“el nacimiento de la Fiesta coincide con el nacimiento de la nacionalidad española y con la lengua de Castilla……… asi pues, las corridas de toros…….. son una cosa tan nuestra, tan obligada por la naturaleza y la historia como el habla que hablamos.”. R. Pérez de Ayala
la suerte suprema
jueves, 19 de septiembre de 2024
Ahora sí, libertad en Madrid / por HUGHES
miércoles, 18 de septiembre de 2024
Invitación. Mariano Cobo expone su pintura: 'En Clave de Cobo' / Jueves 19 a las 19.30 h.
MORANTE / por Eduardo Balbás
Madrid: Nueva ofensiva antitaurina en el Congreso de Diputados
Hughes. Real Madrid, 3-Stuttgart, 1. El aquí estoy yo de Endrick
El Madrid está por hacer, mejor dicho, por rehacer, pero en ese proceso, ya lo ha dicho Endrick, deben contar con él.Para hacer con aceitunas txistuanamente en la comida: dos medios, Bellingham, y por delante, Vinicius, Mbappé y Endrick desde la derecha.
Otra lección de Curro Díaz / por Pla Ventura
Como explico, gracias a las televisiones autonómicas que son un primor de cara a los aficionados, hemos tenido la fortuna de presenciar, como ocurriera el pasado año, algunas de sus faenas épicas y memorables. Nadie en su sano juicio sería capaz de descubrir a estas alturas de su vida a un torero tan importante al que, los hombres y las circunstancias han relegado a un segundo lugar. Si hablamos de estética, Curro Díaz la tiene en grado sumo; y no digamos si comentamos lo el arte que, en definitiva, desde el primer momento de su carrera, el arte le brotaba ya por todos los poros de su piel. Para colmo, si queríamos disipar cualquier duda, su espada es un cañón mortífero con la que tumba a los toros de unos espadazos increíbles; rara es la vez suele pinchar, de ahí que, sus triunfos, además de su clase torera, dada su eficacia estoqueadora, llegan cada tarde.
El gran público, las grandes plazas que otrora admiraron al diestro de Linares, desde hace unos años, como si de un maldición se tratare, han obviado el nombre de este artista singular, un torero que se cansa por nada del mundo, que soporta desprecios de sus compañeros como le pasó en Linares que, para su fortuna, hasta se quedó con los seis toros consiguiendo un triunfo de clamor. Un torero de una pieza que, del arte ha construido el camino de su verdad, luego, las circunstancias son las que son, pero él no ha dejado le menor esquicio para que se le critique y, lo que nadie entiende, que no toree cuarenta corridas de toros de auténtico lujo que sería el premio en verdad le corresponde.
Nos acordamos el pasado año en las feria de Úbeda -dos tardes- y Jaén en las que, compitiendo con las máximas figuras del toreo supo estar a una altura memorable, incluso consiguiendo más trofeos que sus compañeros y, ¿de qué sirvió todo aquello? Bueno, en realidad para que le pongan de nuevo este año que no está siendo nada sencillo pero que, Curro Díaz, con su torería, hombría y ser un gran mensajero del arte es por ello que, aunque sea en si sitios determinados, en cada actuación consigue un triunfo inenarrable, amén de ello, recordemos su épica en Burgos en la que resultó cogido y corneado, su raza le permitió volver de la enfermería para matar su segundo toro que, una vez más le volvió a echar mano.
Mucha suerte para el maestro en todos los compromisos que le quedan que, para su suerte, son muchos y, algunos de mucha importancia. Seremos felices mientras nos siga tocando el corazón con su toreo profundo e inolvidable.
¡Qué difícil es llegar! / por Francisca García
He de confesar que sentí de veras la renuncia del novillero Manuel Román a seguir toreando. Sí, porque había albergado serias esperanzas de que el jovencísimo diestro pudiera llegar a ser un torero de gran valía, anclado en la pureza y el buen gusto.
Manuel Román, un niño que deslumbró a los 14 años al torear con inusitados conocimientos, sin haber tenido a ningún familiar que le hubiera incitado a ser torero y que por esas cualidades innatas y lo sorprendente de su edad, arrastró a media Córdoba que le fue siguiendo por las plazas allí donde toreara. Apenas llegó a la mayoría de edad anuncia que de manera indefinida deja los ruedos. La palabra indefinida, para algunos significa dejar una puerta abierta, es decir, que pudiera volver, cosa que no creo que suceda porque bajarse del carro cuando se ocupa uno de los primeros escaños del escalafón novilleril es tirar por la borda una aunque incipiente carrera, muy prometedora. El tren que se pierde es muy difícil volver a retomarlo. Que se lo pregunten a algunos matadores de toros hechos y derechos que se han visto obligados a parar una temporada por una cogida complicada. Pierden el sitio que tenían y ya es muy difícil recuperarlo. Las razones que el joven Manuel ha aducido no son demasiado explícitas: “las circunstancias y mi moral no han sido capaces de remontar lo que para mí podía haber sido una temporada histórica”.
