Don José Luis Mendoza, «Un Hombre Tan Grande Como Humilde, en Todos los Sentidos de la Palabra: BUENO».
Nos deja un legado eterno, como imborrable será su gran obra por el cristianismo, la cultura, la tauromaquia o el flamenco, el deporte y un sinfín de obras sociales; pero, sobre todo, su compromiso y solidaridad con los más necesitados.
PEPE CASTILLO ABREU
TorosNoticiasMurcia/Miércoles, 18/enero/2022
Don José Luis Mendoza –Presidente de la Universidad Católica San Antonio -UCAM-, un cartagenero de excepción, único e irrepetible, nunca mejor dicho; infatigable emprendedor sin fronteras, un invencible guerrero por la paz; tras una larga, dura y penosa enfermedad ha fallecido hoy en la Paz del Señor, a la edad de 74 años.
Nos deja un legado eterno, como imborrable será su gran obra por el cristianismo, la cultura, la tauromaquia o el flamenco, el deporte y un sinfín de obras sociales; pero, sobre todo, su compromiso y solidaridad con los más necesitados. Esto último, quizá, sea lo más desconocido de su grandeza de persona. Así lo quería él.
Querido amigo, Don José Luis, no te has ido porque, como los seres más queridos, te quedas entre todos nosotros con tu mejor ejemplo de luchador invencible ante lo imposible; nos quedará siempre tu humildad con mayúsculas, tu bonhomía, tu cercana simpatía, tu valiente independencia ante todos los Poderes para enfrentarte en tantas nobles causas, que siempre defendiste como el más valiente torero, con dignidad y honor, hasta las últimas consecuencias en tu contra. Nunca, jamás, te importó pagar tan alto precio en defender lo que era justo, igualmente en lo personal como en lo ajeno.
De Don José Luis Mendoza, como de un gigantesco iceberg, tan solo, que es muchísimo, se conoce lo que emergió en la superficie -Medios de Comunicación-, porque lo más grande y desconocido lo hacía en silencio, sin que nadie se enterara, como buen cristiano, cuidó con celo que nadie lo supiera – «Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha».
Fueron tantas grandes obras humanitarias y sociales las que impulsó y capitaneó, calladamente, las guardaba con celo, junto a su encantadora esposa, en su más estricta inexpugnable intimidad. Podría dar fe de ello, pero jamás lo haré; porque, de algunas me enteré por la confianza que depositaron en mi determinadas personas que me lo contaron; lo hicieron en el mayor de los secretos y comprometiéndome de que nunca lo haría público. Sé que Don José Luís, ayudó y solucionó difíciles situaciones familiares o personales; me dieron testimonio de ello.
Por tanto, mi sagrado respeto a los deseos de Don José Luis, como, igualmente, a aquellas personas que me confiaron estas calladas, desconocidas benditas cristianas obras que hizo durante toda su vida.
Don José Luis, querido amigo, hasta en tú «Hasta siempre» de este mundo, eres y serás siempre UN EJEMPLO A SEGUIR, DE FUERZA, DE VIDA Y DE AMOR AL PRÓJIMO. ¡Muchas gracias por TODO!
Ojalá pueda merecer volvamos a encontrarnos.
YA DESCANSAS EN LA PAZ DEL SEÑOR. AMÉN.
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