Pasado, presente y futuro de la segunda fila
La segunda fila del toreo actual es tan numerosa como variada. Tanto, que hasta puedo decir que se mezcla con diestros de tercera que siguen toreando más de lo que merecen. También los hay que no hace mucho pertenecieron en la primera y viven un prolongadísimo intento de volver a estar donde ya no pueden por mucho que lo sigan intentando. Por ejemplo y sobre todos, El Cid. Lo que va sobre la carrera del de Salteras entre lo que llegó a ser con todo merecimiento y lo que está siendo ahora pese a haber conseguido cuajar algunas actuaciones tan brillantes como engañosas, es un trecho desgraciadamente amplio.
En el polo opuesto de los que han estado cerca de pertenecer a la primera fila y aún están a tiempo de serlo de una vez, tenemos a Daniel Luque aunque se haya visto relegado en la pasada temporada pese a la excelente campaña que logró en la temporada anterior.
Después tenemos a dos que suelen ser tratados como de primera por sus partidarios aunque uno ha toreado bastante más corridas y cortado más orejas que el otro. Me refiero a Iván Fandiño y a Diego Urdiales que ha sumado menos de la mitad de festejos que el de Orduña. El caso de ambos, sin embargo, es muy diferente aunque desde luego interesante.
Veamos:
La campaña 2015 de Fandiño empezó con un estrepitoso fracaso en la corrida que mató en solitario en Madrid frente a seis toros de los tenidos por más difíciles. Aparte de que no tuvo suerte, la impresión que dio esa tarde fue de incapaz. Este gesto baldío le dejó en pésima situación anímica y la verdad es que tardó bastante en reponerse. A mediados de la temporada se vino arriba aunque sin llegar a la meta que tanto ansía. Mi opinión es que va a seguir donde está. Lo que no es poco, pero en absoluto lo que pretende.
Diego Urdiales ha sido uno de los toreros más sobrevalorados del momento presente. A tal punto, que le han bastado dos notables triunfos, uno en Bilbao y otro en Logroño, para que sus panegiristas y acérrimos partidarios estén intentando que sea considerado como figura consagrada. Ello gracias en gran parte a lo que se maximilizaron sus pocos éxitos y minimizaron sus más numerosos fracasos. Por ejemplo el petardo que pegó en la Feria de Otoño en Madrid cuando actuó mano a mano con López Simón que le pegó un baño oceánico. En el plausible empeño del torero por ser quien nunca fue y de las exageraciones favorables de cuantos le ayudan desde la prensa en que lo sea, al menos ha conseguido que en la próxima temporada vaya a actuar en muchas más corridas que las que viene sumando. Este año solamente actuó en 16. Esperemos hasta ver como el de Arnedo resuelve este posible ascenso finalmente ayudado por un nuevo apoderamiento con notorio poder. Por el momento, acaba de cuajar una gran faena en su confirmación de alternativa en La México frente a un nobilísimo animal. Supongo que muchos, como yo, pudieron verla por televisión. Quizá la mejor de su vida. Porque, esta sí que fue grande por su gran temple y limpieza dentro del gran concepto del toreo que siempre tuvo su toreo. Claro que toros como el que la propició salen pocos.
También hay toreros en esta segunda fila que, figurando en lo alto del ranking como Manuel Escribano – ocupa el quinto lugar entre Morante y Talavante -, no presume de ello ni se da coba. Este puesto, por cierto, se lo ha ganado a pulso y sin ayudas de nadie. Su entrega es incondicional en donde actúa. Y su persistencia en busca del triunfo por encima de cualquier contingencia, es la clave de su éxito. Y es que el valor extremo tapa todas las carencias.
Ganó puntos tras un demasiado largo eclipse anímico Juan del Álamo quien parece reverdecer por más decidido a poner en práctica frente al toro lo que nos anunció en su brillante etapa novilleril.
De los ya veteranos que resisten y han mejorado, cabe destacar a Miguel Abellán, al francés Juan Bautista Jalabert, a Morenito de Aranda y a Eugenio de Mora que revive en una más que estimable madurez.
Aunque en el ranking de 2015 iguala más o menos a estos últimos, también hay que mencionar al mexicano Joselito Adame quien, ahora mismo, es el más capaz de los diestros aztecas hasta el punto de haberse instalado en el primer puesto de los actuales diestros aztecas. La amplia y larga formación torera de Adame en España y en Francia, es la razón principal de esta primacía.
Casos aparte: son Manuel Díaz “El Cordobés” que también anda empeñado en seguir toreando aunque cada año con menos fuerza y disponibilidad; y Francisco Rivera Ordóñez que reapareció sin estar verdaderamente preparado físicamente tras un largo retiro y lo ha pagado muy caro. Las cogidas que sufrió en su primera tarde de Olivenza y, sobre todo, en la bastante más grave de Huesca, deberían hacerle recapacitar en su empeño de seguir en activo el año que viene. La fuerza mediática de Francisco le ha convenido mucho en su regreso a los ruedos. Pero los toros no saben de famas ni perdonan la fala de sitio.
Finalmente, debemos mencionar a Antonio Ferrera a pesar de no haber toreado apenas en la temporada 2015 a raíz de grave percance que sufrió nada más empezar la campaña. Hasta ese desgraciado accidente, Ferrera había demostrado estar en el mejor momento de su ya larga vida profesional. Un torero transfigurado en la mejor versión del clasicismo, como bien demostró en sus tardes triunfales de Sevilla y de Madrid.
Puede que me olvide de algunos dignos de figurar en esta segunda fila aunque estos olvidos hablen por sí solos. Pero en cualquier caso, todos estos toreros son los que en mayor o menor grado están más en peligro de verse arrinconados si los de la nueva hornada que ha roto este año confirman lo que han anunciado. La batalla, pues, está servida.
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