la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 22 de mayo de 2025

MADRID / 11ª SAN ISIDRO.- Tarde hamletiana / por Jorge Arturo Díaz Reyes

Morenito de Aranda tras malograr la faena del 4°. Foto: Las Ventas

 Matar o no matar, es la cuestión en el toreo.

MADRID / 11ª SAN ISIDRO
Tarde hamletiana

Jorge Arturo Díaz Reyes
CrónicaToro/Madrid, 21 V 2025
Matar o no matar es la cuestión. Tres faenas abortadas. Dos de Fortes con gran contenido estético. Una de primorosa languidez a un manso noble, con el cual a cambio de belleza hubo en muchos trechos de retrasar la muleta para con el cuerpo a plomada, ligar los medios pases y no desafinar la sinfonía, en su conjunto marcada por un lento temple, un dibujo redondo y muy en jurisdicción (Manolete fue inmortal así). La otra de menos brillo y más fuste, imponiendo mucho poso a un encastado atrevido, quedaron ambas en el aire por el no cumplimiento cabal de la suerte suprema. Tras laboriosa igualada, dos pinchazos y un espadazo descentrado, al segundo, y al quinto uno en hueso y una estocada trasera tendida. Para obligar al esteticismo reinante a consolarse con una vuelta de afecto, caminada también con mucha torería

La tercera de gran intensidad, la de Morenito de Aranda, con el muy enrazado “Chivita”, el cuarto, un cinqueño, negro de 612 kilos, que le puso las cosas al cuarto, llegando a tenerlo a su merced entre los pitones, en los medios del gran ruedo, lejos de la humanidad, perdonándole al fin la vida. Había lucido en varas atacando firme a Héctor Piña, en dos puyas sostenidas y haciendo saludar el emocionante tercio de Iván García y Pascual Mellinas, que tuvieron que poner su carne en el asador. Con este “Campiña”, que pedía mucho por cada suerte, el burgalés se trenzó en una lucha de tu a tu, que no careció de apostura por ninguna de las dos manos en los encuentros de a tres y cuatro que conformaron la faena. Epilogada con una serie de ayudado, trinchera, ayudado, trinchera, antes del viacrucis en el que no pudo estoquear pues tras tres rebotes en duro y un aviso, el araúz se echó echado y hubo que apuntillarle. Le perdonaron ese pequeño dislate de no ejecutar la suerte suprema, hoy en día eso no pesa tanto, y le sacaron a saludar una ovación apasionada y unánime. 

Al primero, par pinchos, par avisos y una estocada honda delantera de la cual el mansobronco se echó y levantó tres veces antes de morir.

El linarense Adrián de Torres, con el más desafortunado lote. Tres pinchos, aviso y estocada al rajado tercero. Con el sexto bis, el grandulón sobrero de Castillejo de Huebra que cerró la corrida. (el titular se lo devolvieron por cojo), que también se malogró, pero lo dejaron, pasó las verdes y las maduras. Tres pinchazos y dos descabellos sin estocada. Matar o no matar, es la cuestión en el toreo.
  • FICHA DEL FESTEJO
Miércoles 21 de mayo 2025. Madrid, Plaza de toros de Las Ventas. Sol. Tres cuartos de aforo. Seis toros de Araúz de Robles, diversos de presencia y juego. 6° bis de Castillejo de Huebra, lesionado.

Morenito de Aranda, silencio tras dos avisos y saludo tras aviso.
Fortes, saludo y vuelta.
Adrián de Torres, silencio tras aviso y silencio

Incidencias: Saludaron tras parear al 4° Iván García y Pascual Mellinas.

San Isidro/25: Del cielo al infierno a través de una espada / por Antolín Castro

 
Vuelta al ruedo que saboreó Fortes y toda la plaza tras el disgusto

'..Todo bien, la plaza emocionada y con ganas de ser partícipes del triunfo. Triunfo que no llegó, con la puerta grande al fondo, por el mal uso de la espada. Aun así, dio una clamorosa vuelta al ruedo..'

