Está bien que no se reconozca la fraudulenta constituyente, pero sería una mezquindad desconocer estos hitos obtenidos por el capo y sus chavistoides, sobre todo ahora que han adquirido tal notoriedad mundial, que todos conocen su calaña y les darán lo que en justicia merecen.
MEZQUINDAD
Eduardo Soto Alvarez
Ex embajador de Venezuela
Mérida, 2 de Agosto de 2017
A pesar de la coyuntura crucial que estamos atravesando, por el nefasto empeño del régimen en imponer lo que pretende una minoría y conviene a un grupúsculo, nadie podría ignorar que la pandilla chavistoide viene de alcanzar un par de logros importantes.
El capo viene a completar el exclusivo círculo de Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, cuya función es asolar la tierra con períodos de gran tribulación, mediante violencia, destrucción, crisis económica, hambruna, enfermedades y muerte. Su ingreso le permite disfrutar de la selecta compañía de los dictadores: Robert Mugabe, el más antiguo; Bashar Al-Assad, el más sanguinario; y Kim Jong-un, el más peligroso; pero el de por estos lados no se les queda atrás, pues quizás sea el más traicionero, al requerir la tutela de otro país y permitir tropa extranjera en suelo patrio.
Además, por si fuera poco, un importante grupo de chavistoides son ahora famosos por integrar la también sancionada Banda de los Trece Funcionarios, que como La Docena del Fraile, tenían fama de aprovechados, de sacar cuentas a su manera y alterar las matemáticas a su antojo.
Es importante agregar que, tanto el acceso al grupo bíblico como al estrellato de la corrupción, todo ha sido logrado en rovolución, producto del continuo dolo de varios años, aunque seguramente facilitado por una indiscutible vocación para delinquir, que nunca parece terminar de saciarse.
Está bien que no se reconozca la fraudulenta constituyente, pero sería una mezquindad desconocer estos hitos obtenidos por el capo y sus chavistoides, sobre todo ahora que han adquirido tal notoriedad mundial, que todos conocen su calaña y les darán lo que en justicia merecen.
Esta gentuza es hasta capaz de ni siquiera agradecer al responsable de su proyección planetaria y tiene razón, pues hay que ser conscientes que han sido ellos mismos quienes se la han ganado a puro pulso.
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