Muy bien Cañamero. Casas, que no se llama Casas ni Simón, ¡fuera de Madrid!. Cañamero lo llama golfo con todas sus letras, y es que el palmarés que arrastra el francés no tiene desperdicio.
Léelo con detenimiento. Es apasionante lo que dice y cómo lo dice este Cañamero, el último baluarte del periodismo independiente.
Juan Miguel Núñez
Periodista taurino
Porque la prensa, ay, la prensa de pesebre que tenemos, sólo dice mentiras, o calla la verdad -no se sabe qué es peor-, de la misma manera que el engañoso colectivo de aficionados acomodados al "sistema", aficionados de pacotilla que van y vienen dónde le colocan los empresarios del sector, los únicos con poder y verdaderos responsables de la deblaque que sufre "la Fiesta"
¿Y los portales taurinos de Internet? Se han inventado una jerga o lenguaje que nada tiene que ver con el argot y la terminología características del toreo. Ya no hay pitos ni mucho menos broncas, por lo que se escribe. ¿Y no es torero una bronca cuando se está mal? Pues no, mentir, mentir y mentir. Hasta los medios generalistas que antaño se distinguieron por sus posiciones claras y críticas para combatir los males tan extendidos y perniciosos que anidan en vocablos como monopolio, monoencaste y fraude con todas sus letras, también y salvo honrosas excepciones -Lorca en El País y Carabias en RNE, y si me olvido de alguno, que me perdone, aunque debería citar asímismo a ocasionales voces y plumas como Delgado de la Cámara y por el estilo, y en provincias el brillante y tenaz Orgambides- tienen mucha culpa de lo que pasa. La comunicación taurina está siendo una anécdota. O, directamente, no existe. Basta ya de tanta pomposidad para esconder y disimular las exigencias que pide a gritos el espectáculo.
¡¡El toro, coño... el toro!!
Que salga el toro de una vez... y a ver si hay toreros capaces de lidiar y hacer arte, símbolos indelebles de la corrida.
Hay un artículo en el último número de "Aplausos", en un lugar muy escondidito, que firma Carlos Crivell, en el que clama por la autenticidad del toreo, supeditada su grandeza a eso, al toro de verdad y al torero de verdad. Ya está bien de tantas componendas.
¡¡¡Acabémos con esta farsa!!
Muy bien Cañamero. Casas, que no se llama Casas ni Simón, ¡fuera de Madrid!. Cañamero lo llama golfo con todas sus letras, y es que el palmarés que arrastra el francés no tiene desperdicio.
Y los políticos de la CAM, desde la presidenta Cifuentes al director-gerente que manda en Las Ventas, ¡cumplan y hagan cumplir de una vez las promesas de unos y otros! Y cuidadito con lo que Cañamero avisa, no vayan a dejar pasar y enmascarar las tristes circunstancias de la difícil encrucijada por la que atraviesa la plaza de toros monumental de Madrid, para reconvertirla -y de esa manera aplacar o contentar al enemigo "anti"- en un recinto multiusos que le quitaría todo el encanto, significado y sentido que tiene un coso taurino.
En fin. noto que me he desbocado. Pero mi advertencia o crítica es una inquietud latente sobre todo en los que nos sentimos aficionados sin hipotecas, que somos mayoría.
Por Cañamero, que vuelve a poner el dedo en la llaga, y por todos los que como él sienten y defienden el más racial y español de todos los espectáculos, ¡¡¡Viva el toreo, y abajo sus enemigos!!!
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¡Larguen a Simón Casas de Madrid!
