la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

lunes, 30 de junio de 2025

Según San Agustín / por Jorge Arturo Díaz Reyes


'..Sí, Madrid siglo XXI no es Roma siglo V. Bueno, pero como si lo fuera. Para bien o para mal da y quita. Y lo hace con la razón o sin ella desde su catedralicia plaza de Las Ventas, en asamblea máxima, reunida, durante las últimas ocho décadas, en la feria de San Isidro. El mes ecuménico del toro cada año..'

Según San Agustín

Jorge Arturo Díaz Reyes
CrónicaToro/Cali, 30 VI 2025
Como hace 1.608 años, día más día menos, cuando el santo de Hipona, invocando a Roma, cortó la discusión bizantina con los pelagianos por aquello del pecado original. En tauromaquia, también decimos ahora, Madrid locuta, causa finita.

Sí, Madrid siglo XXI no es Roma siglo V. Bueno, pero como si lo fuera. Para bien o para mal da y quita. Y lo hace con la razón o sin ella desde su catedralicia plaza de Las Ventas, en asamblea máxima, reunida, durante las últimas ocho décadas, en la feria de San Isidro. El mes ecuménico del toro cada año.

Momento y sitio en que más afición y crítica se concentran por metro cuadrado en el mundo. Frente al toro capital y los toreros considerados más aptos para oficiar el rito. En frecuencia y carteles proporcionales a su jerarquía digamos. Obviemos el “sota, caballo y rey”, que ha sido de siempre. Para qué llover sobre mojado.

¿Cómo está la Fiesta? Como está Madrid. ¿Cómo está Madrid? Quizá buscando síntesis podríamos remitirnos en este 2025 solo a dos hechos. Uno, la insólita Puerta grande a Talavante en la primera corrida, y su aún más insólita unción como triunfador de la feria, por la empresa, de la cual es parte su apoderado. Segundo, el masivo acto de idolatría por Morante de la Puebla, sin duda protagonista principal de la feria, que siguió a la corrida final, de Beneficencia (8 de junio), el cual desbordó los cánones, la plaza, las calles y aún más los medios, incluida la televisión urbi et orbi.

Principio y fin con estrambote. Prólogo y epílogo delirantes que patentizarían “el nuevo sentir de la fiesta”, cual reza un slogan de moda. Y podríamos quedarnos así no más, con esos dos arrebatos. Corporativo el uno, y tan juvenil, tan de concierto rockero el otro, que arrastró las demás edades con ėl, empezando por el provecto palco. Podríamos concluir ahí repito, a sabiendas de como se direccionan hoy los negocios, el espectáculo, el sentir y el consumo de las masas.

Pero no, hay más. Entre los dos extremos pasaron cosas también importantes (allí todo lo es), que trazaron líneas maestras a lo largo de las otras 25 corridas del abono conciliar. Cierto, pasadas tres semanas, ya las han desglosado mejor muchos enterados. Extensamente, doctamente, y algunos pontificiamente, (quemando “herejes”). Por lo tanto, una opinión más de un viejo feligrés, que no da misa, podría perdonarse, aunque redunde. Veamos:

Las grandes concurrencias, con menor promedio de edad, gritan en un mundo decadente, que la Fiesta goza de crédito, salud económica y futuro... ¿Pero cuál Fiesta?

Contra el pesimismo no diría que una de menos toro. Sobre la tendencia secular al monoencaste “artístico”, menudeó el cinqueño, el cuajo, la romana sobre los 550 kilos, y hasta casi 700 según tipo, el trapío (ovacionado y premiado), las dignas armas. Menos toros caídos, menos toros devueltos. El toro de Madrid, con su por suerte todavía natural e imprevisible talante.

Evidente vulnerabilidad y baja del rigor en el público (suma de todos los sectores) y su hoy en día amanuense presidencia, en la valoración del toro, la lidia y las recompensas. Los cascos de Madrid se aligeran, en ocasiones de manera impúdica. Venden cada vez más a la clientela y hasta se exigen y argumentan sesudamente, la bobería y las carencias de imponencia, ofensividad, tamaño, poder, fiereza, indocilidad..., y viceversa. En general, se pica distal, se banderillea de oficio, se lidia mal o no se lidia, se mata peor…, y se premia.

Junto a la necesidad y el arrojo de muchos, campea la “profesionalidad” desapasionada de otros. El “otro día en la oficina”, en vez del “morir a Madrid”. Hay que ver. Para citar un ejemplo, cómo dejaron ir olímpicamente tres puntudos toros de triunfo de El Parralejo el uno de junio. Como si nada, y hubo aplausos de gratitud a la salida. ¡Qué nobleza!

Omitiendo la fundamental unidad ético-estética del toreo, faenas pintureras inconclusas, y estocadas soberanas sin faenas idem, fuero celebradas con locura. Mientras una total de Uceda Leal a “Rabioso” de La Quinta, que llevó la conjunción de los dos factores esenciales al más alto nivel de clasicismo, fue recibida apenas con fría complacencia. Y sin menciones actuariales posteriores.

Sobre el general remiendo y disparidad de los encierros, uno completo de La Quinta (Santa Coloma), brilló por su simetría, tipo, lámina y casta. Ya en lo individual sobre la lógica variedad, hubo al menos nueve o diez toros que pudieron haber sido distinguidos a gusto del consumidor, cada cual, como “mejor de la feria”: Brigadier de Pedraza de Yeltes, Chivita de Arauz de Robles, Calentito de José Escolar, Frenoso de Victoriano del Río, Amargado de Fuente Ymbro, Rabioso de La Quinta, Zafio de Jandilla, Comisario de Fuente Ymbro, y extendiéndonos una semana por su impacto, Milhijas de Victorino Martín, en la corrida In memoriam del 15.

No se puede hablar de Las Ventas sin mirar al tendido siete y afines, que independientemente de su rótulo, conforman un sector de la afición sin límites locativos exactos en la plaza, pero el más homogéneo en su arrogada propiedad y defensa del reglamento y los cánones. Guardianes del Arca y la categoría. Ahí siguen por fortuna, errando y acertando a buena fe, apasionados, irreverentes, aunque a menos y puntuales en su devolucionismo, intervenciones en la lidia, confrontación del triunfalismo y protesta de fallos presidenciales. Su líder, el altisonante “Rosco”, ha bajado la voz y ahora escribe. 

La administración, a cargo de especialistas en turismo, se abre el rito sacrificial, simultáneamente al ocio y la francachela. Qué también es rentable. En fin, Madrid entra en lo que le ha venido reclamando largamente el esnobismo; la banalidad de los tiempos que corren. Sí, Madrid entra, y tras de sí lleva el toreo y todo lo demás. Causa finita.

La nostalgia compartida de la División azul y los exiliados republicanos por la Fiesta de los toros / por Andrés Amorós

Reemplazos para la División Azul. Voluntarios españoles marchan hacia sus destinos.

