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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 19 de mayo de 2019

El culpable de la victoria de Sánchez / por Luis del Pino


Mariano Rajoy salió todo borracho del bar donde se escondió durante el debate de la moción de censura y se lió en Twitter tras verlo

"¿Cómo es posible que prefieran un gobierno con los podemitas y los separatistas? ¿No se dan cuenta de que España se va a la mierda?". No les mires a ellos, querido. Si quieres encontrar al culpable de la victoria de Sánchez, busca un espejo.

El culpable de la victoria de Sánchez

Luis del Pino 
Veo que andas muy cabizbajo estos días, desde que Sánchez ganara las elecciones del pasado 28 de abril. Y que miras de reojo a tus vecinos votantes del PSOE, preguntándote: "¿Cómo es posible que prefieran un gobierno con los podemitas y los separatistas? ¿No se dan cuenta de que España se va a la mierda?". No les mires a ellos, querido. Si quieres encontrar al culpable de la victoria de Sánchez, busca un espejo.

Porque Sánchez ganó el día en que Mariano Rajoy soltó a Bolinaga y tú no pusiste pie en pared.

Sánchez ganó el día en que Rajoy usó su mayoría absoluta para mantener todas las leyes ideológicas de Zapatero y tú le disculpaste.

Sánchez ganó el día en que Rajoy dijo que no hacía ideología porque tenía que concentrarse en la economía y tu le dejaste que te estafara.

Sánchez ganó el día en que Rajoy dejó a Artur Mas hacer un primer referéndum de independencia y tu no hiciste nada.

Sánchez ganó el día en que se permitió que se nos humillara a todos los españoles con un segundo referéndum de independencia y tú seguiste votando a los que lo permitieron.

Sánchez ganó el día en que nuestros partidos nacionales aprobaron un 155 de mentirijillas para aplacar al personal y tu no les afeaste la conducta.

Sánchez ganó el día en que se aprobaron leyes que introducen una diferencia penal entre hombres y mujeres y tu no solo no reaccionaste, sino que encima llamaste "radical" a quien denunció que esas leyes eran una aberración democrática.

Sánchez ganó el día en que consentiste sin mover un dedo que se aprobaran leyes para adoctrinar en ideología de género a tus hijos en los colegios.

Sánchez ganó el día en que se vulneraron los derechos de los castellanohablantes en Galicia y tú miraste a otro lado, porque quienes los vulneraban eran los tuyos.

Sánchez ganó el día en que Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría entregaron todos los medios de comunicación a la izquierda y tu no supiste o no quisiste ver el peligro a largo plazo que eso representaba.

Sánchez ganó porque a lo largo de los años has permitido que se cree el caldo de cultivo ideológico para que Sánchez gane. Y ese caldo de cultivo nos ha llevado a la aberrante situación de que una parte de la sociedad española considera más peligroso al partido de José Antonio Ortega Lara que al partido de Arnaldo Otegui. Así que pregúntate qué grado de responsabilidad tienes tú, con tus dejaciones ideológicas, en que las víctimas sean vistas con más recelo que los verdugos.

Si nos van a gobernar Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es porque tú lo has querido así, con tus acciones. Y también con tus inacciones.

Si quieres que las cosas sean distintas, aprende a hacer política. Y aprende, sobre todo, a exigir que tus representantes políticos la hagan. A no tolerarles que traicionen tus principios ideológicos. Porque, a la hora de la verdad, a la sociedad, por muy triste que resulte, no le importa una mierda cuántos puestos de trabajo creó el PP en el pasado. Y vota por ideología. Así que si le dejas a la izquierda la ideología con la excusa de la economía, terminarás entregándole a la izquierda la ideología y la economía.

El culpable de que gane Sánchez no es tu vecino que vota al PSOE, sino tú, que has contribuido a que las cosas lleguen a un punto en que ese vecino ve al PSOE como la mejor opción. Pregúntate por qué es así.

Por lo tanto, menos lloriqueos. No me das ninguna pena. Tenemos lo que te mereces. Y lo seguiremos teniendo mientras continúes haciendo el panoli.

Y el 26 de mayo, vota a quien te de la gana. O no votes. Me da absolutamente igual. Pero sé consciente de que con cada palabra que pronuncias y con cada decisión que tomas eres TU el que contribuye a cimentar las victorias o las derrotas futuras. No eches la culpa a otros de lo que solo es responsabilidad tuya.

1 comentario:

  1. Se me ha encogido el corazón, porque todo lo que dice el artículo es verdad.¡Yo tengo la culpa! ¿Y tú?

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