San Isidro/25: Del cielo al infierno a través de una espada

Octava corrida de toros en este San Isidro, con un cartel de gran interés para el aficionado.

Antolín Castro
OPinión y Toros/21 Mayo 2025
Como suponíamos, para los no aficionados no tanto. La plaza esta vez no llegó ni al ‘casi lleno’. Y es que lo del interés para el aficionado no coincide con la fiebre para ir a los toros cuando se anuncian esos nombres que a todos les suenan. Peor para ellos, no aprenden, y para la Fiesta también, que no aumenta su masa de aficionados. Las empresas con esto no cuentan, van a lo suyo. Que les enseñen sus abuelos y estos, aunque lo intentan, tampoco pueden con nombres como el de Roca Rey como atractivo.

Arauz de Robles, una ganadería diferente y con muchos matices; Morenito de Aranda un buen torero y en racha tras sus triunfos continuados en Francia; Fortes otro torero en racha tras su paso por Málaga y Adrián de Torres, el linarense que tan buen recuerdo dejó en Madrid el pasado año. Un cartel de plena esperanza. Luego…

Luego resultó que todo fue como era de esperar. La corrida salió con todos los diferentes matices anunciados, pero siempre encastada, en manso, en bravo y hasta en cabrón, así fue el encierro de Araúz de Robles, siempre exigiendo y sin regalar nada.

Los de mejor nota fueron a parar a las manos de Fortes, y el malagueño no se arrugó, consintió y como si fuera una aparición nos encontramos con el nuevo Fortes: La versión de un torero que siente cuanto interpreta. Ya con el capote dejó señales de que quería parar el tiempo y con la muleta hasta lo paró.

El malagueño entregado a la obra que quería realizar, sin aspavientos ni pasos atrás, con la firmeza que solo se tiene cuando las muñecas dictan, a través del sentimiento, lo que hay que hacer. Todo bien, la plaza emocionada y con ganas de ser partícipes del triunfo. Triunfo que no llegó, con la puerta grande al fondo, por el mal uso de la espada. Aun así, dio una clamorosa vuelta al ruedo.

A Morenito le tocó un revoltoso en primer lugar, al que le gustaba cabecear en exceso y ahí se las tuvo tiesas en una pelea de tú a tú. Su segundo era un toro con mucho carbón y ahí apareció la capacidad torera del burgalés para poner en alto su toreo. Si echaba carbón el toro el torero respondía con toneladas de energía para aguantar aquello. Cuando llegó la hora de la espada que le conduciría al triunfo, tras de unos pases por bajo de máxima belleza y oportunidad, el filo estaba romo y todo hubo de quedarse en una gran ovación.

Del cielo, que se tocaba con las manos en ambos casos, se pasó al infierno en un rato. La suerte que tenemos es que existe el purgatorio y ahí quiere el aficionado que permanezcan estos toreros para que puedan redimirse de ese borrón.

Adrián de Torres compareció también en la tarde y lo hizo con dignidad, pero con el peor lote, un manso de libro y un sobrero flojo de solemnidad. Con la espada se contagió de sus compañeros.

Desde el 7, el censurado 7, salió una voz que lo resume todo: ¡A estos toreros los queremos ver más!

Por supuesto que me uno a ese requerimiento, sobre todo porque puede proclamarse que esto es una corrida de toros y unos toreros de postín. Quien lo quiera entender que lo entienda. Lo mejor visto en esta feria y muchos desaprovechando la ocasión, tuvimos la peor entrada de lo que va de San Isidro.

miércoles, 21 de mayo de 2025

Feria de San Isidro. Novillada de Mayalde para Jiménez, Bastos y El Mene, que cobró dos estocadas canónicas, ahora que nadie conoce el canon. Márquez & Moore


'..hoy en Las Ventas en la que se han lidiado novillos del Conde de Mayalde para Fabio JiménezIker Fernández «El Mene», de Zaragoza, nuevo en esta Plaza, y Tomás Bastos, de Vilafranca de Xira (Portugal), nuevo en esta Plaza..'

JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ
En el número 1 de la recién editada revista «Tertulia de Toros», la aficionada Rebeca Fuentes se refiere, con gran acierto, a la «deriva utilitarista que está tomando la suerte de matar, olvidando que es […] la piedra angular de la corrida de toros».

No es ninguna novedad señalar que, en cuanto a la antes llamada «suerte suprema», actualmente estamos viviendo en la era del «todo vale» y que con tal de que el acero esté dentro de la anatomía del burel, la mayoría del público da por óptima la estocada. No sólo el público. Hace unos días vimos cómo el Presidente don José María Fernández Egea no dudó en sacar el segundo pañuelo a Alejandro Talavante, desatendiendo lo que manda el artículo 82 del Reglamento cuando dice que para obtener ese galardón el Presidente tendrá en cuenta «fundamentalmente, la estocada». Al señor Egea le daba igual la estocada porque, seguramente, al hallarse la espada dentro del toro, eso era suficiente, en su presidencial opinión. El hecho es que, a día de hoy, llevamos 60 toros o novillos muertos a estoque de los cuales apenas salvamos 8 estocadas: las de Colombo, las de Manzanares, las de Uceda Leal y, hoy, las de El Mene: el 87% de las estocadas han sido de mala ejecución: cuarteando, huyendo, metiendo el brazo con habilidad de prestidigitador, atacando desde afuera, tirando la muleta para que se entretenga el toro y, a veces, ha servido un pinchazo un poco hondo como excusa para agarrar el verduguillo y olvidarse del estoque. Nada nuevo.

Sorprende mucho, sin embargo, que ante tal páramo de estocadas, se discutan las pocas buenas que se han visto, descalificándolas con argumentos de toda laya. Nos enseñaron cuando éramos niños que a la hora de matar hay que fijarse en la colocación del torero frente a la res y en el viaje de sus pies. La colocación del estoque es más accesoria, porque a veces una buena ejecución no da una estocada en la yema, y el movimiento de la muleta tampoco importa: si el viaje del diestro es rectilíneo y sale limpiamente por el costado del toro, es que él se fía de lo que está haciendo su mano izquierda. Tan sencillo como eso. Meternos en discusiones absurdas sobre si un pelín trasera o un poco caída o que si la muleta tal o cual es restar la importancia que tienen los cuatro que han matado con arreglo a las normas del arte. Y en estos tiempos en que lo que prima es la «deriva utilitarista» que decía Rebeca, deberíamos ensalzar a aquél que se perfila en la rectitud y se lanza a herir con la punta del estoque apuntando al hoyo de las agujas, aunque luego la estocada caiga algo peor, y dedicar nuestras energías a censurar lo muchísimo malo que contemplamos cotidianamente en la ejecución de las estocadas.

Ha venido de perlas esta larga introducción para ir llenando el folio y que no quede muy magra la explicación de lo acontecido hoy en Las Ventas en la que se han lidiado novillos del Conde de Mayalde para Fabio Jiménez, Iker Fernández «El Mene», de Zaragoza, nuevo en esta Plaza, y Tomás Bastos, de Vilafranca de Xira (Portugal), nuevo en esta Plaza.