'..Los jóvenes de la División Azul, en Rusia, y los exiliados republicanos, en México, se acordaban de los toros exactamente por la misma razón: porque sentían nostalgia de España. Algunos, hoy en día, no entienden de qué va esto..'


La nostalgia compartida de la División azul y los exiliados republicanos por la Fiesta de los toros

Todo eso desembocó en la organización de un festejo taurino que tuvo lugar –por extraño que nos pueda parecer– en plena estepa rusa

Andrés Amorós
Desde octubre de 1941, un grupo de españoles –muchos de ellos, con formación universitaria– soportaban con resignación el frío terrible de la estepa rusa. Gastaban bromas: no es ése el mejor sitio para poner un puesto de horchata; ¡si pudieran conseguir un abanico!...

Para mantener el ánimo del grupo, alguien decidió publicar un pequeño periódico. Al comienzo, era una simple Hoja; luego, mantuvo ese título pero fue creciendo, hasta las seis páginas. Llegaron a publicarse 108 números. La redacción estuvo en Tallín (Estonia) y en Riga (Letonia). No sólo se leía allí: también se enviaban los números a España, a sus familiares.

La llamada Hoja comprendía varias secciones: informaciones prácticas, algo de ideología y actividades de ocio. Estas últimas fueron aumentando: chistes, tiras cómicas, viñetas, crucigramas, jeroglíficos, concursos (el premio solía ser una botella de coñac: algo tan útil, con ese clima). En los artículos humorísticos, se inventaban personajes cercanos a los lectores: Serafín, Rosquilla, Vitamina… No faltaba una sección ilustrada con una fotografía: «Chicas guapas».

Cada vez fueron cobrando mayor importancia dos secciones, dedicadas a las grandes aficiones de aquellos jóvenes: los deportes y los toros.

En deportes, la Hoja informó de los campeonatos de fútbol españolas: en 1942, el Campeón de Liga fue el Valencia; el de la Copa del Generalísimo, el Barcelona. Al año siguiente, el ganador de las dos competiciones fue el Atlético de Bilbao. Julián Berrendero ganó la Vuelta ciclista a España. También se dedicaban reportajes a grandes figuras; el ciclista Cañardó, el portero Ricardo Zamora… Y los jóvenes españoles no sólo leían todo esto sino que organizaban, allí mismo, equipos y partidos de fútbol.

Muchos de aquellos jóvenes eran aficionados a los toros: la Hoja prestaba al tema suficiente atención. Daba noticia de las actuaciones de las grandes figuras: Manolete, Domingo Ortega, Antonio Bienvenida, Pepe Luis Vázquez, Manolo Martín Vázquez, Pepe Amorós (que había formado parte de la tertulia de García Lorca), Ángel Luis Bienvenida, el joven Gallito… Se comentaban algunas noticias: la retirada de Marcial Lalanda, la alternativa de Manolo Escudero.

Humorísticamente, un ficticio aficionado a los toros, «Banderilla», creado por el dibujante Tilu (al que luego conocí como colaborador del Dígame de K-Hito y de La Codorniz) se lamentaba por el escaso éxito de las corridas de Fallas. También se aclaraba el origen de alguna expresión taurina, que ha llegado hasta hoy; por ejemplo, «quedar como Cagancho en Almagro».

Todo eso desembocó en la organización de un festejo taurino, que tuvo lugar –por extraño que nos pueda parecer– en plena estepa rusa. Así lo cuenta la Hoja:

«Con gran concurrencia, permiso de la autoridad, toreros, toros y demás cosas necesarias, se celebró una corrida bufa… Podemos afirmar que ésta es la primera ‘fiesta seria’ que se ha hecho en Rusia hasta hoy. Ojo, pues, revisteros de toros de España, para que lo tengáis en cuenta en vuestros calendarios».

Para dar realce a este espectáculo, hacían falta bellas señoritas… que no había. Recurrieron entonces los jóvenes al mismo truco que hemos visto en la gran película Stalag 17, de Billy Wilder:

«A los acordes de una charanga, que tocaba un desafinado pasodoble, recorrieron el pueblo las cuadrillas y la presidencia de la fiesta, compuesta de bellas y distinguidas señoritas, ataviadas con mantillas y gafas negras, y que resultaron ser no señoritas, como en un principio parecieron, sino tíos con toda la barba…».

Debió de ser un ambiente muy cercano a lo que retratará luego Luis García Berlanga (que formaba parte de ese grupo de españoles), en su película La vaquilla.

Todo lo que he contado es pura verdad histórica, lo he tomado del reciente libro La División Azul desde la Hoja de Campaña (ed. Arzalia), de Javier Fernández. Hasta en Rusia conservaban aquellos jóvenes españoles su pasión por los toros.

¿Se puede atribuir eso a su ideología? ¡En absoluto! Exactamente lo mismo les sucedía, por ejemplo, a los exiliados republicanos, en México. Para ellos, Manolete fue un auténtico ídolo.

A Indalecio Prieto, amigo del torero, se le atribuye esta frase: «Desde Hernán Cortés, Manolete ha sido el único que ha hecho algo importante, en México».

Podría mencionar muchos ejemplos de esa pasión taurina de los exiliados republicanos. Voy a citar solamente a dos, Pedro Garfias y Max Aub.

Garfias había nacido en Salamanca, en 1901, y murió en Monterrey, en 1967. Literariamente, procedía del mundo de las vanguardias, del ultraísmo. Fue comunista, comisario político, uno de los fundadores de la Alianza de Intelectuales Antifascistas. En el exilio mexicano, mantuvo su pasión por los toros.

José María Barrera ha publicado sus Poesías y prosas taurinas: dieciséis poemas y cuarenta y tres prosas (comentarios radiofónicos, que hacía, «al alimón», con un periodista mexicano). La mayoría de los poemas taurinos los escribió Garfias al final de su vida, viendo la corrida como un símbolo metafísico y existencial.

Hace poco, al comentar mi libro Las cien mejores poesías taurinas, Gonzalo Santonja ha propuesto añadir una, muy breve –sólo seis versos–, de Pedro Garfias, dedicada a Manolete:

«Manolete se parecía
a un viento volando bajo.
Se parecía
a un cuento nunca acabado.
Se parecía
a un Dios que hablase despacio».

Hace algunos años, publiqué yo varios testimonios inequívocos de la defensa de los toros que hizo Max Aub, uno de los símbolos del exilio republicano en México.

Con el pretexto de recoger información para un libro sobre Luis Buñuel, volvió Max Aub a España el 23 de agosto de 1969 y se quedó aquí hasta el 4 de noviembre. Entonces lo conocí yo personalmente, con Paco Ayala y en la tertulia de la revista Ínsula. Recoge sus impresiones de ese viaje en un libro dramático, La gallina ciega (Diario español). ¿Por qué lo he calificado así? Porque su experiencia del retorno, como la de otros exiliados, fue dolorosa: la España que llevaban en el corazón ya no existía.

