David Mora quiere volver en una muestra de torería y de valor ante la vida, en un gesto que representa la actitud con que vive un torero entregado a su forma de ganarse el pan. Simón Casas ha tenido un bonito detalle para devolverle lo que le pertenece.
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- De cara a la temporada 2016, Simón Casas se une a Antonio Tejero en las labores de apoderamiento de David Mora.
Gracias, David
Íñigo Martín Apoita
Pureza y emoción
Un milagro en David Mora es la última hora en lo taurino. La noticia de su reaparición es de las que debe perdurar durante días, si no semanas. La afición debe recordarlo. Porque parece que al fin, tras tanto sufrimiento en sus carnes, David venció al Goliat, que en este caso no es otra cosa que la Muerte, el fin del ser, la capitulación de la vida. David Mora se ha repuesto de una cornada fortísima, casi trágica, casi mortal, y en 2016, según apuntan los optimistas, podrá reaparecer. Podrá volver a los ruedos el héroe que hasta ahora ha sufrido en silencio.
Quiere volver a la dinámica del matador de toros una persona que casi perdió su vida por una cornada. Y que, probablemente, sólo la salvó por estar en Madrid, en la plaza más importante del mundo. Quiere volver en una muestra de torería y de valor ante la vida, en un gesto que representa la actitud con que vive un torero entregado a su forma de ganarse el pan -ergo de vivir. Así que una ovación para él.
Y más ovaciones. Una como un templo para Simón Casas, empresario controvertido que ha cometido tantos y tantos errores que no es ocasión de recordar. Pero esta vez ha sabido estar a la altura de las circunstancias para apoyar a un torero que merece oportunidades por las dificultades que ha pasado. Simón Casas ha sabido reencarnar al mundo del toro para dar a David lo que el mismo le ha quitado. Y el empresario se ha apuntado así a la fiesta de la torería, porque qué hay más torero que un gesto tan entregado, tan agradecido. El mundo del toro le debe mucho a David, pero por desgracia o por fortuna en este entuerto el azar representa tres cuartos del éxito, y nadie puede asegurar al madrileño un porvenir de Puertas Grandes y orejas a mansalva. Sólo podemos acercarnos a él, admirarlo y otorgarle todas las oportunidades que con su sangre derramada se ha ganado. Lo sabe Simón Casas y lo sabemos todos. Pero él tiene poder para hacerlo y con buen fondo lo ha ejecutado.
Así que David, sólo queda darte las gracias por tanto, aplaudirte a rabiar hasta que duelan las manos, mirarte y admirarte como el héroe que encarna el valor de los toreros, reconocerte como el adalid de la lucha a contracorriente contra la Muerte. Sólo queda el agradecimiento sincero desde la afición. Por la parte que me toca, gracias, David.
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