Lo primero toca hablar de los novillos del señor conde, que hoy los famosos guirlaches de Mayalde nos dieron alguna sorpresita, con un segundo toro que sacó su personalidad, su casta y sus exigencias y con un sexto que trajo las complicaciones que debe tener el toro de lidia y que fue muy mal entendido por su matador. En general se puede decir que la corrida fue lo que se esperaba de ella: toros bien criados y lustrosos con ganas de agradar y de facilitar las cosas a sus matadores, en la línea del toro moderno y facilón que está deseando complacer y que los pitones los lleva puestos más bien como motivo de ornato.
A su primero lo recibió Fabio Jiménez, de azul marino y oro, con templadísimas verónicas. Puede decirse que esto fue lo mejor de su actuación. Le aplicó al nobilísimo novillo todo el repertorio completo del neotoreo, comenzando con su pésima colocación y continuando con el toreo despegado, el cite con el pico y demás sacramentos de ese cisma que nos devora. ¿Qué culpa tiene el muchacho, si estarán todo el día calentándole la cabeza con que emplee esos modos y esa formas? La cosa es que concitó ciertos aplausos del público más fiestero con ese ir y venir del novillo, aunque la cosa se fue enfriando a medida que el trasteo no cobraba vuelo. Se quedó descubierto y el novillo, con todo el dolor de su corazón, le trompicó. El pobre novillo se quedó con una carita de yo-no-fui como pidiendo perdón; al poco Jiménez se fue a por el estoque y antes de matarlo lo pinchó. Su segundo fue destruido por las malas artes de Carlos Pérez desde lo alto de su Montaña Equigarce, que dejó al novillo para el arrastre, literalmente, porque el bicho, tras unas carreras sin atender mucho a la muleta, se echó a que le apuntillasen, sin atender a razones.

El Mene se vino a Madrid a presentarse muy bien vestido, de purísima y oro. Su primer toro, Entrenador, número 28, era para dar un aldabonazo que el Mene no supo o no pudo dar. Bien picado por Héctor Piña, recibió la acertada brega de David Salvador, que se desesperaba viendo cómo José Manuel Zamorano y Vicente Herrera, que le habían pillado un gato tremendo al novillo, le iban clavando las banderillas de una en una. Triste espectáculo. El trasteo de El Mene no estuvo a la altura de lo que demandaba la casta de Entrenador. Quiso echar a rodar lo de todos los días, pero eso no le servía con las condiciones del novillo, lo mismo que le pasó a Luque con el de La Quinta, o sea que la cosa se fue despeñando y, cuando ya estaban a punto de cumplirse las escrituras de los profetas, El Mene se perfila en corto y se arranca, decidido, a cobrar un espléndido volapié que le redime y por el que recibe justos aplausos, como los que recibe el novillo al ser arrastrado. 
Su segundo es menos encastado. Lo recibe por verónicas rematando la serie con una chicuelina (?) En la muleta El Mene plantea un trasteo de altibajos: a veces está a base de ventaja y otras, a medida que la faena va avanzando comienza a irse más hacia adelante y a tratar de hacer las cosas más ajustadas al canon. Al terminar una serie el novillero tropieza con la pezuña del novillo, cayendo, y cuando se levanta el animal le persigue hasta que le engancha y le lanza en una gran voltereta. Por segunda vez vuelve a ejecutar de manera muy acertada la suerte suprema, y aunque el estoque cae ligeramente trasero, tumba al novillo en menos que se tarda en contarlo. Hay una pequeña petición y hay aficionados que se enconan en que no dé la vuelta al ruedo, midiéndole como si fuese una gran figura en vez de un chico con diez festejos el año pasado y dos buenas estocadas en sus dos novillos. Estaremos atentos, a ver si a Marco «Ugly» Pérez le miden de igual manera.

Y Tomás Bastos, de blanco y plata, que nos dio otra nueva ración de ricino con su toreo descolocado y ventajista ante otro Mayalde de bondadosa condición. Intentó arreglarlo al final de la faena a base de naturales, pero la cosa tampoco salió. En su segundo se equivocó de plano: no vio la distancia que el animal pedía, optó por el amontonamiento y fue sacando sus pases sin provocar ningún entusiasmo en la afición. Buenos pares de Alberto Carrero, su tercero.

A la salida, bajando las escaleras, ya oímos las primeras censuras a las estocadas de El Mene. Lo que decíamos antes.