A los toros le llevó su amigo Domingo Dominguín. Le brindó un novillo el joven francés Roberto Piles, de 17 años. (Hace poco publiqué una conversación con él, en El Debate). Apostilla Max:

«En la Rusia de los zares no había corridas de toros y sí con los Felipes, aquí, porque había toros de lidia y allí, no. Que el pueblo tenga derecho a las mismas diversiones que la nobleza, no hay duda. Y, ¿por qué ha de ser peor el toreo que la caza?»

Después de presenciar una corrida en la Plaza madrileña de Vista Alegre, escribe Max Aub:

«No se aburre uno un segundo, son toros para lidiar y los lidian. No es la presencia de la muerte. Es el juego, el arte, la sabiduría, la inteligencia, la fuerza… Entran en juego el valor y la habilidad. ¿Qué más se puede pedir?»

Concluye Max Aub, terciando con ironía en la vieja polémica:

«¿Espectáculo de países subdesarrollados? Aceptemos que Sevilla sea un poblado inculto, sin historia, sin cultura, por español: ¿también Nimes o Arles?... Los varones de corazón sensible que piden que desaparezcan las corridas de toros no saben de lo que están hablando. Que no les guste el espectáculo no prueba más que una falta de su inteligencia, de una parte de su cerebro. No me gustan las matemáticas –no las entiendo–, no por eso pido que supriman su enseñanza».

Igual que Pedro Garfias, Max Aub fue republicano, antifranquista, exiliado y apasionado por los toros. Si los dos hubieran conocido a un ministro de Cultura como Urtasun, ¿qué hubieran escrito?

Hemos visto a unos españoles de derechas que, en medio de la estepa rusa, querían enterarse de lo que estaba pasando en la temporada taurina española y que organizaron allí mismo un espectáculo taurino humorístico. Hemos visto también a dos escritores de izquierdas que, desde su exilio mexicano, seguían soñando con las corridas de toros.

¿Qué quiere decir todo esto? Algo muy sencillo, absolutamente indiscutible: las corridas de toros –como cualquier arte– no son de izquierdas ni de derechas. El que siga sin enterarse de esto, no tiene remedio.

Los jóvenes de la División Azul, en Rusia, y los exiliados republicanos, en México, se acordaban de los toros exactamente por la misma razón: porque sentían nostalgia de España. Algunos, hoy en día, no entienden de qué va esto.

No todo puede valer / por Antonio Cepedello

Foto: Nines Ortega

'..La Tauromaquia, no se nos olvide nunca, es un arte, no una técnica donde sólo importa el resultado, por lo que deben mantenerse todas sus normas y valores establecidos para que, algo que al contrario sería absurdo, se convierta en bello y sublime..'

No todo puede valer

Por Antonio Cepedello
La obsesión por cortar orejas fáciles lleva a los becerristas y novilleros sin picadores a entrar a matar de cualquier manera. Colocan la espada donde sea, con tal de que el añojo o el eral caiga muerto lo antes posible, lo que después se convierte en un hábito nefasto, que muchos mantienen hasta ser matadores. Y no todo puede valer en la suerte llamada suprema de la Tauromaquia.

Es entendible que la buena o mala ejecución de una estocada no sea diferenciada ni valorada por el público ocasional en las plazas, que está deseando ver arrastrar al toro lo antes posible, porque no le interesa ni le gusta apreciar la belleza de nuestro arte legendario, basado en un danza real y efímera entre la vida y la muerte. Estos espectadores se aburren en los tendidos, mientras se entretienen en morder pipas, comer bocadillos, buscar al vecino y amigo de turno o beber vino y lo que encarte. Suelen ser mayoría en las gradas, pero su criterio no puede imponerse en las decisiones de los presidentes de los festejos.

Lo que no resulta justificable es que profesionales taurinos, y algunos que se hacen llamar aficionados, aplaudan bajonazos a la hora de entrar a matar, con la excusa de que es la mejor forma para que salgan los pañuelos a relucir y se concedan trofeos baratos e injustos. Flaco favor le hacen a los aprendices de toreros con esta actitud, porque fomentar, difundir o aceptar la trampa nunca es bueno en nada, pero menos en la Tauromaquia, que no tiene sentido si no se basa en la verdad del desafío cara a cara entre un hombre y un animal bravo, sin ventajas improcedentes.

No llegaré nunca a comprender cómo se conceden premios de certámenes sin picadores a faenas concluidas con sablazos, que degollan a los novillos, aunque sean premiadas con las dos orejas y el rabo por su rápido efecto mortal. No es concebible que se humille tanto a un eral o añojo de esta manera, con la única intención de alcanzar triunfos efectistas y embaucadores. Ni tampoco entenderé jamás cómo se puede criticar un pinchazo en todo lo alto, tras ejecutar la suerte suprema como mandan los cánones, pero con la mala suerte de tropezar la espada en hueso.

La Tauromaquia, no se nos olvide nunca, es un arte, no una técnica donde sólo importa el resultado, por lo que deben mantenerse todas sus normas y valores establecidos para que, algo que al contrario sería absurdo, se convierta en bello y sublime. El torero necesita el engaño para poder con la mayor fuerza y agresividad del toro, pero siempre con unos límites, que ya se encuentran fijados desde que apareció el toreo a pie. Y una de estas reglas es entrar a matar de frente y por derecho, y colocar la espada lo más alto posible en el morrillo del toro. 

No es admisible decir que una infame estocada es 'efectiva', porque con ese mismo falso criterio sería más eficaz todavía utilizar un arma de fuego. Entonces, nos habríamos cargado el principio de igualdad entre los dos protagonistas de nuestra manifestación artística, que por ello es tal. Lo contrario acabaría con la Tauromaquia, que se convertirla en una mera estrategia salvaje de sacrificio de estos animales, para despojarlos de sus orejas y rabos.

La suerte suprema tiene distintas formas de ejecución con una gran dignidad, estética y ortodoxia, como el volapié que aparece en la foto del novillero jiennense Alfonso Morales, o también recibiendo o al encuentro, pero siempre llevadas a cabo entre los pitones del toro, volcándose con la mano por delante y sólo con la ayuda de la muleta como engaño, pero no entrando fuera de cacho, huyendo y soltando la espada donde sea.

No es tampoco justo que a los chavales que están aprendiendo a torear se les valore más por su astucia para pegar bajonazos que por su actitud, aptitud, valor, entrega y condiciones durante la lidia de los novillos. Los matadores se llaman así por algo, y ellos aún no lo son. Estas artimañas son también un engaño para estos críos, porque todo no puede valer, ni en la vida, ni mucho menos en el toreo.

