en banderillas.
Brindis de Diego al público. Parsimonioso andar del riojano antes de empezar la faena con tanteos diestros. Y casi en los medios, sabrosas intenciones por redondos de menor a mayor acople. No acabó el toro de romper en la segunda ronda de nuevo bienintencionada. Un buen tercer natural. Y el quinto. Y el de pecho. Retomada la izquierda, con el pasodoble Manolete como fondo musical, más naturales bien iniciados y no del todo aceptados por el toro en su segunda mitad. Regreso algo más feliz por redondos con cites descarados y el mayor temple posible. Como de nuevo al natural. Faena de muy menos a más con las sentidas maneras del diestro de Arnedo. Despacito y buena letra. Siempre animado por el público. Con el toro ya rajado hacia las tablas, algunos naturales sentidos con molinete al paso de remate y pinchazo en los bajos. Lástima… Pero le dieron una oreja tras una buena estocada de rápidos efectos. Por esto mismo, en Sevilla no se la dan.
Otro toro, el segundo, aplaudido al salir. Imponente estampa. Medio pasó en el recibo de Manuel Escribano. Curiosamente, el toro se llamaba “Escriba”. Galopó el toro en su viaje hacia el caballo. Se dejó pegar en el primer puyazo. Sin quitar, tardó en arrancarse en el segundo y volvió a defenderse aunque humillando. Ureña pudo estirarse en dos lances y media verónica en su turno de quites. Escribano pareó en solitario. Muy pronto el animal en el primer par que resultó fácil. Más vistoso el segundo de fuera a dentro. Y como acostumbra, muy expuesto quiebro al violín por los adentros. Tres pares muy reunidos. Gustó a la gente.
Escribano brindó su faena a El Juli. Tanteos sin pararse hacia más allá de la rayas. El toro también se defendió en los intentos de pegar redondos. Y de seguido a la izquierda, descubriendo Escribano la templada y baja embestida del animal. Los naturales, resultaron bastante buenos aunque no tan largos como quiso darlos el torero. ¿Por qué otra vez a derechas? ¿Por ver si se dejaba algo? Poco más que antes. Ya he dicho muchas veces que cuando un toro es mejor por un pitón que por el otro, hay que exprimirlo por el bueno, so pena de encontrar de nuevo dificultades porque al enganchar por el lado mano, los toros empeoran por el mejor lado. Una manía estúpida. Escribano tardó en igualar al toro para entrarlo a matar. Pinchazo. Gazapeo. Otro pinchazo perdiendo la muleta. Estocada corta desprendida. Descabello y palmitas.
Larga cambiada de rodillas a porta gayola de Escribano con el cuarto. Siguieron verónicas de varia por desigual factura. Este toro tuvo movilidad, franquía y humillación por el momento. Pero manseó en varas. Escribano volvió a parear en solitario bajo los compases del pasodoble “Cielo Andaluz”. Un primer gran par de poder a poder. En corto tras adornarse el segundo. Y el tercero arrancando sentado en el estribo hasta quebrar milagrosamente por los adentros, pegado a las tablas. También brindo Escribano su segunda faena al público. Bien por bajo con la derecha. Poca fuerza tuvo este toro. Una pena porque tuvo cierta clase en sus embestidas por los dos pitones. Escribano se esmeró en templar todo lo que pudo. Pausó la faena para que el toro no se agotara y con la derecha logró excelentes y acompasados muletazos. No tanto al natural por citar muy cerca del toro. Necesitaba hueco. Las últimas rondas con la derecha fueron estupendas. Y muy bueno el colofón con la estocada. Le pidieron dos orejas. Pero la faena fue de una porque tuvo dos partes, mediocre la primera y buena la segunda.
El tercero no fue aplaudido en su salida. La gente estaba mosqueada. Más bajo el toro que sus hermanos anteriores. Suelto en el primer lance. Buenas verónicas hasta que el toro perdió las manos. Ureña siempre sale a por todas. Volvió a perderlas en el largo aunque aliviado primer puyazo. No hubo quite. Más leña que antes en el segundo. Rápidos los banderilleros. Ureña brindó a María Isabel Liperhayde, la hija de Dolores Aguirre. Tanteos diestros para sacar al toro al tercio. Va el toro a derechas aunque no del todo por su escasa fuerza. No acabó de pasar del todo en una larga segunda tanda. Además repuso en exceso obligando al torero a perder pasos y en serios apuros al final de la tercera ronda. Más firme en la cuarta. Al natural pareció mejorar el animal hasta que quiso coger al torero. Valiente sin tacha el lorquino. Buena ronda de naturales, los primemos citando a pies juntos. Música. El izquierdo fue el lado más grato de este tercer toro. Terminó con tres intentos a derechas más limpios que los anteriores. Animado el cotarro, insistió con la derecha logrando lo mejor por ese lado con cara torería. Ayudados por bajo y a matar. Estoconazo en lo alto volcándose recto y de efectos fulminantes. Petición de oreja que Matías concedió. Ureña había estado muy por encima de su oponente.
Cerró el toro “Cobrador” en más feo y menos encornado del envío aunque también bajo. Muy poca fuerza tuvo ya en el recibo con el capote de Paco Ureña que apuntó verónicas incompletas. Perdió las manos antes y después de tomar el primer puyazo. Por lo que fue devuelto a los corrales.
El sobrero de Salvador Domecq salió suelto del primer capotazo de Ureña. Por echar las manos por delante y viajar corto, el murciano no pudo recrearse en el primer tercio. También suelto del primer puyazo. Le aliviaron el segundo. De prisita y no del todo acertados los banderilleros. Brindis al público de Ureña que arrancó su segunda faena en los medios con la mano derecha sin tanteos previos. Sin clase el animal aunque con movilidad. Un poco acelerado en la primera ronda. Sin total acople en la segunda. Aún peor el toro por el lado izquierdo, desigualdad en la traza y en el trazo de los naturales con el toro a menos y a peor. Cambia de mano por ver si la cosa se arregla. Imposible. El toro empezó a pararse y a derrotar por arriba en sus ya muy cortos viajes. Hay que matar ya. Pero Ureña continuó inconforme. No debió hacerlo. Pronto cortó en seco y se fue a por la espada de acero. Lo consiguió de pinchazo hondo y dos descabellos.
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