ANDREW MOORE



















FIN

SAN ISIDRO - 10° de FERIA.- "EL MENE", QUÉ DECEPCION / por Juan Miguel Núñez Batlles


'..Hoy no tuvo su tarde, y era una comparecencia muy especial por tratarse  de Madrid. Pero vendrán otras, tienen que venir. Hay que aplicarse para que a partir de ésta destaque sólo por lo positivo..'


SAN ISIDRO - 10° de FERIA
"EL MENE", QUÉ DECEPCION

Por Juan Miguel Núñez Batlles
La ilusión de la tarde, el debut en Madrid del novillero zaragozano "El Mene", que llegaba respaldado por triunfales actuaciones en importantes ferias de su rango, ha terminado siendo un gran fiasco. Quién lo iba a decir. Y todo por empecinarse en dar una vuelta al ruedo que no venía a cuento, porque ni la merecía ni nadie se la había pedido. Un paseo desafiante entre abucheos. 

Así que es posible que en el futuro "la cátedra" le pase cuentas, por chulo y retador cuando no está delante del toro. Que es al toro a quien hay que desafiar, no se equivoque. Y si el muchacho, todavía muy joven -apenas tiene 20 años-, no sabe que al público que pasa por taquilla se le llama respetable, debe tomar consejos de los verdaderos profesionales para que no le ocurran estas cosas. Al público, respeto. Da igual en Las Ventas de Madrid que una portátil de arrabal. Su padre, que fue banderillero, y su actual apoderado, matador de toros, y la misma cuadrilla que le acompañaba hoy, gente de la profesión al fin y al cabo, deben saber que el ritual de las corridas no consiente comportamientos tan feos. A los cuatro pasos de iniciar la vuelta debieron echarle el alto para "taparse", como se dice en la jerga cuando hay que pararle los pies a uno que trata de ser protagonista sin motivo. 

Fue una pena porque pese a todo "El Mene" es un novillero revelación, que seguramente llegará alto en la profesión. Por estilo, valor y talento frente al toro, lo tiene más que demostrado. Y si deja de meter la pata, sin duda que lo conseguirá. 

Hoy no tuvo su tarde, y era una comparecencia muy especial por tratarse  de Madrid. Pero vendrán otras, tienen que venir. Hay que aplicarse para que a partir de ésta destaque sólo por lo positivo.

Y el caso es que tampoco estuvo mal en sus dos faenas. Sencillamente no alcanzó el objetivo trazado. A su enrazado primero le pegó muletazos buenos pero aislados. En el sexto faena demasiado larga y sin más poso que una tanda final a derechas también  antes de que el novillo le propinara una tremenda voltereta. En uno y otro se lució con elegancia al torear de capote. De la misma manera que también a los dos los mató con arrojo y eficacia, atracándose de toro,  tanto que la espada cayó contraria en ambas ocasiones. En resumidas cuentas, si no es por la pifia de la protestadísima vuelta que se pegó, hubiera sido una tarde más, de las catalogadas sin pena ni gloria.

Fabio Jiménez se estiró bien de capote en el primero. Novillo justo de fuerzas, pero noble y muy toreable; sin embargo, la faena de muleta no pasó de simple proyecto, con revolcón incluido.

La desordenada lidia en el cuarto, con desbarajuste en el tercio de varas, tuvo continuidad hasta que el astado terminó echándose sin que Jiménez le llegara a entrar a matar. Pero, ojo, que no fue por manso. En la Ficha de esta crónica se explica cómo una banderilla, clavada honda en el agujero de un puyazo, acabó con el novillo.

El también debutante Tomás Bastos, otro para septiembre, si es que hace más méritos en oportunidades que le den en otras plazas. Más pendiente de las posturas que de hacer el toreo, no terminó de centrarse en el buen tercero, novillo repetidor y de largo recorrido. Faena en la que primó la cantidad sobre la calidad. Y en el sexto, la mala colocación en los cites y los múltiples enganchones, dejaron la tarde definitivamente vista para sentencia. 