No es tarde todavía para remediar este sacrilegio. Estamos aún a tiempo para acabar con una de las formas de deteriorar más nuestra sagrada Tauromaquia. No le demos más bajonazos a sus acertados y lógicos principios, normas y valores.

Venezuela.- El Rubi y "Chenel": Un encuentro inolvidable / por Víctor Ramírez "Vitico"


"..el segundo toro de la tarde llevaba por nombre original "Tejón" número 168 con 428 kilos, pero se le rebautizó como "Chenel" en homenaje al maestro madrileño y cosas de la vida ese bravo toro premiado con la vuelta al ruedo le tocó a "El Rubi" que lo cuajó de forma estupenda, con valor, entrega y buenas maneras, coronando el trasteo con una estocada excepcional que inmortalizó el gran fotógrafo César Obertein.."


El Rubi y "Chenel": Un encuentro inolvidable

Víctor Ramírez "Vitico"
Mérida-Venezuela, 30 Junio 2025
En la vida de los toreros siempre hay un toro y una tarde que les marcan para siempre, ese instante especial donde el diestro se encuentra con el día D y la hora H. El domingo 30 de junio de 1.991 fue ese momento para Manuel Medina "El Rubi" matador que llevaba cuatro años y medio de alternativa, toreando poco y luchando por abrirse paso. Esa tarde se celebraba en la Monumental valenciana la segunda corrida de la temporada nacionalista organizada por la empresa Waloca. Con toros de Tierra Blanca se anunciaban José Antonio Acosta "Cerrajillas", Manuel Medina "El Rubi" y Manolo Rodríguez. Don César Dao nos aporta el dato que el presidente del festejo fue el doctor Francisco Lozada Arrillaga y el asesor don José Breña. Continuando el importante relato cuenta que el maestro Antonio Chenel "Antoñete" tan ligado a Venezuela se encontraba en Valencia y almorzaron juntos para ir a la plaza a ver la corrida. Pero no sería un festejo más, se le tenía una pequeña sorpresa a don Antonio, el segundo toro de la tarde llevaba por nombre original "Tejón" número 168 con 428 kilos, pero se le rebautizó como "Chenel" en homenaje al maestro madrileño y cosas de la vida ese bravo toro premiado con la vuelta al ruedo le tocó a "El Rubi" que lo cuajó de forma estupenda, con valor, entrega y buenas maneras, coronando el trasteo con una estocada excepcional que inmortalizó el gran fotógrafo César Obertein

La oreja que cortó Manuel Medina valía su peso en oro, plaza de primera, alto nivel de exigencia en el marco de una temporada para descubrir nuevos valores y darle oportunidad a varios toreros vene zolanos. Fue un triunfo que relanzó a "El Rubi" quién crecido y con la moral por las nubes empezó a enlazar éxitos: una oreja en Tinaquillo, otra en Aroa, tres en Ciudad Bolívar, otras tres en Puerto Cabello, salida a hombros con tres orejas más en la misma Valencia ante toros de La Carbonera, dos en Maturín, una en Maracay, así como otro trofeo en Valencia a un toro de San Esteban de Ovejas, dos puertas grandes consecutivas en Mariara y de nuevo en Ciudad Bolívar, cerrando el año con una oreja en Yaritagua. De no tener nada ese año (la tarde del toro "Chenel" fue la primera de su temporada) pasó a sumar quince corridas con un excelente balance poniendo los cimientos para las siguientes campañas. El tren de la oportunidad pasó y "El Rubi" estaba preparado y se subió para no bajarse más. A pesar de ya haber triunfado en Maracay o San Cristóbal su encuentro con "Chenel" fue definitivo para abrirse paso. Manuel Medina "El Rubi" cumple 39 años de alternativa, sigue con la misma entrega y pasión por el toreo que el primer día, orgullo de Cagua para el mundo.

Agradecimiento especial para la elaboración de este artículo a Don César Dao Colina, cronista taurino oficial de la ciudad de Valencia y Alejandro Vielma, fotógrafo taurino.

Las televisiones cada vez más interesadas en el mundo del toreo / por Rafael Comino Delgado


'..Y podemos contar que cada día asisten más aficionados a las plazas de toros, y que las trasmisiones por TV tienen una gran audiencia, según comunican las propias televisiones, luego el toreo, interesa cada vez más en España, y no digamos en Francia -donde es frecuente ver la plaza llena- y Portugal, aunque en este último país hay más afición la toreo a caballo que al toreo a pie..'

Las televisiones cada vez más interesadas
 en el mundo del toreo.

Rafael Comino Delgado
Es evidente que las TV autonómicas en abierto, y también OneToroTV previo pago, siguen trabajando en el mundo del toreo, y anunciando la retrasmisión de más festejos casi todos los días, lo cual es muy buena noticia para los aficionados y para la fiesta en general, e indicativo de que ese trabajo que hacen les es rentable, pues de lo contario no lo harían. Hace pocos días, se ha publicado que Canal Sur mantiene negociaciones-que al parecer van por buen camino- con la empresa de la Maestranza sevillana, es decir, con don Ramon Valencia, para televisar la feria se san Miguel, y por otra parte OneToro comunicó que dará tres corridas de la feria de Santander los días 21, 22 y 26 de julio, además de las cuatro anunciadas previamente de Pamplona (días 11 a 14, ambos inclusive), al mismo tiempo que lanzaba una oferta de suscripción por un año, a coste de 99 euros.

Con estos datos la impresión es que existen altas posibilidades o, al menos, probabilidades de ver la feria de san Miguel sin necesidad de trasladarse a Sevilla y, por otra parte, nosotros pensamos que dado el éxito alcanzado por Telemadrid al retrasmitir todo san Isidro, más la Beneficencia y la corrida “In memoriam de Victorino Martin”, es probable que también negocien dar la feria de otoño de Madrid. Si todo esto, todas estas retrasmisiones se hicieran realidad, más lo que ya han dado, más lo que tienen anunciado dar, más lo que en el futuro próximo anuncien dar, que esperemos no sea poco, podríamos decir que tendremos una temporada taurina, a través de la TV, buenísima, de especial categoría. Todos los aficionados estaríamos más que de enhorabuena.

Y ya metidos en esta dinámica podríamos pensar que en la temporada próxima la relación televisiones-festejos taurinos seguiría creciendo, y dando más festejos aun que los dados la temporada actual.

El futbol empezó dándose por TV solo algunos partidos puntuales, y ahora se dan en directo la totalidad de los partidos de Primera y Segunda división, la Copa del Rey, la Liga de campeones, etc., además de parte de ligas extranjeras. Llegar en el toreo a una situación parecida tardaría mucho tiempo y es difícil que así sea, pero pensemos en positivo, y asumamos que algún día las televisiones darán muchísimos espectáculos taurinos.

