Robleño, Alberto Aguilar y Rafaelillo con los Escolar
"...La cabeza, el corazón, el temple, el gusto de un excelente Alberto Aguilar que mereció algo más que la ovación con saludos en el 3º. Al menos una vuelta al ruedo que abortaron los “listos” con denominación de origen..."
Pedro Javier Cáceres
Periodista y crírico taurino
La segunda no fue más allá, pero como en la medalla del amor: un poquito mejor que ayer pero menos que mañana.
Y no falló. ¡Claro! el mañana de la víspera era la corrida de rejones que nunca falla.
Por partes.
Lo mejor , en conjunto de los cuatro festejos han sido la asistencia. Y no es que la feria, menos estos espectáculos teloneros tengan un gran poder de convocatoria, no: es el milagro que cada año por etas fechas obra San Isidro.
Comenzamos con un 74% para seguir a un 80%, un 95% la corrida de rejones del sábado, y en el encierro de Escolar, pese a ser corrida dominguera, o quizá por ello, más del 85%.
Inauguró ciclo un encierro de Por lo menos 1º,5º y 6º. No es que se dejaran hacer coas lucidas pero sí estar de otra forma.
Diego Urdiales, Leandro y Morenito de Aranda, se afanaron en posturas clásicas, estéticas o flamencas según los casos y siempre en la pala del pitón.
¿Coño!, por lo menos “pónganse”, una vez, que para quitarse siempre hay tiempo.
Muy pulcros, aseados (en la jerga) hoy se dice, que cumplieron lo que antaño sería cuestionable.
Gran sosería, tedio y aburrimiento. Tan solo un arreón de torería de Morenito de Aranda en el sexto y algún muletazo suelto, con empaque, de Leandro en el 2º.
Un dato: Lo mejor 2 banderilleros: el impecable y ortodoxo (puro) Luis Carlos Aranda y el valor sereno de Miguel Martín.
Muy blanda, lo llaman calidad….sin fuerza, salió la de Los Bayones, 2º de feria. Razón de más para andar cómodo y poner la sal y pimienta que al encierro le faltó.
Al coraje y amor propio torero de David Mora por volver a ponerse, y ajustarse, por el mismo pitón y de la misma guisa (capote a la espalda) tras ser volteado al replicar el quite, a su toro, de Nazaré, ¡Algo es algo!, le sucedió la nada en tarde de resignación indisimulada ante las dificultades que cumplieron con muleta demasiado triste. No fue el lote más propicio ¡pero!....
Sí, excelente concepto de Nazaré, sobremanera en le 3º de la tarde, nada al uso: ponerse en el sitio, más o menos; echar la muleta al hocico, esperar y tirar para después dejársela puesta. ¡Sabe torear! y quiere hacerlo. Pero hay que medir más y no dejar un triunfo en el ¡huy!
Tejela, en Tejela. Conformista con el buen pitón derecho del primero y sin opción en el inválido 4º. Otro año será….¡otro más!
Y llegó la primera del arte del rejoneo. Aceptable corrida de “Niño de la Capea” (bueno, de su esposa Carmen Lorenzo).
A partir de ahí Diego Ventura hizo el resto para abrir su 11ª Puerta Grande. Espléndido. Ventura y su “equipo”. ¡Vaya alineación!: Maletilla, Nazarí, Milagro, Remate, Buena Vista, Pegaso, Ordóñez,. Morante, etc. etc. Lo coge Mouriño…. y lo destroza. Bueno tampoco hay que exagerar, podría conseguir el Trofeo de la Vendimia, denominación de origen Cariñena.
Muy digna confirmación de Mariano Rojo que cortó una meritoria oreja en su segundo, estando a la altura de grandes citas y un esfuerzo loable el de
La de Escolar, hoy (ayer para los que lean en lunes) fue corrida de Madrid. Domingo, mestizaje entre el palo y la zanahoria de los caprichos del sector “ilustrado” y los “domingueros”; feliz ausencia de los “borjamari”.
Sol y moscas.
El toro de Madrid, serio, cuajado, manso o encastado, pidiendo papeles; de cortas faenas pero intensas. Terna de hombres, más que nombres, dispuestos.
La sobriedad de Rafaelillo sin suerte en su primero, parado. Su arrojo para reducir el genio del 4º y aguantar sus reservas al sentirse podido. Sin afligirse ni descomponerse ante las protestas incomprensibles de los de siempre.
La lidia con el capote y el inicio de muleta de Robleño en el 2º; de manual. Luego le faltó cuajarlo. Un pase aquí, otro allá, gran dignidad pero había que explotar al máximo un pitón derecho, guadañero, pero importante, transmitiendo. El 7 y vecinos, le pidieron la oreja. No se arredró ante el peligroso 5º con su habilidad proverbial para taparse.
La cabeza, el corazón, el temple, el gusto de un excelente Alberto Aguilar que mereció algo más que la ovación con saludos en el 3º. Al menos una vuelta al ruedo que abortaron los “listos” con denominación de origen (no quiero pensar que son el club de fans de Robleño y de ahí el agravio comparativo, pasó igual con Rafaeillo en el 4º). Con las mimas armas estuvo muy por encima del soso 6º.
Lo mejor de lo visto hasta ahora (toreo a pie) se quedó sin el “premio justo”. ¡Lástima!
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El Imparcial
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