Por cierto y hablando de resoluciones, después de faenas tan largas y aburridas, cuando la tarde entraba ya en su ocaso, una voz desde el tendido alto del "6" advirtió: "¡Qué mala suerte, ganadero!".

Una buena deducción de la novillada.

  • FICHA DEL FESTEJO

Novillos del Conde de Mayalde, bien presentados, y aunque algunos blandearon a la salida de los montados, en general de buen juego.

Fabio Jiménez: pinchazo y estocada trasera y desprendida (silencio); y no llegó a entrar a matar al cuarto, que murió por el efecto de "un puyazo" permanente de una banderilla el agujero de un puyazo (pitos para el novillero y su cuadrilla, que sacaron el palo con el astado ya inerte).

Iker Fernández "El Mene", nuevo en esta plaza: estocada contraria ligeramente desprendida (ovación); y estocada de igual guisa (vuelta por su cuenta y entre abucheos).

Tomás Bastos, nuevo en esta plaza: estocada trasera y caída (aviso y silencio); y estocada perpendicular y baja (silencio).

La plaza registró  dos tercios de entrada en tarde apacible.

CHORLITO, Nº 32, PRIMERO DE LA TARDE DE CONDE DE MAYALDE

MADRID / 10ª SAN ISIDRO. La ley de la espada / por Jorge Arturo Díaz Reyes

El Mene da vuelta tras la lidia del 5°. Foto: Las Ventas

El Mene da una vuelta al ruedo. Fabio Jiménez saluda y Bastos aplaudido. Encastados utreros del Conde de Mayalde…

MADRID / 10ª SAN ISIDRO
La ley de la espada

Jorge Arturo Díaz Reyes
CrónicaToro/Madrid, 20 V 2025
De las cinco, las dos de El Mene a “Entrenador” el segundo y a “Chorlito” el quinto. Ambas como debe ser, desde que el volapié fue alivio canonizado. Citando, en corto, por derecho, dejándose ver, volcándose en la cuna, y el acero completo en la cruz, derribando de una. Las otras tres, una baja, otra pasada y otra de través también letales, no requirieron otros viajes ni uso de cruceta. Quizá no hubo una sexta porque el cuarto, se murió caminando, se tiró en los medios irremediablemente y hubo de ser apuntillado con la venia de Usía.

Sin embargo, sonaron tres avisos, tres. De a uno en uno, en el cuarto, quinto y sexto novillos. No por la espada, sino por la redundancia en el tiempo de las faenas, mal del siglo, diseminado por las figuras de las cuales aprenden las nuevas generaciones. Manes de don Enrique Ponce. Y es que la casta de los mayalde también dio para ello, pues al no poder ser dominada y redondeada por la lidia, impelía a los jóvenes a prolongar la búsqueda de lo que no hallaban hasta el agotamiento del tiempo reglamentario.

De los arrastres, cinco aplaudidos, al segundo, gran ovación y por supuesto abroncado el muertoparado cuarto. Como es de uso en las novilladas, toreros en proceso, hubo de todo, perfección imperfección, colocación descolocación, temple destemple, mando y desmando, en las mismas faenas y aun en las mismas tandas. Y el sector sapiens-sapiens del público, no tuvo la tolerancia que se permite con los toreros lóngevos. Está bien. La letra con sangre entra. Aunque a ratos el rigor parecía saña.