No seamos demasiado optimistas; tratemos de ser realistas, y la realidad es lo que vemos todos los días, lo que es incuestionable, lo que se puede medir, o mejor, se puede contar. Y podemos contar que cada día asisten más aficionados a las plazas de toros, y que las trasmisiones por TV tienen una gran audiencia, según comunican las propias televisiones, luego el toreo, interesa cada vez más en España, y no digamos en Francia -donde es frecuente ver la plaza llena- y Portugal, aunque en este último país hay más afición la toreo a caballo que al toreo a pie.

Verano sangriento / por Antolín Castro

El percance de Marco Pérez. Foto: @torosalicante

'..El verano ya llegó… y con él comenzaron a proliferar muchas ferias por toda la geografía española. Capitales de provincia y otras ciudades abrieron sus plazas de toros y se iniciaron los viajes de los toreros atravesando la península continuamente..'

Verano sangriento

Antolín Castro
Puede ser el título de un libro pero, sin necesidad de ello, suele asociarse al mundo del toro en esta época.

El verano ya llegó… y con él comenzaron a proliferar muchas ferias por toda la geografía española. Capitales de provincia y otras ciudades abrieron sus plazas de toros y se iniciaron los viajes de los toreros atravesando la península continuamente.

A nadie se le ha ocurrido ordenar un poco las ferias colocándolas por fechas y cercanía para aliviar el trajín de las cuadrillas. Nadie lo ha intentado, seguramente por saber que sería imposible. Diles a Alicante y León, por ejemplo, que dejen de celebrar San Juan y cambien las fechas de sus festejos para favorecer el tránsito de los toreros, verás qué respuesta obtienes.

Así que la solución llegó por la vía de las amplias y cómodas furgonetas que usan los diestros para sus desplazamientos. Siempre me he preguntado cómo lo hacían las figuras de hace más de 100 años. Joselito, Belmonte y compañía no solo eran buenos ante el toro, también estaban muy bien preparados para trotar por esas carreteras de Dios que había en su época.

Para no desviarnos del titular, hemos de hablar de los peligros del toro y no el de las carreteras. Los veranos, ante tantos festejos, proporcionan los percances, de ahí que sean fechas preocupantes para quienes organizan carteles, que después tienen que recomponer, pero fundamentalmente para los propios toreros, quienes sufren en sus carnes las consecuencias.

En estos días dos percances han alcanzado amplia notoriedad. El del joven Marco Pérez en Alicante y el de Víctor Hernández en Torrejón de Ardoz. Es curioso, en ninguno de los dos se habla de sangre, pero sus pronósticos son, si cabe, más preocupantes.

Una fractura de cráneo para el madrileño y una fisura de cadera para el salmantino, son, cuando menos, alarmantes. El pitón no ha sido el que ha lacerado sus anatomías, ha sido el encargado, indirectamente, de lanzarlos para que sus cuerpos sufran las secuelas de los fuertes porrazos. Cuando los pitones penetran tiene unas consecuencias, cuando el toro solo desplaza y eleva su anatomía -suele decirse afortunadamente- en la caída el daño puede ser mucho mayor.

De una u otra manera, estamos en esos momentos de la temporada en los que este tipo de noticias formarán parte del día a día de la información taurina. Nos alegraremos de que no sea así, aunque sabemos que esas cosas forman parte del ser torero. Como decía Joaquín Vidal: Torear bien es muy difícil y, además, muy peligroso.

Nosotros desde aquí queremos que suceda poco y lo que suceda que sea poco.

domingo, 29 de junio de 2025

País invivible, régimen infecto / por HUGHES


'..Todo estaba escrito, y las personas que avisaron fueron orilladas, silenciadas, desprestigiadas o abandonadas a una soledad que, poco a poco, va dejando grogui..'

País invivible, régimen infecto

HUGHES
Como ya sabíamos lo que iba a suceder, y no hay resortes de defensa, como es verano, el sentido del ridículo aguijonea y ya no se va teniendo edad, el fallo del Tribunal Constitucional avalando la Ley Orgánica de Amnistía para la Normalización Institucional, Política y Social de Cataluña (lingüística no) no puede ya mover sino a un sentimiento incómodo, una sensación de cansancio, argumento recalentado, vergüenza propia y ajena y frustración.

La novedad real, la auténtica novedad, aunque previsible fuera, iban a ser los argumentos de indignación escogidos en parte de la llamémosla oposición (en un régimen como el nuestro, ni la oposición puede ser oposición).

Han aparecido cuestiones morales: sentencia «no ética», sentencia «inmoral»

Esto lo dicen primeras espadas, personas importantísimas, personas tan principales que tendrían que estar esgrimiendo argumentos definitivos. Personas muy encumbradas que el Régimen elige para culpar al maestro armero.

¿No lo ven? Alguien muy malo ha engañado a nuestras buenas y puras instituciones… Pedro Sánchez-Tenorio burlador de doncellas nos ha robado a todos la flor constitucional…

Pero la sentencia del Tribunal Constitucional no contradice la propia trayectoria del órgano, reconocido ahora, por fin, como político, ni tampoco la Constitución, cuyo sentido va del incumplimiento a la ambigüedad. Su función es no cumplirse.

Esta sentencia y el proceso después del procés (proceso que no ha acabado y ahora debería acercarse al apaño fiscal y la consulta en Cataluña) se han podido desarrollar con las leyes en la mano, con las instituciones y desde las instituciones.

Si fuéramos niños o completos desmemoriados, podríamos creernos a quienes dicen que un virus de populismo político bolivariano y supercorrupto que tomó diabólica forma humana en Pedro Sánchez ha pervertido una arquitectura institucional sin parangón en nuestra historia ni en el Occidente de nuestras más húmedas homologaciones.

Podríamos llegar a pensarlo, si no fuera porque muchos o quizás algunos venían avisando durante décadas. 

Todo estaba escrito, y las personas que avisaron fueron orilladas, silenciadas, desprestigiadas o abandonadas a una soledad que, poco a poco, va dejando grogui.

En su lugar, gentes ridículas, narcisos gomosos, tomaron todos los lugares del mérito. Ahí lo llevan. Esta es su Amnistía. La AntiEspaña baila un chotis con la España instalada.

O los indignados del Estado de Derecho que entre todos nos dimos forman parte del proceso, como comparsa contraria, o han sido engañados como tontos mayúsculos, y sean una cosa o la otra, ahora solo les queda el aspaviento y agigantar aun más a Pedro Sánchez, convertido en el más nefando personaje de nuestra historia (dándole así un último capital político).

La «normalización» de la amnistía no la empezó Sánchez, empezó mucho antes. En realidad, en el mismo instante de aplicar el 155 y mirar silbando hacia otro lado.

El sanchismo es la articulación institucional del proceso para el procés, del proceso posterior.