Es cierto que la temporada no ha sido tan exitosa para él como para sus más directos rivales, Marco Pérez y Javier Zulueta con la que conformaba una terna de lo más atractiva, pero Manuel seguía aportando esas maneras y ese saber estar en la plaza que abrigaba la esperanza de los aficionados. Un torero interesa, hablo por mí, cuando despierta el deseo de volver a verlo y él suscitaba ese interés. Se ve que ha sido muy exigente consigo mismo, o tal vez los motivos son otros, pero de cualquier modo en una carrera de tanto riesgo y tantos requerimientos siempre es comprensible ese tirar la toalla. Habrá sido una decisión muy consensuada con su apoderado y sus padres a pesar de “las circunstancias” que alega en su comunicación pública y que por supuesto ignoramos y no sabemos el alcance de las mismas. Parece ser que no va siquiera a cumplir con los compromisos inmediatos que tiene firmados. Tampoco es para asombrarse. La profesión de torero es muy difícil y especialmente sacrificada. Son muchas horas de aprendizaje, de disciplina, de formación en numerosos aspectos: de la expresión corporal, de repetir y repetir las suertes del toreo hasta poder realizarlas sin pensar, enlazando unas con otras. Son muchos revolcones en los tentaderos ensayando con erales, muchos moretones, muchos golpes, y mucho ejercicio físico para estar en forma siempre. Los torerillos y como en este caso los que comienzan tan temprano lamentablemente, pierden la infancia, la adolescencia, toda apetencia y necesidad para un mozalbete de divertirse. Su vida es el toro, siempre el toro. Eso pesa mucho, sin duda y por no renunciar a tantas cosas, es por lo que muchos maletillas desertan al comprobar lo duro de la profesión en todos los aspectos. Luego está el bautismo de sangre que es otro capítulo importante para ver hasta donde llega la afición. Manuel Román ha tenido en este caso algún desencuentro con las reses.
Algún susto al ser prendido y alguna luxación poco importante pero…no hay que aventurar nada con respecto a su renuncia. Solo digo que lo siento porque sí, hay muchos novilleros. La cantera es enorme ya que existen muchas Escuelas Taurinas en España muy nutridas de alumnos. Solo en Andalucía ya suman 30 las escuelas existentes. Hay cientos de muchachos queriendo ser toreros y cada año las Escuelas presentan a los más relevantes en diferentes certámenes. Por lo general la mayoría de los aspirantes a matadores de toros están cortados por el mismo patrón y visto uno, vistos todos. Con los dedos de una mano me bastan para nombrar hoy a los novilleros con caballos que me despiertan verdadero interés, esa sensación de querer volver a verlos, que ya dije. Suenan muchos nombres, es verdad, la televisión nos da ocasión de verlos. Algunos acaparan portadas en las revistas taurinas y se habla de sus éxitos en las plazas pero no entiendo bien si es propaganda a unas actuaciones hinchadas a propósito. Pensando mal, digo, si no estarán ya abducidos por el “sistema”.
Me agrada, por otro lado, que el premio Alfarero de Oro, de Villaseca de la Sagra, haya recaído esta temporada en el novillero nacido en Zaragoza Iker Fernández “El Mene” un torero que empezó primero en la Escuela taurina de Zaragoza y después en la de Salamanca. Un muchacho bastante desconocido pues llegó al certamen por una sustitución y su nombre no estaba divulgado a nivel nacional aunque tenía en su haber algunas novilladas toreadas en Aragón y Salamanca y no mal cartel por aquellos lares.
El Mene ha dejado muy claro en el albero de Villaseca que es un torero de corte clásico sin aspavientos y toreando de verdad, para gustarse primero y luego si trasciende a los tendidos, mejor, pero no determinado a hacer chabacanadas para ganarse (desdichadamente es así) el favor del público. Hace dos años, toreando sin caballos sufrió un corte con su propio estoque en la pierna que le tuvo inactivo durante tres meses. Como sucedió en el mes de septiembre no perdió muchas ocasiones de torear, pero, eso sí, volvió con más ímpetu para subir un escaño en su carrera: el torear con caballos. Jugar con armas, aunque sean blancas tiene su riesgo. Uno más en el toreo.
El Mene, 20 años. Un novillero para tener en cuenta que merece que se le den las oportunidades necesarias para que un día podamos tenerlo entre los buenos matadores de toros porque condiciones, ideas claras y conocimiento para saber lo que es el buen toreo no le falta.