Tras la faena de El Mene al quinto. Hubo petición de oreja importante, no mayoritaria ciertamente, pero sí pañuelera y ruidosa. Don Ignacio San Juan Rodríguez, en uso de sus facultades legales y considerando el reglamento se guardó su pañuelo. Pero cuando el electorado no atendido sacó a saludar al purista zaragozano, la inquisición protestó a todo pulmón, y el novillero volvió sobre sus pasos a las tablas sin saludar. Entonces la mayoría redobló la petición y el renunciante volvió, saludó y cuando se disponía a satisfacer el pedido de vuelta al ruedo, otra vez la cátedra al abordaje, y otra vez los que no les comen cuento al contraataque, obligando la vuelta que fue muy celebrada, por cierto. Con uno que otro braceo de ahogado. La típica pasión y polarización del público venteño. Lo importante es que hablen de uno, decía Luis Miguel.

El riojano Fabio Jiménez saludó tras la lidia del primero la única que pudo completar, en la que destacaron su lentitud y temple a la Verónica y cuatro naturales de singular compostura. El portugués Tomás Bastos, anduvo más peleador que artista con su noble, aunque no sumiso lote. Otra bella tarde y la plaza con unos tres cuartos de atenta entrada. Buen encierro.
  • FICHA DEL FESTEJO
Martes 20 de mayo 2025. Madrid, Plaza de toros de Las Ventas. Sol. Tres cuartos de aforo. Seis utreros de Conde de Mayalde, bien presentados y encastados. Ovacionados cinco en el arrastre.
Fabio Jiménez, Saludo y silencio.
“El Mene”, silencio y vuelta al ruedo tras petición de oreja.
Tomas Bastos, palmas y silencio.

martes, 20 de mayo de 2025

Las trampas del Relato / por Ignacio Ruiz Quintano

Morante de la Puebla

'..Es el Relato de una sociedad mefítica, producto de un régimen político llamado Estado de partidos, en el que todo es mentira menos lo malo. Son las trampas del Relato, homenaje que hacemos a las trampas de la fe de la Sor Juana Inés de Octavio Paz..'

Las trampas del Relato

Ignacio Ruiz Quintano / Abc
En la Feria de Sevilla el torero Morante de la Puebla ha pegado a una mona de pascua unos naturales por fuera y unas series de derechazos con el pico de la muleta (“patrás”, “poralto” y “pafuera”) que el taurineo de mocasín sin calcetín, pantalón teja y barbita distraída ha cantado como la cumbre del arte de Cúchares, con el apoyo de los revistosos del puchero, que han agotado para su Relato con todas las metáforas albertinas: “Hermosos, dulces, mágicos, serenos / o en la batalla erguidos, agitados, /o ya en juegos de puro amor besados, / gráciles corzas de dormir morenos…” Es el Relato de una sociedad mefítica, producto de un régimen político llamado Estado de partidos, en el que todo es mentira menos lo malo. Son las trampas del Relato, homenaje que hacemos a las trampas de la fe de la Sor Juana Inés de Octavio Paz.

En este ambiente revisteril, el Barcelona de Lamine es al fútbol lo que la Feria de Morante es a los toros.

–Estas semifinales que ha hecho Lamine no las ha hecho ni Pelé; para mí, es el Balón de Orodice Segurola, un ex director de “Babelia” acostumbrado a hablar “ex cathedra” en el sillón de “Homine”, mientras el barbero le hace la barba y un limpia cubano le lustra el zapato.

El Inter, segundo en la serie A italiana, ha sido el primer toro en puntas, “de los de Madrid”, que el Barcelona ha tenido delante en esta Champions: la eliminatoria duró doscientos once minutos, y el Barcelona sólo estuvo por delante durante seis, recibiendo siete goles siete. En ninguno de los dos partidos Lamine fue elegido MVP, pero el Relato es el Relato, y “Oh tú, mi amor, el esmerado estilo / de tu gran hermosura que en sigilo / casi muriendo alabo a toda hora”. Como en los tiempos de Curro Fetén, pero sin su gracia. “Ponle tú bien, que yo no puedo”, le decía Fetén a un becario en tarde de Ortega Cano. La turra que nos espera con el Barcelona de Lamine hará que, en comparación, la campaña pro Otan del gobierno de Gonzalón nos parezca una comedia de Ozores, que aquí es donde más lucen los siete votos de Puigdemont.