Normalización ya existía cuando la derecha, los grandes medios y editoriales, el empresariado, y las instituciones parlantes, en lugar de recoger la demanda popular de transformación, de corregir una deriva hacia el conflicto y la desnacionalización, siguieron adelante como si nada hubiera pasado, o incluso, apretando el acelerador del autonomismo. Se estaba normalizando ahí, a la vez que se «naturalizaban» las cláusulas finales del pacto con ETA.

Recuerden: primero el 155 iba a arreglar las cosas, unas primarias serían el filtro democrático de los partidos, aparecerían las figuras históricas, el Monte Rushmore del PSOE bueno: Redondo Terreros, Leguina, Guerra, González… lo impedirían los votantes, ellos no serían capaces de pactar con Puigdemont, la prensa fiscalizaría, lo impediría el Congreso, y si no, el Senado, ¡porque no cabe en nuestro ordenamiento!, luego Europa, los jueces, la sociedad civil, el TC, un plante torero de los magistrados… aun sería posible que el Supremo… ¿Y si, en bucle final, hacemos lo nunca intentado: un Colón de Jueces? ¡El Estado de Derecho pidiendo al Estado de Derecho que haga algo! ¿Valdrá eso?

La Constitución fue la monstruosidad jurídica para que cupiera la monstruosidad inmoral de la Transición, y se va transformando, se va haciendo más y más monstruosa a medida que ha de ir incluyendo la degeneración política, moral y cultural del país. Es La Sustancia, pero de esta Demi Moore no sale Margaret Qualley.

El órgano para ello es el Tribunal Constitucional, alfombra o moqueta donde ir metiendo la suciedad (la ley de leyes merece una Moqueta de moquetas)

Conde-Pumpido es el sastre necesario para lo que somos, y su cara es nuestro espejo.

Por supuesto que Sánchez y sus colaboradores son «inmorales», pero es nuestra inmoralidad.

Dicho con irritante expresión: quien se escandalice ahora es el traidor. El régimen es infecto, técnicamente horroroso, nocivo, no democrático y además disolvente y paralizante de un modo silencioso, hecho a medida; cada cierto tiempo se agita con golpes de efecto, golpismos leves, acúmulos de corrupción, violencia o juridicidad mutante, «inmoralidades» constitutivas que han enloquecido a generaciones . Normal es que cada cierto tiempo haya que poner el contador a cero. Qué fácil es ya hablar del 78, reducirlo a numerito… Pronto, muy pronto, ya mismo, ¡Abajo el 78! será el nuevo ¡Viva la Pepa!

Bajo el sol del verano, junto a la cervecita fresquita, en una holgura bastante agradable (ese gracejo estomagante nuestro…) medra y sestea un país invivible donde abundan los cabestros y los pedrosánchez. No tienen, eso sí, su desenvoltura, su brillante cualidad resbaladiza.

Pamplona no se entiende sin el toro. Y lo saben.. / por Sergio Hueso

Foto: Casa de Misericordia

 '..al Ayuntamiento no le queda otra que asumirlo: sin festejos vespertinos, no hay encierros; y sin encierros, no hay San Fermín. Es como hacer una paella sin arroz. Por eso, un año más, tendrán que tragar saliva y reconocer —aunque no lo digan— que la fuerza del toreo es tan inmensa que logra ‘reventar’ la ciudad durante nueve días..'

Pamplona no se entiende sin el toro. Y lo saben..

Por Sergio Hueso
Hablar de Pamplona es hablar del toreo en su máxima expresión. Porque durante una semana al año, la capital navarra se convierte en el epicentro mundial de la tauromaquia. Miles de personas se reúnen en torno al toro, desde que amanece hasta que anochece… y también durante la noche. Lo he dicho muchas veces: Pamplona, por San Fermín, huele a toro.

A pesar de los intentos del Ayuntamiento pamplonés por restarle protagonismo —como ocurrió en el vídeo oficial de las fiestas presentado este jueves— la realidad es tozuda: no pueden prescindir del toreo. Por mucho que lo deseen. Porque, seamos claros, ¿Qué serían Pamplona y San Fermín sin el toro? Nada. Absolutamente nada.

Durante años se ha barajado la idea de eliminar los festejos vespertinos y limitar la actividad taurina a los encierros matinales. Pero, ¿Qué ganadero aceptaría llevar sus toros a Pamplona para no verlos lidiar por la tarde? Ninguno. O al menos, ninguno que de verdad respete y defienda la fiesta.

Permitir que los toros corran por las calles sin que haya lidia después sería un acto de traición. Una agresión al toreo desde dentro del propio mundo del toro. Y no sería la primera vez que en este sector se antepone el bolsillo a la esencia de la fiesta. Aun así, quiero pensar que no llegará el día en que eso ocurra.

Y como esa opción es inviable, al Ayuntamiento no le queda otra que asumirlo: sin festejos vespertinos, no hay encierros; y sin encierros, no hay San Fermín. Es como hacer una paella sin arroz. Por eso, un año más, tendrán que tragar saliva y reconocer —aunque no lo digan— que la fuerza del toreo es tan inmensa que logra ‘reventar’ la ciudad durante nueve días. Porque, aunque algunos no lo soporten, Pamplona gira en torno al toro. Y así seguirá siendo.

El atroz asesinato de 124 católicos en Jaén por milicianos socialistas, comunistas y anarquistas / El Papa León XIV ha aprobado su beatificación.

Obdulia Puchol Merino, una viuda de 36 años de Martos (Jaén), que forma parte de los 124 mártires.

 El atroz asesinato de 124 católicos en Jaén por milicianos socialistas, comunistas y anarquistas

109 eran sacerdotes, una religiosa y 14 laicos. Ninguna bestia mata con tanta crueldad. El Papa León XIV ha aprobado su beatificación.


Javier Paredes
Hispanidad.com/ 29 Junio 2025
¿Vieron aquel video del año 2015, en el que 21 cristianos coptos, vestidos con un mono color butano, fueron degollados en una playa de Libia por fundamentalistas islámicos? Pues si ustedes, queridos lectores, leen este artículo hasta el final, podrán comprobar que la crueldad del martirio en aquella playa libia fue bien poca cosa, comparada con las atrocidades que cometieron los socialistas, los comunistas y los anarquistas durante la Guerra Civil española contra algunos de los 124 mártires de Jaén, cuya beatificación ha sido aprobada hace unos días por el papa León XIV.

21 cristianos coptos fueron martirizados en 2025 en una playa de Libia.

El proceso de beatificación ha durado nueve años, y durante todo este tiempo, en más de 30.000 folios, se ha recogido la declaración de seiscientos testimonios referidos a los 124 mártires, agrupados por pueblos de Jaén, de los cuales 109 son sacerdotes, una es religiosa y 14 son laicos. Veamos un par de martirios del grupo de Martos (Jaén), el de la abadesa de las clarisas de esta localidad, Isabel María Aranda Sánchez, y el de la laica Obdulia Puchol Merino.

