Lo dicho parece una obviedad pero, amigos, el cartel alcanza tintes épicos porque tanto toros como toreros, así lo demandan. Por supuesto que no es una corrida llamada de “tronío” pero, no es menos cierto que, en dicho espectáculo brillará la verdad como única bandera o estandarte que debería definir al mundo de los toros. ¡Casi nada he dicho yo!
Por supuesto que, un festejo como el enunciado en estas letras solo puede lidiarse en una plaza donde sepan admirar al toro y, a su vez, al torero que se juega la vida. No se trata de un mano a mano como sucedáneo por aquello de que el empresario haya querido ahorrarse un puesto; todo lo contrario, hasta me atrevo a decir que, posiblemente, para matar dichos toros no había muchos diestros formando hilera por aquello de ser llamados.
Ante todo, glamur al margen, en San Agustín de Guadalix son buenos aficionados, disfrutan de la presencia y esencia del toro y, a su vez, hasta saben admirar a los toreros que tan gallardamente se juegan la vida. Y lo quiero subrayar porque en apariencia todos los toreros exponen su piel ante los pitones del toro, en esta ocasión el festejo aludido tienen rangos de epopeya porque la acepción de jugarse la vida toma una fuerza desmesurada.
Si de festejos heroicos hablamos, por supuesto que no podemos ponernos estrechos en buscar exquisiteces por parte de los diestros que, de forma concreta Octavio Chacón, le hemos visto torear como los ángeles cada vez que un toro se lo ha permitido; como a su vez, nadie dudará de la honradez apasionada de Sánchez Vara matando este tipo de corridas. Espectáculo para aficionados auténticos que, en otro lugar sería un fracaso tremendo pero que, en la citada plaza madrileña conseguirán el éxito que persiguen.
Y, cuidado, que este mismo cartel no desdeñaría para nada si se diera en la feria de San Isidro en Madrid puesto que, tanto toros como toreros mostrarían los más sólidos argumentos de la verdad. Pero claro, en la actualidad, hablar de toros de Casta Navarra eso son palabras mayores las que, por supuesto, no las quiere escuchar nadie, de ahí que Miguel Reta tenga que conformarse con San Agustín de Guadalix, algunas plazas de Francia y si queda algún que otro romántico por España para poder lidiar sus toros.
Como fuere, tanto a matadores como al ganadero, mi enhorabuena de antemano por querer mostrar la verdad del espectáculo, justamente, lo que la mayoría quieren esconder.
--En las imágenes, los diestro Octavio Chacón y Sánchez Vara, junto a los toros de Casta Navarra.
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