Primero fue Sánchez, la Cosa, en el Círculo de Economía de Barcelona: “España y Cataluña somos países extraordinarios”, concepto avalado, según los revistosos del País Pequeñito de Allá Arriba (definición de Guardiola), por la Real Academia Española. Bolaños se pasa el día hablando de Aristóteles con Sánchez, y éste sabe que en lo federal el todo es antes que las partes; pero si las partes son antes que el todo, como propone en su cita, es que vamos a lo confederal.

Y luego fue el CSD de Uribes, el que como ministro de Cultura se hacía servir cazoletas de rabo de toro de Casa Salvador en su mesa de la Casa de las Siete Chimeneas, con un tuit exclusivo sobre el equipo gubernamental, el Barcelona, que juega con futbolistas inscritos por la gracia de Dios concedida por Uribes. El CSD:

–(Corazón partido) Una despedida cruel en esta edición de la Liga de Campeones. El FC Barcelona ha firmado una gran eliminatoria de semifinales ante el Inter de Milán.

“Gran eliminatoria” es que una banda de troncos italiana y en horas bajas te meta siete goles siete (ocho, si contamos el guindado en Montjuic), porque el “conceto” es el Brasil del 70, con Lamine (“fa disset anys que tinc disset anys”) de Pelé y “Tuercas” Flick de “Lobo” Zagallo, que nadie se va a levantar de la silla a comprobarlo. Y es que la mayor trampa del Relato está en entrar al trapo del “jugar bonito”, que nadie ha conseguido definir. ¿El fin, “jugar bonito”, justifica los medios, “línea del fuera de juego” e Informes Negreira? Según Maquiavelo, sí, si ganas, claro, que ésa es la parte seria del pensador florentino que todo el mundo olvida.

–Nosotros, como el Brasil de Pelé: si nos meten siete, nosotros metemos ocho.

Pero metieron seis, y perdieron. Ahora, para desahogarse, les queda el Clásico de mañana, donde pueden hacer sangre con la defensa del Madrid, que pudiendo tener a Hakimi y a Theo, tiene a Lucas Vázquez y a Fran García, más Hernández Hernández, Hehé, en la cosa arbitral de una competición tan devaluada por las instituciones que ya no importa a nadie. Ni siquiera al Barcelona.
[Sábado, 10 de Mayo]

La ilusión del primer traje / por Paco Delgado

Julio Aparicio Martínez

La ilusión del primer traje

Paco Delgado
Burladero/martes, 20 de mayo de 2025 
Hijo del también matador Julio Aparicio Nieto, y padre del así mismo torero Julio Aparicio Díaz, Julio Aparicio Martínez llegó al mundo, en Madrid, el 13 de febrero de 1932, y de la mano de su padre comenzó bien pronto a frecuentar tentaderos y capeas y a tomar parte en festejos menores.

Vistió su primer traje de luces en Barcelona el 20 de mayo de 1948. Alternó con Juanito Tarré y Rafael Soria Molina que se apodaba “Rafaelito Lagartijo” y era sobrino de Manuel Rodríguez “Manolete”. Los novillos fueron de Marcelino Rodríguez. El día 19 de junio de 1949 hizo su presentación como novillero en Las Ventas (Madrid), acompañado por los jóvenes Luis Rivas y Pablo Lalanda, y tras un par de triunfales y apoteósicas campañas formando pareja con Miguel Báez “Litri”, tomó la alternativa, junto a este, el 12 de octubre de 1950 en Valencia, en lo que fue todo un acontecimiento.

Tuvo la consideración de figura a lo largo de toda su carrera, a la que puso fin el 24 de agosto de 1969, cuando se cortó la coleta de forma definitiva en la misma plaza en la que se vistió de torero por primera vez, la Monumental de Barcelona.