Martos es uno de los pueblos más importantes de Jaén, al estallar la Guerra Civil su población rondaba los 25.000 habitantes. En 1936 había allí tres conventos de monjas: el de las trinitarias, que se había fundado en 1592 gracias al apoyo del rey Felipe II (1556-1598), cuya abadesa era Francisca Espejo, mártir que ya fue beatificada en 2007; el del Instituto Calasancio. Hijas de la Divina Pastora, cuya abadesa era Victoria Valverde, mártir también y beatificada en 2013; y el convento de las clarisas, cuya abadesa era la madre Isabel María Aranda Sánchez. Estas tres abadesas fueron compañeras de martirio y en próximas fechas será beatificada la tercera que faltaba, como hemos dicho, pues forma parte del grupo de los citados 124 mártires de Jaén, cuya beatificación ha sido aprobada por el papa León XIV.

Isabel hizo su primera profesión temporal en el convento de las clarisas de Martos, con 16 años, el 4 de octubre de 1905. Poco después contrajo una grave enfermedad intestinal que le impedía retener alimentos. Su salud se agravó hasta tal punto que el médico, tras reconocerla en una de sus visitas a finales de 1914, les dijo a las superioras: “La enferma se encuentra peor de lo que ustedes creen, además de la úlcera de estómago, se morirá tuberculosa. Pueden administrarle los Sacramentos, porque puede presentarse algún colapso, y no respondo”. Sin embargo, se curó repentinamente, lo que las monjas adjudicaron a la intercesión milagrosa de la Madre Teresa de Jesús Romero Balmaseda, que estaba entonces en proceso de canonización.

Convento de las clarisas de Martos, 
que fue destruido durante la Guerra Civil.

En la noche del 12 al 13 de enero de 1937, las tres abadesas citadas fueron conducidas al martirio. Antes de asesinarlas sus verdugos intentaron violarlas sin conseguirlo. En cuanto a la madre Isabel María Aranda Sánchez, así es como relata sus últimos momentos la biografía de su proceso de beatificación:

“Como aquellos hombres embriagados por la pasión, no pudieron conseguir su depravado propósito, ni en lo más mínimo, avergonzados y humillados ante una pobre e indefensa mujer, se irritaron de tal forma que le cortaron toda la ropa, dejándola casi desnuda. La ataron a la cola de una bestia y, así, la arrastraron. Le rompieron una pierna y la maltrataron tan brutalmente con las culatas de sus escopetas y de los fusiles, que creyeron que ya la habían matado. Pero no, no murió. Tenía que dar mayor testimonio de su fidelidad al Señor, y, en un esfuerzo incomprensible humanamente, según su estado, arrastrándose como pudo logró asirse a la verja del cementerio. Aquellos hombres, que más bien parecían demonios, viendo que no podían vencer aquella voluntad férrea y que cada vez su víctima parecía tener nuevas energías, decidieron acabar con ella; pero antes quisieron dar su última batalla. Repitieron sus burlas y castigo, obligándola a blasfemar, a lo que nuestra Madre respondía con jaculatorias y actos de amor de Dios, a la Santísima Virgen, y perdonando en todo momento a sus verdugos. Le escupían en la boca, le obligaron a que comiera estiércol ‘porque tenía hambre’, decían. Burlados por última vez y viendo que no podían desprenderse de su brazo de la verja allí mismo le dieron varios tiros a quemarropa, muriendo en el acto. Es de notar que el brazo y la mano con que se había asido a la verja del cementerio no se lo pudieron desprender, lo que les dio ocasión para cortarle el brazo”.

Obdulia Puchol Merino solo tenía 36 años cuando derramó su sangre en defensa de su fe el 8 de diciembre de 1936, en el cementerio Monte Lope Álvarez de Martos. Había nacido en Martos el 4 de mayo de 1900, con 24 años contrajo matrimonio con José Martínez Baeza, pero muy pronto quedó viuda y sin descendencia. Sin dependencias familiares, se entregó por completó a colaborar en su parroquia. Ella se encargó del cuidado de los ornamentos sagrados y de la limpieza del templo. Pero lo más destacado de su apostolado fue la creación de una residencia para transeúntes pobres, a los que además de alojamiento y comida, se les facilitaba asistencia sanitaria si la precisaban. Su residencia contó con la colaboración de las Conferencias de San Vicente de Paúl, que precisamente habían sido fundadas por su padre, que era el médico forense de Martos.

Toda esta actividad apostólica de Obdulia y su afiliación a Acción Española, el partido promovido por Angel Herrera Oria (1886-1968), para “El Tachuelas” fueron motivos más que suficientes para condenarla a muerte. Alfonso Ruiz Aguilar era un zapatero de Martos, de ahí el alias por el que era conocido, y uno de los líderes del socialismo en Jaén. En 1931 ya fue elegido concejal de Martos, tuvo una participación destacada en el golpe de Estado de 1934, promovido por Largo Caballero (1869-1946), y al fracasar la intentona fue depuesto del cargo de concejal. Sin embargo, el pucherazo del Frente Popular de febrero de 1936 mediante el que los socialistas asaltaron el poder le permitió al Tachuelas recuperar el cargo de concejal. Durante la Guerra Civil fue alcalde y presidente del Frente Popular de Martos, además de presidente de la Junta Calificadora del Servicio de Expropiación de Fincas Rústicas sin Indemnización, o sea todo un juego de palabras del PSOE para justificar “el te lo quito y me le quedo y en pie famélica legión…”

El 7 de agosto de 1936 Obdulia fue detenida por unos sicarios del Tachuelas, a saber: Rosa Miguel, Matilde “La Canastera” y Juan de Dios López; mientras la llevaban a la cárcel le propinaron una soberana paliza por el camino. Permaneció presa hasta el 7 de diciembre de 1936, recibiendo malos tratos. Y ese día el Frente Popular de Martos, presidido por el socialista Tachuelas, ordenó que la asesinaran. Esto es lo que sucedió:

“Llegaron al cementerio de Monte Lope Álvarez. Ante las tapias, los asesinos de izquierdas fusilaron a sus víctimas de derechas, menos a Obdulia. Obdulia, hincada de rodillas y recogida en oración, quiso aguardar así la descarga fatal. Pero la descarga fatal no se realizó.

Un momento antes de disparar sobre ella, el jefe de los criminales gritó:

-Alto a esta mujer no la matamos. Que se quede ahí viva.

Tal vez este hombre pensó: ‘No vaya a ser verdad que pida a Dios que nosotros nos volvamos derechistas y beatos como ella, terminemos por serlo y luego nos tengan que matar a nosotros los nuestros, por cambiarnos’.