Es duro el camino que debe andar un aspirante a matador de toros. Realmente para cualquier actividad artística o deportiva de élite, se precisa más que vocación. Hay que poner a contribución tantas cualidades, tanto esfuerzo y tanto sacrificio que solo puede soportarlo quien no desfallezca y sea capaz de superar todos los desafíos que se le presenten. En el ballet, la gimnasia, el atletismo, el circo, el tenis…solo llegarán arriba los que perseveren hasta conseguir la excelencia. Un pianista tiene que hacer muchos dedos, muchas horas de ensayo para ser un pianista mediocre. Imagínense lo que tiene que trabajar, además de que el talento le acompañe, para ser un gran concertista. En el toreo es igual. Hay que aprender en profundidad primero y después estar tocado por la varita mágica de la genialidad, regalo de los dioses, sin olvidar la suerte, que tenerla, en esta profesión es de imperiosa necesidad ¡Qué difícil es llegar!
Francisca GarcíaToros de Lidia/17 septiembre, 2024
Fernando Adrián quiere sentarse en la mesa de las figuras / por Rafael Comino Delgado
martes, 17 de septiembre de 2024
Otro triunfo en línea del vendaval Colombo en el profundo Perú / por Guillermo Rodríguez
La importancia del toro / por Pla Ventura
Pla Ventura
Toros de Lidia/16 septiembre, 2024
Soy un enamorado del toro, algo que se me nota a mil leguas, pero, a su vez, esa virtud es la que me hace diferenciar a un toro de un borrego, valga la expresión. Digo todo esto porque el pasado viernes, en la feria de Albacete, con toros de La Quinta, Emilio de Justo volvió a dar una dimensión inmensa como torero y, a su vez, lograr un triunfo de clamor en su segundo enemigo. Y, cuidado que, los toros no fueron lo que todos esperábamos, salvo ese quinto comentado que sacó la raza, la casta y la bravura de lo que debe ser un gran toro. Lo digo porque, De Justo, que en su primero había estado magistral, dada la poca casta de su enemigo, tras un pinchazo y una estocada rotunda nadie dijo esta boca es mía.
Emilio de Justo, de todo el escalafón, es la única figura del toreo con el paradigma de la verdad y la autenticidad matando toda clase de encastes que, como él muy bien sabe, las corridas más fuertes son las que siempre le auparon al triunfo. Y, lo que es mejor, no olvida de sus orígenes ni de donde viene, la prueba es que a lo largo de la temporada, entre otros toros los de La Quinta, los suele matar con total asiduidad y, como sabemos, en Madrid, con un toro de esta dehesa llevó a cabo la faena de la feria que, por supuesto no remató con la espada pero que fue la faena rotunda de las que De Justo nos tiene costumbrados. Y como quiera que su verdad es el valor que tanto le dignifica, hace unos días se entretuvo matando seis toros de Victorino Martín alcanzando un éxito de clamor en Valladolid como único espada.
Eso de una orejita en cada toro es un balance muy pobre que a diario suelen cosechar las figuras consagradas que, su único valor es matar las corriditas comerciales que, sabedores de que no existe el menor peligro dada la condición franciscana de sus toros, la cosa no trasciende más allá de salvar la tarde al precio que sea y, si es en un pueblo, ya no te quiero ni contar. Insisto que, de todo lo que vemos a diario, es Emilio de Justo el hombre que nos sigue emocionando tarde tras tarde con sus gestos, su torería, su calidad como artista y como suele ocurrir casi siempre, con la rotundidad de su espada. Cortar dos orejas a un toro encastado no es tarea baladí y, el extremeño lo hace con una asiduidad que nos asombra.
Y ese mismo torero al que admiramos hasta lo infinito, ayer en Salamanca, dio una pobre imagen frente al toro comercial. En su primero, un toro sin el menor atisbo de bravura, el diestro estuvo muy por encima del toro y, tras un pinchazo y estocada nadie se molestó en darle ni siquiera unas palmas. En segundo, una hermanita de la caridad con una bondad infinita y sin apenas fuerzas, De Justo se ridiculizó a su mismo porque nadie entiende que un torero tan grande sea copartícipe de esas corridas asquerosas que no aparece ni la casta ni la bravura. Salvo a Emilio de Justo porque su temporada está trascurriendo bajo los efluvios del arte y de los éxitos de clamor frente al toro auténtico. Y lo peor de todo es que él lo sabe y, sin duda alguna, dada su condición, no le quedará otra alternativa que participar en las llamadas corridas del festín que, casi siempre le abocan al fracaso. Y digo fracaso porque cuesta mucho entender que un torero tan poderoso y auténtico se enfrente al toro moribundo, eso que lo haga Ponce es lo lógico como hizo el pasado sábado en Salamanca. Pero esa tarea nunca en la vida le corresponderá a Emilio de Justo.
De bufones a maestros / por Jesús Laínz
lunes, 16 de septiembre de 2024
El país de don Perlinplín / por Ignacio Ruiz Quintano
El país de don Perlinplín