La vorágine taurina de agosto convierte a España en un inmenso ruedo. Festejos por las tardes y durante la madrugada los coches de cuadrilla atraviesan el país para alcanzar el ¡destino de otra ciudad en fiesta. Son fechas con el toreo en su esplendor y con mucha gente que a lo largo de estas semanas reserva su localidad en los cosos. Sin embargo, en el escenario de tantas ferias y próxima ya la llegada del ferrogosto sigue latente el gravísimo problema surgido por Simón Casas –que realmente se llama Bernard Domb Cazes- y su fracasada gestión en Las Ventas. Ahí está otro golpe bajo al toreo al dejar de programar festejos las tardes domingueras del verano y apuntillar la grandeza del más importante bastión de plazas de temporadas. La que tiene escritas muchas de sus páginas bajo los sofocantes calores de julio y agosto con la programación de corridas que fueron una verdadera oportunidad para los espadas modestos. ¡Si Manolo Chopera que tanto defendió los veranos venteños viera esto!
Sangra Las Ventas por las heridas de su prestigio. Sangra la afición de Madrid privada de disfrutar de su Fiesta por culpa de Simón Casas, sin que nadie se explique cómo los colectivos de aficionados de la capital no se hayan manifestado contra este francés que destruye ese tesoro. Contra un vendehúmos, disfrazado de viejo profesor cuando realmente no es más que un trilero. Y sus hechos lo demuestran con su fama de mal pagado y la de toreros que tanto ha perjudicado –el reciente caso de Finito o el actual de David Mora no tienen nombre-. O la gestión de Granada, plaza que abandonó con un contrato por cumplir.
Hoy en las cunetas de su vida vuelven a nacer los hierbajos de las mentiras. De la chatarra de su verborrea. Aunque no es nada nuevo y aquí ya llueve sobre mojado. Ahora ocurre con Madrid y a su afición privada este verano de la torería y el empaque de Frascuelo; de disfrutar con los veteranos Eugenio de Mora o Joselillo; de la ambición de Rubén Pinar, al igual que toreros de la clase de Eduardo Gallo –que el pasado año volvió a brillar sobre esas arenas-, David Galván, Antonio Nazaré o José Carlos Venegas. Y no podemos olvidar a Damián Castaño, a quien tantas veces han prometido lo la confirmación esa plaza. ¡Qué golfo Simón Casas jugando con la ilusión de los chavales! Golfo por jugar con la sangre y el talento de tantos toreros, al igual que otros muchos que se han sacrificado al tener la firme promesa de torear en Las Ventas. Y esta es una pequeña lista de damnificados, porque hay más nombres a quienes prometió torear este verano en Madrid y de nuevo han sido engañados por el pícaro de Simón Casas.
Por este francés, de quien no olvidemos accedió a Las Ventas tras engañar a los empresarios interesados para que no se presentasen dada la exigencia del pliego y se alimenta de la astucia de saber que la dueña de la plaza, la Comunidad de Madrid tiene las poderosas manos que la guían manchadas por la corrupción. Porque sus políticos están más pendientes para escapar del cerco de la justicia que de conocer la realidad de Las Ventas. Por eso razón, desde los altos despachos de la Real Casa de Correos -sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid- hacen una política de huida, como ocurre ahora donde tal vez buscando la tranquilidad han firmado en barbecho para dar luz verde a unas obras que lo único que traerán es transformar La Monumental en un multiusos, obviando que es el templo del toreo. Y Las Ventas lo primero que debe ser es una plaza de toros.
Ante ese panorama se antoja necesaria una movilización de aficionados para acabar con tantos interrogantes en la cátedra del toreo. Y echar de una vez a este Simón Casas que ha incumplido el pliego y en 2017 ha matado el encanto taurino de los domingos del verano.
COLETILLA FINAL:
Entre las promesas, tantas y tantas, de Simón Casas está la de programar diez corridas de toros para la Feria de Otoño. A ver por dónde sale ahora este vendehúmos si no las lleva a la práctica. Porque tiene tanta cara que lo mismo es capaz de anunciar: “Debido al estado ruinoso de la plaza no nos aventuramos a que pueda existir una catástrofe y se ha decidido dejar solamente estas corridas”. Porque de este individuo se puede esperar cualquier cosa. No es más que un vendehúmos.
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