Acabada ‘su obra’, aquellos desalmados regresaron al camión. El camión, por lo inaccesible y embarrado del terreno, se había detenido unos cien metros antes de alcanzar el cementerio. El conductor que, mientras, había permanecido sentado en la cabina, inquirió:

-¿Qué, los habéis matado al primer disparo o no?

- Hemos matado a todos menos a Obdulia.

-¡Cobardes! ¿Y eso por qué?

- Hombre, nos ha dicho tales cosas que le hemos perdonado la vida.

- ¡Cobardes, canallas! Os habéis dejado sin matar a la peor, a la más beata, a la más peligrosa. ¡Cobardes! Ahora mismo voy a encargarme yo de esa.

Ebrio de furia, echando espumarajos de blasfemias por la boca, el conductor del camión se encaminó al cementerio. Sorprendió a Obdulia rezando de rodillas y, sin mediar palabra, empuñó su navaja cabritera y la degolló”.

Javier Paredes
Catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá

El toreo en San Isidro y alrededores / por José Carlos Arévalo

Foto: Mikael Fortes.

'..sé que calificar a la pasada Feria de San Isidro como muy buena merecerá el reproche de la crítica seria, la descalificación de los jóvenes integristas venteños, incluso la simpatía despectiva del taurino. Y, sin embargo, hemos vivido un San Isidro excepcional..'

EN CORTO Y POR DERECHO
El toreo en San Isidro y alrededores

Por José Carlos Arévalo
Comparar el pasado con el presente es un ejercicio inútil. Pero haber conocido otras épocas del toreo equilibra la evaluación del presente. Hace cinco o seis décadas, los aficionados de Madrid considerábamos que una tarde de toros había merecido la pena con haber visto algo bueno, una faena interesante, un quite excelente, una estocada cabal. Y una vuelta al ruedo o el corte de una oreja justificaban con creces el pago de la entrada.

Por el contrario, hoy nada está bien. Una oreja siempre es discutible, dos son puro triunfalismo. El toro, el torazo de hoy, con la edad sobrada, con un volumen de cebú no de toro de lidia y unas arboladuras cérvidas de 181 puntos, por lo visto no vale un duro. Nada, absolutamente nada, es valorado por la minoría integrista que imprime carácter a la Plaza de Las Ventas, y ante la cual, la crítica, prudente, calla... y otorga.

En consecuencia, sé que calificar a la pasada Feria de San Isidro como muy buena merecerá el reproche de la crítica seria, la descalificación de los jóvenes integristas venteños, incluso la simpatía despectiva del taurino. Y, sin embargo, hemos vivido un San Isidro excepcional. Desde el principio, con un torero de gran clase, Clemente, jugándose el tipo como un torero aguerrido frente a un galafate de fiero genio defensivo, hasta el cierre, con Borja Jiménez que bordó el toreo frente a un toro bravo y encastado.

Salvo tres o cuatro matadores, a los que se vio espesos, sin recursos, eso sí ante ganado que pedía el carnet, me ha parecido admirable la entrega de todos los toreros, pues todos han estado por encima de sus toros. ¿Triunfalismo? ¿Blandenguería? Como toda la feria fue televisada, reto a quien opine lo contrario a visionar los toros en que no esté de acuerdo. Quizá el amontonamiento de treinta festejos conspire contra el recuerdo de muy buenas actuaciones y que en la memoria únicamente prevalezca lo excepcional. Pero tardes como la de Uceda Leal, que en el pasado habría sido de Puerta Grande, merecen más huella de la que dejó. O faenas premiadas con dos orejas, como la de Talavante, no deberían sufrir una postrera y ridícula devaluación, en absoluto compensada por el lunático título de triunfador de la feria, otorgado por Plaza 1. En el San Isidro d este año, el triunfador absoluto ha sido Morante, que salió una vez por la Puerta de Alcalá y la otra se la negó un presidente tronado. El genio de La Puebla se ha convertido en el paradigma del toreo gitano/andaluz. Mito del presente, ya ha pasado a la historia y en el Parnaso de los toreros está junto a Curro Puya, Cagancho, Fernando el Gallo, Cayetano Sanz y José y Juan. Pero si los doctos lo acoplan con Joselito, en su toreo de capa y muleta aletean los ancestros, fundidos por supuesto, de Belmonte y Chicuelo.

El otro gran acontecimiento de la Feria, más allá de los trofeos perdidos con la espada, fue el hondo, puro, excepcional toreo de Jiménez Fortes a dos morlacos que pedían faenas de aliño. A su primer toro, de cortísima embestida le enjaretó inexplicables redondos y naturales completos y templadísimos. Y a su segundo, que olía a cloroformo, lo toreó como si fuera de carril. Por momentos, su trazo me recordó a Antonio Ordóñez, y por su verdad, a Emilio Muñoz. Pero, ¿cómo olvidar el faenón de “David” Fonseca al “Goliat Brigadier”, por la que le dieron un puta orejita? ¿Y por qué no abrir de verdad el crédito a Samuel Navalón, nuevo matador que merece entrar de lleno en las ferias? ¿Y cómo no lamentar que la gran faena de Fernando Adrián, malograda con la espada que también le cerró la Puerta? ¿Y por qué archivar la faena final de Castella, honda, seca, profunda? ¿U ocultar la heroica, y torerísima faena de Gómez del Pilar, torero de arte condenado a lidia ganaderías infames? ¿Y cómo no denunciar que también a Borja Jiménez le birlaron una oreja y otra puerta grande? Este torero arrollador, que además es un magnífico torero, sufre ya el mal trato que Madrid reserva para los grandes del toreo. Enhorabuena.

Pero el verdadero mal trato de los talibanes solaneros este año ha dado un paso más. Y se ha cebado con estúpida crueldad con los novilleros. Es realmente una actitud incalificable la sufrida por jóvenes que no se afeitaban hasta hace diez minutos y que se han enfrentado a novillos que son auténticos toros. Por esta razón, su paso por San Isidro no les ha servido de mucho. En otros tiempos, se habríanlanzado las espadas al vuelo. Personalmente, me han gustado Fabio Jiménez, Sergio Sánchez, Javier Zulueta, El Mene, Tomás Bastos. Y sobre todo, Aarón Palacio. ¡Qué temporada de novilladas puede haber este verano en Madrid! 

Pero lo mejor que he visto este en esta parte de la temporada, al margen de Fortes y Morante en Madrid, ha sido otra vez a Morante en Salamanca, otra vez a Fortes en Marbella y a Juan Ortega en Aranjuez. Las dos faenas del trianero en el Real Sitio son para mí, por el momento, las dos faenas del año.

Dicen que la Fiesta está en crisis. Lo estará entre los beatos políticamente correctos, los políticos mentalmente incorrectos y los animalistas antihumanistas. Pero en la plaza está más viva que nunca. San Isidro lo ha confirmado.